Una larga espera
Luis Mastroeni luis@luismastroeni.com | Viernes 02 agosto, 2024
Los que tenemos buena parte de nuestra vida trabajando en empresas para tratar de que sean más conscientes de su responsabilidad con el ambiente y el desarrollo de la sociedad, el mes de junio del 2023 será siempre motivo de grandes alegrías. Casi podríamos decir que constituye el inicio de una era en la que por fin los resultados económicos se cruzan con los sociales y ambientales para darle al éxito empresarial un nuevo significado.
Luego de que el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), bajo la supervisión de la Fundación IFRS, publicara las Normas Internacionales de Información Financiera S1 y S2 (NIIF), en junio del año pasado, ha empezado una época en que la información no financiera se convertirá en pieza clave para las organizaciones que desean dar a conocer la realidad de sus negocios y su capacidad para generar valor en el tiempo.
La NIIF S1 y la NIIF S2 son normas internacionales de divulgación de sostenibilidad. La NIIF S1 establece los requerimientos generales para la información financiera a revelar relacionada con la sostenibilidad, mientras que la NIIF S2 se enfoca en la información a revelar relacionada con el cambio climático.
Es decir, luego de su publicación y en el momento en que cada país decida hacerlas vinculantes, las empresas no solo deberán informar sobre su situación financiera, a través de las ya conocidas NIIF; sino que también deberán incluir aspectos sobre su estrategia de sostenibilidad y sus planes con respecto a la mitigación y adaptación al cambio climático. Todo lo anterior con el fin de demostrar que los efectos que podría tener el clima o alguna situación en el ambiente o la sociedad no afectarán su generación de valor financiero.
Ha sido una larga espera porque siempre hemos sabido que una sociedad que se degrada, a la par de un ecosistema natural que se agota, no permite las circunstancias adecuadas para que la empresa prospere en el tiempo. Sin embargo, hasta ahora y muchos años después de que Naciones Unidas lanzará el Global Compact (1999) o que apareciera la ISO26000 (2010), tenemos una normativa que exige que la empresa revele su estrategia para equilibrar la generación de valor económico sin degradar el equilibrio social y el ambiente.
El otro reto, donde no puede haber una larga espera, es la presentación de los datos. En el pasado, el reporte de sostenibilidad no tenía un tiempo específico, ni obligatorio para ser presentado, aunque siempre es recomendable hacerlo en el primer trimestre de cada año. Pero ahora y una vez que las nuevas NIIF sean de acatamiento obligatorio, la información no financiera y la financiera tienen un tiempo específico y obligatorio para ser presentadas, de tal manera que la auditoría externa pueda hacer su trabajo y hacer un informe de la fiabilidad de la información.
Estamos frente a un cambio radical en lo que se refiere a la presentación de información no financiera. Ha sido una larga espera, pero como decía el Quijote: “confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.
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