Una pausa por el país
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 25 septiembre, 2007
A dos semanas de que se defina el futuro del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta), sería bueno hacer una pausa en el camino, detenerse y realizar un análisis concienzudo de lo que hasta ahora ha venido ocurriendo y de lo que debiera darse en el tiempo que queda.
Las últimas incidencias en torno al referéndum del próximo 7 de octubre han venido a desviar la atención de los votantes de lo realmente importante, como lo es el contenido de ese acuerdo comercial.
La campaña perdió su norte. Opositores y promotores se han abocado a la defensa y al ataque de las estrategias, ya sea para su posible aprobación o para su eventual rechazo.
Se dejó de lado la verdadera razón de ser de una campaña. Las luchas de ideas, las confrontaciones con argumentos, los debates con evidencias; todo esto ha quedado en el olvido para dar paso al dedo inculpador que reclama por memorandos, financiamiento, participación privada nacional y extranjera y otro sinfín de cubiertas que envuelven a la consulta popular.
Cierto es que se deben dar explicaciones sobre todos y cada uno de los cuestionamientos que surjan en el camino. Esto es una necesidad inherente a cada grupo o persona que decide participar en procesos democráticos como lo es el referéndum, y quien atente contra ello debe recibir las sanciones del caso.
Pero también es innegable que los costarricenses merecemos tomar una decisión con base en lo que consideremos más atinado para el futuro del país, y no sobre las censuras que un grupo haga contra otro.
Esta no debe ser bajo ninguna circunstancia una campaña de pulsos. No se trata de demostrar quién tiene el brazo más fuerte, de elegir la opción que asusta menos.
En estas dos semanas que restan, los costarricenses debemos hacer una pausa, realizar una catarsis mental para evitar tomar decisiones con el hígado y sentarnos a hacer un análisis meticuloso de los pros y los contras. Luego, sin la influencia de los temores, podremos acudir con tranquilidad y orgullo a ejercer nuestro derecho al voto.