Verdades olvidadas
La salud de miles de costarricenses está expuesta por no recibir en sus viviendas agua de buena calidad
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 06 julio, 2009
Sin agua no puede existir la vida. Y si la que se emplea para consumo humano no es potable, la salud se ve amenazada. Estas verdades, conocidas por todos, han sido lo suficientemente olvidadas en el país como para que haya cerca de 70 acueductos que no ofrecen agua potable a la población que abastecen, según lo informó LA REPUBLICA el viernes anterior. En Grecia, por ejemplo, los acueductos son “un atentado a la salud” en palabras de la ministra del ramo, María Luisa Avila. Si el agua no es potable se hace vulnerable a la contaminación por coliformes o bacterias en cualquier momento. Más de 900 personas resultaron con problemas estomacales en esa localidad en los últimos días debido a esto. Al igual que en Grecia, la salud de miles de costarricenses está expuesta por no recibir en sus viviendas agua de buena calidad. Esto por cuanto de 244 acueductos municipales 69 no ofrecen agua potable. Algunas municipalidades han hecho un esfuerzo, que es su obligación realizar, para ofrecer agua en buenas condiciones a la población que abastecen, como es el caso de Barva de Heredia. Del mismo modo, todos los gobiernos locales deben abocarse de inmediato a la solución de este problema. Serán responsabilidad de quienes no lo hagan los problemas de salud que pudieran suscitarse en sus comunidades como consecuencia de agua contaminada. Es lamentable que teniendo la mayoría de las municipalidades su presupuesto subejecutado, es decir, que cuentan con dinero pero no realizan las obras necesarias, un asunto como el agua no haya sido atendido como debe ser, con carácter prioritario, y que los responsables de estos incumplimientos no sean sancionados por faltar a su deber. Si a la población le asiste el derecho de pedir rendición de cuentas a sus gobernantes, ¿qué ocurre con los gobiernos locales? ¿Por qué no son llamados a explicar su desatención hacia los más importantes problemas de sus comunidades? No se debe esperar a que la mala calidad o la insuficiente cantidad de agua se torne en enfermedad.