Twitter hace vino y Google produce películas
| Sábado 24 octubre, 2009
Twitter hace vino y Google produce películas
Las empresas tecnológicas entran en campos desconocidos por una buena causa
Se ha convertido la niña bonita de Internet gracias a su sistema para enviar breves mensajes a una comunidad casi infinita de seguidores, pero la red social Twitter acaba de entrar en un negocio bien distinto: el vinícola.
Twitter ha anunciado que producirá una serie limitada de botellas de Pinot Noir y Chardonnay que se venderán a $20 en Estados Unidos. Una cuarta parte de las ventas se donará a la organización Room to Read, que lucha contra el analfabetismo en el Tercer Mundo.
Pero la página de microblogging no tiene intención de poner a sus programadores a vendimiar.
Twitter colaborará con Crushpad, una firma de San Francisco que produce vino a la carta. El cliente elige todos los detalles como la variedad de la uva, barrica o diseño de la botella y Crushpad produce el vino y hasta permite seguir los detalles del proceso vía cámara web.
Twitter también mantendrá informados a todos sus usuarios de la evolución de su primera generación de caldos a través de —obviamente— mensajes de no más de 140 caracteres.
Todas las grandes empresas de Estados Unidos prestan una gran atención a sus departamentos de responsabilidad social corporativa y procuran mejorar su imagen pública mediante proyectos humanitarios o caritativos.
El sector tecnológico, que cuenta generalmente con abundante capital a su disposición y brillantes recursos humanos, compite con los proyectos más originales y de mayor alcance.
“Yahoo for good”, la división humanitaria del portal de Internet, tiene en marcha diferentes iniciativas en áreas como medio ambiente, protección del consumidor, libertad de expresión o seguridad en Internet.
La compañía californiana promueve, por ejemplo, el voluntarismo de sus empleados dándoles un día libre al año para trabajar como voluntarios en el proyecto que deseen y contribuye con hasta $1.000 al año en sus donaciones a ONG.
La red social Facebook cuenta también con su departamento altruista, que comparte casi nombre con Yahoo.
“Facebook for good” es una plataforma en la que los usuarios de la red pueden compartir sus experiencias sobre cómo Facebook les ayudó a impactar positivamente en su comunidad, contribuir a una buena causa o, simplemente, hacer feliz a alguien.
“Encontré un perro perdido y gracias a Facebook localicé a su dueño a 2.400 kilómetros de distancia”, relataba recientemente una usuaria de la red social.
Pero la más activa es quizá Google, que cuenta con su propia ONG y, como es habitual en la firma, numerosas actividades que poco o nada tienen que ver con las búsquedas en Internet.
Google.org invierte en empresas que trabajan en proyectos para abaratar la producción de energía eólica, solar-termal y geotérmica y concede becas a investigadores con proyectos que considera prometedores.
Aunque su plantilla tiene solo 45 personas, la organización echa mano de los trabajadores del buscador —que, por contrato, pueden dedicar un 20% de su tiempo de trabajo a otros proyectos que consideren interesantes— y de otros recursos a su alcance.
Por ejemplo, Google.org ha puesto a los conductores que hacen las fotos de Street View —un servicio de Google que muestra imágenes de numerosas ciudades a pie de calle— a probar una flota de automóviles eléctricos para comparar su consumo con otros modelos en el mercado.
Además, la ONG ha entrado en otras áreas completamente diferentes e incluso ha participado en la producción de “La última pulgada”, un documental sobre la lucha contra la polio que logró una candidatura a los Oscar este año.
San Francisco
EFE
Las empresas tecnológicas entran en campos desconocidos por una buena causa
Se ha convertido la niña bonita de Internet gracias a su sistema para enviar breves mensajes a una comunidad casi infinita de seguidores, pero la red social Twitter acaba de entrar en un negocio bien distinto: el vinícola.
Twitter ha anunciado que producirá una serie limitada de botellas de Pinot Noir y Chardonnay que se venderán a $20 en Estados Unidos. Una cuarta parte de las ventas se donará a la organización Room to Read, que lucha contra el analfabetismo en el Tercer Mundo.
Pero la página de microblogging no tiene intención de poner a sus programadores a vendimiar.
Twitter colaborará con Crushpad, una firma de San Francisco que produce vino a la carta. El cliente elige todos los detalles como la variedad de la uva, barrica o diseño de la botella y Crushpad produce el vino y hasta permite seguir los detalles del proceso vía cámara web.
Twitter también mantendrá informados a todos sus usuarios de la evolución de su primera generación de caldos a través de —obviamente— mensajes de no más de 140 caracteres.
Todas las grandes empresas de Estados Unidos prestan una gran atención a sus departamentos de responsabilidad social corporativa y procuran mejorar su imagen pública mediante proyectos humanitarios o caritativos.
El sector tecnológico, que cuenta generalmente con abundante capital a su disposición y brillantes recursos humanos, compite con los proyectos más originales y de mayor alcance.
“Yahoo for good”, la división humanitaria del portal de Internet, tiene en marcha diferentes iniciativas en áreas como medio ambiente, protección del consumidor, libertad de expresión o seguridad en Internet.
La compañía californiana promueve, por ejemplo, el voluntarismo de sus empleados dándoles un día libre al año para trabajar como voluntarios en el proyecto que deseen y contribuye con hasta $1.000 al año en sus donaciones a ONG.
La red social Facebook cuenta también con su departamento altruista, que comparte casi nombre con Yahoo.
“Facebook for good” es una plataforma en la que los usuarios de la red pueden compartir sus experiencias sobre cómo Facebook les ayudó a impactar positivamente en su comunidad, contribuir a una buena causa o, simplemente, hacer feliz a alguien.
“Encontré un perro perdido y gracias a Facebook localicé a su dueño a 2.400 kilómetros de distancia”, relataba recientemente una usuaria de la red social.
Pero la más activa es quizá Google, que cuenta con su propia ONG y, como es habitual en la firma, numerosas actividades que poco o nada tienen que ver con las búsquedas en Internet.
Google.org invierte en empresas que trabajan en proyectos para abaratar la producción de energía eólica, solar-termal y geotérmica y concede becas a investigadores con proyectos que considera prometedores.
Aunque su plantilla tiene solo 45 personas, la organización echa mano de los trabajadores del buscador —que, por contrato, pueden dedicar un 20% de su tiempo de trabajo a otros proyectos que consideren interesantes— y de otros recursos a su alcance.
Por ejemplo, Google.org ha puesto a los conductores que hacen las fotos de Street View —un servicio de Google que muestra imágenes de numerosas ciudades a pie de calle— a probar una flota de automóviles eléctricos para comparar su consumo con otros modelos en el mercado.
Además, la ONG ha entrado en otras áreas completamente diferentes e incluso ha participado en la producción de “La última pulgada”, un documental sobre la lucha contra la polio que logró una candidatura a los Oscar este año.
San Francisco
EFE