UE dejará de ayudar a países latinoamericanos
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 08 diciembre, 2011
UE dejará de ayudar a países latinoamericanos
Once países de América Latina quedarán fuera de la asistencia bilateral al desarrollo, al haber alcanzado un nivel de renta media-alta, anunció ayer la Comisión Europea (CE), que detalló cómo distribuirá su presupuesto para la ayuda exterior entre 2014 y 2020.
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela serán los países latinoamericanos que dejarán de percibir ayuda bilateral, además de China, Irán, Malasia, Maldivas, Tailandia y Kazajistán, e India e Indonesia, que tienen un PIB superior al 1 % del PIB mundial, precisó la CE en un comunicado.
"Nuestro presupuesto es limitado y nos tenemos que centrar en los países que más lo necesiten y de manera que la ayuda tenga el máximo impacto posible", declaró el comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs, en una rueda de prensa.
No obstante, garantizó que la UE seguirá promoviendo el desarrollo en esos países a través de programas temáticos o regionales, y que impulsará además con ellos nuevas asociaciones no basadas en la ayuda bilateral.
En concreto, esas asociaciones deberán estar basadas en "intereses mutuos" que promuevan los valores europeos y asuntos de preocupación global (como el cambio climático o la seguridad alimentaria), que fortalezcan la cooperación empresarial o que fomenten la cooperación trilateral a fin de reducir la pobreza en terceros países.
Piebalgs también destacó que estados como Brasil, China o India son considerados más bien como socios de la UE para hacer frente a los desafíos mundiales.
En total, la Comisión ha propuesto dedicar a los instrumentos de acción exterior 96.250 millones de euros entre 2014 y 2020.
La cooperación al desarrollo contará con 23.300 millones de euros; el instrumento europeo de vecindad, 18.182 millones; el de preadhesión, 14.110 millones; el de estabilidad, 2.829 millones; el de democracia y derechos humanos, 1.578 millones; el de asociación, 1.131 millones, el de cooperación en seguridad nuclear, 631 millones, y, el instrumento para Groenlandia, 219 millones.
Además, la CE quiere otorgar 34.276 millones de euros al Fondo Europeo de Desarrollo (FED), el cual pretende situar al margen del presupuesto plurianual de la Unión.
Los distintos instrumentos canalizarán la asistencia a los países en desarrollo, los dieciséis que forman parte de la política europea de vecindad y a los que se preparan para la adhesión a la Unión.
Bruselas mantiene que este reparto de ayudas permitirá a la UE "asumir sus responsabilidades en la escena mundial en lo tocante a la lucha contra la pobreza y la promoción de la democracia, la paz, la estabilidad y la prosperidad".
La Comisión pretende que su ayuda exterior para 2014-2020 esté más concentrada, sea más flexible para responder a acontecimientos inesperados, cuente con normas simplificadas y esté centrada en promover los derechos humanos, la democracia y la buena gestión.
Para ello, impulsará una mejor coordinación con los Estados miembros, con el objetivo de amplificar el impacto.
Bruselas/EFE
Once países de América Latina quedarán fuera de la asistencia bilateral al desarrollo, al haber alcanzado un nivel de renta media-alta, anunció ayer la Comisión Europea (CE), que detalló cómo distribuirá su presupuesto para la ayuda exterior entre 2014 y 2020.
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela serán los países latinoamericanos que dejarán de percibir ayuda bilateral, además de China, Irán, Malasia, Maldivas, Tailandia y Kazajistán, e India e Indonesia, que tienen un PIB superior al 1 % del PIB mundial, precisó la CE en un comunicado.
"Nuestro presupuesto es limitado y nos tenemos que centrar en los países que más lo necesiten y de manera que la ayuda tenga el máximo impacto posible", declaró el comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs, en una rueda de prensa.
No obstante, garantizó que la UE seguirá promoviendo el desarrollo en esos países a través de programas temáticos o regionales, y que impulsará además con ellos nuevas asociaciones no basadas en la ayuda bilateral.
En concreto, esas asociaciones deberán estar basadas en "intereses mutuos" que promuevan los valores europeos y asuntos de preocupación global (como el cambio climático o la seguridad alimentaria), que fortalezcan la cooperación empresarial o que fomenten la cooperación trilateral a fin de reducir la pobreza en terceros países.
Piebalgs también destacó que estados como Brasil, China o India son considerados más bien como socios de la UE para hacer frente a los desafíos mundiales.
En total, la Comisión ha propuesto dedicar a los instrumentos de acción exterior 96.250 millones de euros entre 2014 y 2020.
La cooperación al desarrollo contará con 23.300 millones de euros; el instrumento europeo de vecindad, 18.182 millones; el de preadhesión, 14.110 millones; el de estabilidad, 2.829 millones; el de democracia y derechos humanos, 1.578 millones; el de asociación, 1.131 millones, el de cooperación en seguridad nuclear, 631 millones, y, el instrumento para Groenlandia, 219 millones.
Además, la CE quiere otorgar 34.276 millones de euros al Fondo Europeo de Desarrollo (FED), el cual pretende situar al margen del presupuesto plurianual de la Unión.
Los distintos instrumentos canalizarán la asistencia a los países en desarrollo, los dieciséis que forman parte de la política europea de vecindad y a los que se preparan para la adhesión a la Unión.
Bruselas mantiene que este reparto de ayudas permitirá a la UE "asumir sus responsabilidades en la escena mundial en lo tocante a la lucha contra la pobreza y la promoción de la democracia, la paz, la estabilidad y la prosperidad".
La Comisión pretende que su ayuda exterior para 2014-2020 esté más concentrada, sea más flexible para responder a acontecimientos inesperados, cuente con normas simplificadas y esté centrada en promover los derechos humanos, la democracia y la buena gestión.
Para ello, impulsará una mejor coordinación con los Estados miembros, con el objetivo de amplificar el impacto.
Bruselas/EFE