Un falso dilema: recuperación económica o estabilidad climática
| Sábado 04 julio, 2009
Un falso dilema: recuperación económica o estabilidad climática
En estos tiempos económicos difíciles, hay gente en cada país que dice que deberíamos retroceder respecto a los compromisos asumidos para encarar el cambio climático y que deberíamos demorar los avances hacia una economía baja en carbono.
El argumento sostiene que los gobiernos deberían centrarse firmemente en la recuperación económica, no en nuestra recuperación del clima. La tendencia hacia una manufactura verde y la producción baja en carbono, por no mencionar un acuerdo mundial sobre cambio climático, debe esperar y mantenerse como tema secundario.
Pero la acción que está tomando el Reino Unido demuestra que el dilema entre ayudar a la economía o al medio ambiente es falso. En el Reino Unido sabemos que la edificación de nuestra economía con miras a un mejor futuro debe basarse en una recuperación sostenible que use poco carbono. Este cambio es importante para crear trabajos y para hacer crecer nuevas industrias. Recientemente, hemos establecido muchas de las medidas que apoyarán esta transición de largo plazo hacia una economía verde baja en carbono.
Nuestro ministro de finanzas, Alastair Darling, ha presentado al Gobierno no solo su presupuesto financiero, sino también los primeros presupuestos de carbono. Esto impone un tope en las emisiones que nuestro país puede liberar en los próximos tres quinquenios hasta 2022, e incluye un objetivo legalmente vinculante que estipula la reducción para 2022 de por lo menos un 34% de las emisiones que se liberaban en 1990. Esto asegurará que en 2050 podamos cumplir nuestro objetivo de reducir un 80% de los gases de efecto invernadero que producíamos en 1990.
Consideramos importante cumplir los presupuestos de carbono teniendo como enfoque la acción dentro del Reino Unido, lo que implica establecer en el primer quinquenio, el no uso de los créditos provenientes de reducciones internacionales excepto aquellos provenientes del esquema de comercio de emisiones de la Unión Europea. También planeamos ajustar aún más el presupuesto si llegamos a alcanzar el ambicioso convenio mundial que necesitamos en la cumbre de Copenhague que se realizará en diciembre.
Pero los objetivos y los marcos por sí solos no resolverán el cambio climático. Uno de los temas claves para nuestro éxito radica en nuestras posibilidades de acelerar rápidamente la adopción de tecnologías más limpias —óptimas para los empleos, la economía y el planeta—.
Tal vez este avance tecnológico sea el más necesario para enfrentar el desafío más crítico, es decir, el uso del carbón. El futuro del carbón es uno de los dilemas más serios que encaramos: es un combustible contaminante, pero se usa en todo el mundo por su bajo costo y porque es lo suficientemente flexible para acomodarse a las fluctuaciones de la demanda de energía.
Para enfrentar esto, he presentado al Parlamento Británico nuestros planes para hacer la más grande demostración de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono en el mundo. Esto incluye:
• Un impulso importante en la tecnología: hasta cuatro nuevos proyectos para demostrar la captura y el almacenamiento de carbono, cada uno diez veces más grande que el que actualmente está operando en el mundo, lo que significa que estamos haciendo más que cualquier otro país.
• Controlando las plantas de generación eléctrica a carbón: propuse una nueva norma de no autorizar ninguna planta de energía nueva que funcione con carbón sin demostrar la captura de carbono desde el primer día, en cerca de un 25% de lo que emite.
• Un claro compromiso respecto al carbón con bajo carbono una vez que se haya probado la tecnología: se hará un juicio independiente cuando se pruebe la tecnología y una vez que se apruebe, las plantas de energía tendrán que adoptarla no solo en parte de la planta sino en 100% de su producción.
Se está dando una cooperación mundial en la tecnología para la captura y almacenamiento del carbono, pero debemos acelerarla este año para asegurar sus beneficios en todo el mundo. Los beneficios de esta tecnología no son sólo ambientales. Hay claras oportunidades de negocios y de empleos en la tecnología verde, en la manufactura verde y en el suministro de energía verde.
Todos hemos escuchado los mensajes claramente: el Presidente Obama ha comprometido a Estados Unidos a encarar el cambio climático y a limpiar la energía. La Cumbre del G-20 en Londres el pasado abril, presidida por el Primer Ministro Gordon Brown, acordó que la recuperación de nuestra economía debe ser sostenible y verde.
Creo que por estas razones el creciente consenso internacional por una economía de bajo carbono tiene un horizonte de esperanza y no de desesperación. El trabajo mancomunado entre todos los países permitirá que evitemos los peligros del cambio climático y que veamos la recuperación de nuestras economías de manera sostenible. Esta es la acción correcta que debemos emprender para las generaciones actuales y futuras.
