Una de las estrellas de nuestro tiempo
| Jueves 17 mayo, 2012
Una de las estrellas de nuestro tiempo
Hace unos días, en Tianjin, China, en la reunión del Inter Action Council, tuve el honor de rendirle homenaje a Helmut Schmidt, excanciller de Alemania, en representación de todos mis colegas exjefes de estado. Transcribo las palabras que pronuncié ese día:
En su libro “Hombres y Poderes”, Helmut Schmidt escribió: “de acuerdo con una ilusión bastante conocida, un estadista ideal es alguien que pueda desarrollar una visión conmovedora del futuro, pero que al mismo tiempo sea responsable de convertir esa visión en realidad”. Dijo también que mientras esperábamos mucho de nuestros líderes, en 1962 parecía que alguien había emergido para llenar esas esperanzas y sueños. Para Helmut, esa persona era el joven presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. Para mí, esa persona era Helmut.
Helmut es el más político de los intelectuales y el más intelectual de los políticos que haya conocido. A lo largo de su larga y extraordinaria carrera, él ha unido política con pensamiento, acción con reflexión.
En los muchos años de conocerlo, de admirar sus logros y estudiar su trabajo, el aliento de su conocimiento nunca ha dejado de sorprenderme, en economía y en filosofía, en historia y en literatura. Y sin embargo, más importante aún, es la forma en que ha ejercido el liderazgo y su visión del mundo: Helmut es el más grande estadista que he conocido, como dije en mi libro “Con Velas, Timón y Brújula”, publicado recientemente.
Me avergüenza un poco admitir que leí “Meditaciones” de Marco Aurelio solo después de que Helmut me dijera que fue de ese volumen del que aprendió filosofía. Gracias a su guía, me encontré con el siguiente consejo sabio: “Habita en la belleza de la vida. Mira las estrellas, y mírate a ti mismo corriendo con ellas”.
Sin duda alguna, una de las estrellas de nuestro tiempo, cuya luz de sabiduría y liderazgo ha iluminado el camino de millones, está con nosotros aquí. Gracias Helmut por ser un maestro, un mentor y una fuente de inspiración para muchos líderes alrededor del mundo, así como para este humilde servidor de América Latina. Gracias y buen viaje.
Hace unos días, en Tianjin, China, en la reunión del Inter Action Council, tuve el honor de rendirle homenaje a Helmut Schmidt, excanciller de Alemania, en representación de todos mis colegas exjefes de estado. Transcribo las palabras que pronuncié ese día:
En su libro “Hombres y Poderes”, Helmut Schmidt escribió: “de acuerdo con una ilusión bastante conocida, un estadista ideal es alguien que pueda desarrollar una visión conmovedora del futuro, pero que al mismo tiempo sea responsable de convertir esa visión en realidad”. Dijo también que mientras esperábamos mucho de nuestros líderes, en 1962 parecía que alguien había emergido para llenar esas esperanzas y sueños. Para Helmut, esa persona era el joven presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. Para mí, esa persona era Helmut.
Helmut es el más político de los intelectuales y el más intelectual de los políticos que haya conocido. A lo largo de su larga y extraordinaria carrera, él ha unido política con pensamiento, acción con reflexión.
En los muchos años de conocerlo, de admirar sus logros y estudiar su trabajo, el aliento de su conocimiento nunca ha dejado de sorprenderme, en economía y en filosofía, en historia y en literatura. Y sin embargo, más importante aún, es la forma en que ha ejercido el liderazgo y su visión del mundo: Helmut es el más grande estadista que he conocido, como dije en mi libro “Con Velas, Timón y Brújula”, publicado recientemente.
Me avergüenza un poco admitir que leí “Meditaciones” de Marco Aurelio solo después de que Helmut me dijera que fue de ese volumen del que aprendió filosofía. Gracias a su guía, me encontré con el siguiente consejo sabio: “Habita en la belleza de la vida. Mira las estrellas, y mírate a ti mismo corriendo con ellas”.
Sin duda alguna, una de las estrellas de nuestro tiempo, cuya luz de sabiduría y liderazgo ha iluminado el camino de millones, está con nosotros aquí. Gracias Helmut por ser un maestro, un mentor y una fuente de inspiración para muchos líderes alrededor del mundo, así como para este humilde servidor de América Latina. Gracias y buen viaje.