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Tulipanes para el "jogo bonito"

Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Sábado 03 julio, 2010




Tulipanes para el “jogo bonito”
Holanda eliminó a Brasil, tomó venganza y se enrumba al título

No más Brasil, no más juego bonito, no más Dunga. Bastaron 45 minutos para que Holanda, que sigue en el torneo, con su fútbol práctico y efectivo, mandara para la casa a los brasileños.
Las expectativas de que los sudamericanos volviesen a ser campeones del mundo quedaron enterradas en el estadio Nelson Mandela de Puerto Elizabeth, tras caer 2 -1 ante Holanda.
El estilo que le imprimió Carlos Dunga a Brasil generó dudas antes del Mundial, tras los cuatro primeros juegos estas se disipaban, pero tras el resultado frente a los holandeses, reaparecieron y generaron la renuncia del estratega al mando de la selección amarilla y verde.
La selección “naranja” se plantó en la cancha de gran manera, supo aguantar el chaparrrón brasileño de la primera parte y liquidar, sin espacio a dudas, en la complementaria.
Todo lo contrario para los brasileños, quienes aunque fueron superiores en los primeros 45 minutos, no lograron reflejarlo en el marcador, ya que solo cristalizaron una anotación.
Brasil había eliminado a Holanda en cuartos de final en Estados Unidos 94 y por penales en semifinales de Francia 98, y el viernes los de Bert Van Marwijk se comieron fría la venganza.
De manera individual el compromiso también tuvo sus figuras determinantes. En el lado holandés la dupla Wesley Sneijder y Arjen Robben quienes hicieron sufrir a la zaga brasileña.
En el otro bando, la figura, más por mal que por bien, fue Felipe Melo, quien volvió a jugar de titular, puso un impecable pase para el gol de Robinho, pero anotó en meta propia y se fue expulsado a los 77 minutos.
Brasil pintó el partido bien de inicio, encerró al rival, pero no lo liquidó. A los ocho minutos le fue anulado un gol por posición irregular desde la que partió Daniel Alves para servirle el pase a Robinho.
Pero a los 10 minutos, el delantero sí logró un tanto válido, al recibir libre de marca un pase profundo desde el punto central de la cancha lanzado por Felipe Melo. El balón llegó a la media luna, Robinho avanzó sin custodio a la vista y con pierna derecha y remate seco batió a Maarten Stekelenburg.
Dirk Kuyt tuvo el empate un minuto después pero su disparo al vertical derecho desde la banda opuesta fue desviado al tiro de esquina por Julio César.
Brasil siguió siendo más, inquietó más, buscó más el gol pero no mató y eso le pasó una factura muy alta, tan alta que lo sacó del Mundial.
A los 55 minutos pase de Robben a Sneijder, quien despachó desde la derecha el balón con pierna zurda. El centro no parecía complicar, pero en el aire chocaron Felipe Melo y Julio César. Tremendo error compartido. Dolor para el portero que poco había sido exigido y nueva decepción para el volante.
Brasil no fue más el mismo. Sus zagueros quedaron contagiados de una parálisis que tuvo otra nefasta consecuencia 13 minutos después.
Tiro de esquina desde la derecha impulsado por Robben, doble cabeza ante la mirada de los brasileños, primero de Kuyt y después de Sneijder para anidarla en el fondo de la red, establecer la remontada y comenzar a sentenciar el partido que se anunció como una final adelantada.
No hubo más, pasó Holanda y unos tulipanes para los brasileños, para digerir el fracaso.

Cristian Williams y EFE
cwilliams@larepublica.net






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