Ed Miliband
Ministro británico de Energía y Cambio Climático
En estos tiempos económicos difíciles, hay gente en cada país que dice que deberíamos retroceder respecto a los compromisos asumidos para encarar el cambio climático y que deberíamos demorar los avances hacia una economía baja en carbono.
El argumento sostiene que los gobiernos deberían centrarse firmemente en la recuperación económica, no en nuestra recuperación del clima. La tendencia hacia una manufactura verde y la producción baja en carbono, por no mencionar un acuerdo mundial sobre cambio climático, debe esperar y mantenerse como tema secundario.
Pero la acción que está tomando el Reino Unido demuestra que el dilema entre ayudar a la economía o al medio ambiente es falso. En el Reino Unido sabemos que la edificación de nuestra economía con miras a un mejor futuro debe basarse en una recuperación sostenible que use poco carbono. Este cambio es importante para crear trabajos y para hacer crecer nuevas industrias. Recientemente, hemos establecido muchas de las medidas que apoyarán esta transición de largo plazo hacia una economía verde baja en carbono.
Nuestro ministro de finanzas, Alastair Darling, ha presentado al Gobierno no solo su presupuesto financiero, sino también los primeros presupuestos de carbono. Esto impone un tope en las emisiones que nuestro país puede liberar en los próximos tres quinquenios hasta 2022, e incluye un objetivo legalmente vinculante que estipula la reducción para 2022 de por lo menos un 34% de las emisiones que se liberaban en 1990. Esto asegurará que en 2050 podamos cumplir nuestro objetivo de reducir un 80% de los gases de efecto invernadero que producíamos en 1990.
Consideramos importante cumplir los presupuestos de carbono teniendo como enfoque la acción dentro del Reino Unido, lo que implica establecer en el primer quinquenio, el no uso de los créditos provenientes de reducciones internacionales excepto aquellos provenientes del esquema de comercio de emisiones de la Unión Europea. También planeamos ajustar aún más el presupuesto si llegamos a alcanzar el ambicioso convenio mundial que necesitamos en la cumbre de Copenhague que se realizará en diciembre.
Pero los objetivos y los marcos por sí solos no resolverán el cambio climático. Uno de los temas claves para nuestro éxito radica en nuestras posibilidades de acelerar rápidamente la adopción de tecnologías más limpias —óptimas para los empleos, la economía y el planeta—.
Tal vez este avance tecnológico sea el más necesario para enfrentar el desafío más crítico, es decir, el uso del carbón. El futuro del carbón es uno de los dilemas más serios que encaramos: es un combustible contaminante, pero se usa en todo el mundo por su bajo costo y porque es lo suficientemente flexible para acomodarse a las fluctuaciones de la demanda de energía.
Para enfrentar esto, he presentado al Parlamento Británico nuestros planes para hacer la más grande demostración de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono en el mundo. Esto incluye:
• Un impulso importante en la tecnología: hasta cuatro nuevos proyectos para demostrar la captura y el almacenamiento de carbono, cada uno diez veces más grande que el que actualmente está operando en el mundo, lo que significa que estamos haciendo más que cualquier otro país.
• Controlando las plantas de generación eléctrica a carbón: propuse una nueva norma de no autorizar ninguna planta de energía nueva que funcione con carbón sin demostrar la captura de carbono desde el primer día, en cerca de un 25% de lo que emite.
• Un claro compromiso respecto al carbón con bajo carbono una vez que se haya probado la tecnología: se hará un juicio independiente cuando se pruebe la tecnología y una vez que se apruebe, las plantas de energía tendrán que adoptarla no solo en parte de la planta sino en 100% de su producción.
Se está dando una cooperación mundial en la tecnología para la captura y almacenamiento del carbono, pero debemos acelerarla este año para asegurar sus beneficios en todo el mundo. Los beneficios de esta tecnología no son sólo ambientales. Hay claras oportunidades de negocios y de empleos en la tecnología verde, en la manufactura verde y en el suministro de energía verde.
Todos hemos escuchado los mensajes claramente: el Presidente Obama ha comprometido a Estados Unidos a encarar el cambio climático y a limpiar la energía. La Cumbre del G-20 en Londres el pasado abril, presidida por el Primer Ministro Gordon Brown, acordó que la recuperación de nuestra economía debe ser sostenible y verde.
Creo que por estas razones el creciente consenso internacional por una economía de bajo carbono tiene un horizonte de esperanza y no de desesperación. El trabajo mancomunado entre todos los países permitirá que evitemos los peligros del cambio climático y que veamos la recuperación de nuestras economías de manera sostenible. Esta es la acción correcta que debemos emprender para las generaciones actuales y futuras.
Ed Miliband
Ministro británico de Energía y Cambio Climático