Factor humano
Tu legado: ¡Influencia!
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 29 mayo, 2012
Según el dramaturgo Oscar Wilde, “influir sobre una persona es transmitirle nuestra propia alma”. De una u otra forma, todos se influyen mutuamente en un equipo deportivo; sin embargo, hay quienes se distinguen porque dejan una huella indeleble en la vida de los demás. ¿Es este su caso? ¿Cuál es el legado que, a la fecha, usted está dejando en su equipo, familia o empresa?
Gozar de popularidad y aprecio por su simpatía, no convierte a nadie en un ser influyente. Puede ser bienvenido socialmente, pero no es por eso que dejará una huella de valor en aquellos que le rodean. Hay otros atributos con los cuales sí se marca el pensamiento ajeno. En ambientes complicados son más influyentes quienes inspiren actuar hacia una visión concreta, diferente, necesaria y esperanzadora. Si esta visión se fundamenta en principios que enaltecen al equipo, entonces estaremos frente a líderes trascendentes.
Otros seguirán a los proponentes de una visión si estos tienen recursos específicos para hacer escuchar su voz: conocimientos, fama, recursos materiales, vínculos, información, etc. Pese a su relevancia, esos recursos quedan por debajo de la credibilidad como eje central para influir. Son creíbles los miembros del equipo que unen coherentemente sus ideas con su pasión para concretarlas y su comportamiento alineado con ellas. La consistencia es esencial en los verdaderos influyentes.
Dejar un legado de fondo podría causará rechazo e indiferencia en individuos resistentes a superarse, a deponer la confrontación irracional para convertir el respeto a sí mismos y a los demás en un contrato. Es fácil ser apreciados por la afabilidad, el don de gentes y la suplencia de necesidades temporales. Eso está bien, pero la influencia cardinal incluye calar en modos de pensamiento y de acción.
Con carácter y mística se conquistan voluntades y se abren puertas. Recibir el permiso para sembrar ideas en mentes ajenas es un privilegio de pocos y allí nace su responsabilidad de ser sanos influyentes.
Todos dejamos un legado al partir de este mundo. Lo que debemos pensar es el impacto duradero del nuestro en un equipo. El desaparecido periodista chileno, Felipe Cubillos, nos dejó esta reflexión como legado: “Echo de menos en el mundo actual a esos líderes que hacían lo que se debe hacer y decían lo que se debe decir, sin esperar resultados inmediatos en las encuestas. Me refiero a los que marcan un camino, no los que siguen a las masas”.
German Retana
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