Una muestra representativa
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 17 noviembre, 2007
Una muestra representativa
Las denuncias, quejas, noticias y reproches causados por la inseguridad ciudadana es un tema que lamentablemente ya es cotidiano en la sociedad costarricense.
Los delincuentes están al acecho en todas partes, horas y grupos sociales.
Los publicitados incidentes de los que ha sido víctima buena parte de los miembros del gabinete de la presente administración, bien podrían ser una muestra representativa de lo que está viviendo la población nacional.
Un día fue la Viceministra de Salud, otro los padres de la titular de Obras Públicas y Transportes y la semana pasada el Ministro de Hacienda y su señora esposa.
Igualmente entre los costarricenses eso se repite: un día es la vecina, otro la compañera de trabajo y semanas después un familiar.
Aunque en muchas ocasiones los casos son silenciosos, la mortificación y la congoja generadas por el hampa son igual de traumatizantes para todos los costarricenses que han sido presa de alguna fechoría.
La tasa de homicidios se ha duplicado en los últimos 17 años mientras que los delitos contra la propiedad han crecido un 130%, según lo informó el viernes LA REPUBLICA al dar a conocer los resultados de XIII informe Estado de la Nación.
El estudio analizó además que de la mano con la inseguridad ciudadana ha crecido la desigualdad económica. A excepción de Estados Unidos, todos los países de altos ingresos y desarrollo tienen las tasas delictivas menores al promedio mundial.
Las naciones que registran mayores índices de homicidios son de bajos o medianos ingresos, detalla el informe.
El mismo estudio es muy elocuente al recordar que el país debe abordar un enfoque que en el pasado le ayudó a diferenciarse de otras naciones de América Latina y que tuvo por base el desarrollo de políticas sociales y económicas que permitieron ampliar las oportunidades de movilidad social.
Es decir, si la distribución del ingreso no es la adecuada, la forma en que nos estamos desarrollando tampoco lo es y si no se toman las medidas necesarias para corregirlo, distintos factores, como en este caso la inseguridad, pondrán freno a la evolución del país.
Crecer de una manera más pareja es entonces lo que nos permitirá sostener ese progreso, tomar las medidas pertinentes para que eso ocurra es la tarea en la que nos debemos concentrar ahora.
Las denuncias, quejas, noticias y reproches causados por la inseguridad ciudadana es un tema que lamentablemente ya es cotidiano en la sociedad costarricense.
Los delincuentes están al acecho en todas partes, horas y grupos sociales.
Los publicitados incidentes de los que ha sido víctima buena parte de los miembros del gabinete de la presente administración, bien podrían ser una muestra representativa de lo que está viviendo la población nacional.
Un día fue la Viceministra de Salud, otro los padres de la titular de Obras Públicas y Transportes y la semana pasada el Ministro de Hacienda y su señora esposa.
Igualmente entre los costarricenses eso se repite: un día es la vecina, otro la compañera de trabajo y semanas después un familiar.
Aunque en muchas ocasiones los casos son silenciosos, la mortificación y la congoja generadas por el hampa son igual de traumatizantes para todos los costarricenses que han sido presa de alguna fechoría.
La tasa de homicidios se ha duplicado en los últimos 17 años mientras que los delitos contra la propiedad han crecido un 130%, según lo informó el viernes LA REPUBLICA al dar a conocer los resultados de XIII informe Estado de la Nación.
El estudio analizó además que de la mano con la inseguridad ciudadana ha crecido la desigualdad económica. A excepción de Estados Unidos, todos los países de altos ingresos y desarrollo tienen las tasas delictivas menores al promedio mundial.
Las naciones que registran mayores índices de homicidios son de bajos o medianos ingresos, detalla el informe.
El mismo estudio es muy elocuente al recordar que el país debe abordar un enfoque que en el pasado le ayudó a diferenciarse de otras naciones de América Latina y que tuvo por base el desarrollo de políticas sociales y económicas que permitieron ampliar las oportunidades de movilidad social.
Es decir, si la distribución del ingreso no es la adecuada, la forma en que nos estamos desarrollando tampoco lo es y si no se toman las medidas necesarias para corregirlo, distintos factores, como en este caso la inseguridad, pondrán freno a la evolución del país.
Crecer de una manera más pareja es entonces lo que nos permitirá sostener ese progreso, tomar las medidas pertinentes para que eso ocurra es la tarea en la que nos debemos concentrar ahora.