Unamos fuerzas por la equidad

Al celebrarse el Día Internacional de la Mujer en este mes de marzo, aprovecho el espacio para reflexionar sobre la equidad y aclaro que esta nota no está dedicada a las mujeres, definitivamente todos debemos abogar por la justicia y trabajar en al menos 5 áreas en donde podríamos ayudar a erradicar las brechas entre hombres y mujeres

Cada día vemos más mujeres exitosas en una amplia gama de carreras y deportes; sin embargo, aunque para muchas jóvenes es común sentirse en igualdad de condiciones en las aulas, a la hora de salir al mercado laboral o deportivo se enfrentan con grandes obstáculos y vemos cómo mientras los hombres escalan a puestos más altos y compiten en “las grandes ligas” por mucho más dinero, nosotras nos vamos quedando rezagadas.

¿Cómo podemos unir fuerzas para vivir en equidad de condiciones?

1. La casa: Es indispensable que el rol que asumimos los hombres y las mujeres en la casa sean 100% equitativos. No permitamos que solo las mujeres seamos las responsables de las labores domésticas, la cocina y de cuido de los niños. El trabajo de la casa debe ser compartido, no como una ayuda, sino como un deber de todos los miembros para que así las mujeres también logremos encontrar más espacios para crecer en metas académicas, profesionales o deportivas al igual que ellos.
2. La educación: No podemos etiquetar carreras o deportes por género. Tanta capacidad tiene un hombre para una profesión que una mujer. Si tenemos niñas en casa, debemos dejarlas elegir carreras y deportes, aunque tradicionalmente sean “masculinos”. Si ellas quieren jugar armando legos o fútbol, dejemos que lo hagan, eso no va a afectar su desarrollo, lo va a enriquecer.
3. Los comentarios: Sin darnos cuenta la gente utiliza palabras despectivas como insulto con connotación femenina, como por ejemplo: es una gallina, una vaca, una perra, una bruja. También se utilizan palabras con connotación masculina a manera de elogio: es un toro, un gorila, un gato, un mago. Eliminemos esas frases machistas de nuestro vocabulario. No compartamos memes denigrantes. Usemos palabras asertivas para elogiar y si no tenemos nada positivo que decir, mejor quedarnos callados (sin distinción de género).
4. La protección: Vemos en las noticias casos recurrentes de mujeres asesinadas por “andar solas” en algún lugar, a cierta hora o con cierta ropa. Hay muy pocas valientes que se levantan de madrugada, toman su bicicleta y salen a entrenar solas (no soy de esas valientes), pero cómo puede ser posible que tengamos que quedarnos en casa o salir con miedo a ser atacadas, robadas, violadas o asesinadas. Si a alguna le sucede algo malo, los comentarios generalmente inculpan a la víctima por atreverse a salir, por vestirse de cierta forma o por no andar a la defensiva, en vez de inculpar al agresor.
5. Redes de apoyo: Si a este mundo vinimos, es a servir a los demás. Indistintamente del género, si una amiga, hermana o compañera, ocupa ayuda para salir adelante con las responsabilidades económicas, familiares, deportivas o laborales, démosle la mano. El éxito no es un camino solitario, es un camino compartido entre muchas personas que se apoyan mutuamente.
6. Amemos nuestras diferencias: Hombres, vivan su masculinidad con orgullo, permítanse ser sensibles, amables, tiernos y al mismo tiempo fuertes y competitivos. Mujeres, no tratemos de imitar a los hombres en todo, ni tratemos de ser “mejores” que ellos. Saquemos provecho de nuestras habilidades femeninas y destaquémonos, sin imitar patrones masculinos que en algunas ocasiones no son positivos. Debemos diferenciarnos desde nuestro empoderamiento como seres humanos y no vivir en una de poderes. Si trabajamos en equipo y nos apoyamos, tendremos una sociedad más justa.

Falta mucho camino por recorrer para vivir en una verdadera equidad de género, pero es responsabilidad y compromiso de TODOS.

Un abrazo fraterno a todas esas mujeres que luchan por un mejor futuro para ellas y sus hijas y a los hombres que están apoyándonos para hacerlo posible.