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NACIONALES


Construcción debió costar menos de la mitad

Trocha perdió $25 millones

Más de 40 kilómetros de la vía ya están colapsados

Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Lunes 06 agosto, 2012


Carretera en mal estado
El tránsito en los primeros kilómetros desde Calero hacia el noroeste es bueno. Una adecuada distancia con el río San Juan y los canales de desagüe permiten mantener la vía en buenas condiciones. Marco Monge / La República


ANALISIS

La trocha construida a lo largo de la frontera con Nicaragua debió costar menos de la mitad de los $45 millones gastados por el gobierno, según expertos consultados por LA REPUBLICA.

Se trata de un monto de tan solo $20 millones, especialmente para mano de obra y los materiales usados.

Pero las pérdidas serían mayores, al considerar que una sección de más de 40 kilómetros de la vía ya está colapsada, así que casi todo el dinero invertido en esa franja prácticamente se desperdició.

A esas pérdidas, es necesario incluir el daño ambiental ocasionado; solo en bosques se calculan unos $3 millones por la madera talada a lo largo de al menos 30 kilómetros de la ruta.

En cuanto a gastos, hasta ahora se han invertido más de $45 millones en abrir senderos, hacer rellenos, colocar algunos puentes pequeños y poner una capa de lastre en una franja de 120 kilómetros de la trocha, con capa de lastre de unos 25 centímetros de profundidad, de entre ocho y diez metros de ancho.

Sin embargo, la inversión no debería haber sobrepasado los $20 millones, de acuerdo con un estudio elaborado por LA REPUBLICA con base en cálculos de varios expertos, tomando en cuenta el costo de los materiales usados, la mano de obra y otros rubros.

El costo de una obra de esta magnitud, incluidos algunos rellenos, debería significar una inversión cercana a $20 millones, la mitad en el material usado, y la otra mitad en mano de obra y renta de equipo, de acuerdo con ingenieros independientes del área estructural y forestal, y expertos en construcción de caminos.

La estimación excluye pago a topógrafos, ingenieros, estudios ambientales y de suelo, que de todas formas no se efectuaron para la construcción de la trocha pues no fueron requeridos por el gobierno.

Aparte de esta sección de proyecto, también se invirtió en el mejoramiento de un sendero de poco más de 40 kilómetros que van desde Boca del Río Sarapiquí, hasta Boca San Carlos.

Sin embargo, el esfuerzo y dinero involucrados fueron desperdiciados, dado que la superficie ya ha pasado a ser barro y maleza, mientras que en algunas zonas el fronterizo río San Juan desapareció la vía a causa de las llenas, a poco más de un año de haber sido realizados.

Por si eso fuera poco, el proyecto involucró la construcción de puentes a base de troncos de madera y cajones de furgón con costos de entre $4 mil y $5 mil, que ya han tenido que ser desechados y restituidos.

Si se toman en cuenta los daños ambientales, las pérdidas para el país siguen sumando.

Para abrir paso al camino, fue necesaria la tala de árboles en aproximadamente 30 kilómetros, en zonas como Copalchi y Tiricias.

Esto equivale a unas 90 hectáreas, si se toma en cuenta que se abrió un derecho de vía de entre 20 y 30 metros, según comprobó un equipo de LA REPUBLICA que visitó el lugar.

Allí se habrían afectado árboles de almendro, caobilla, níspero y cedro, entre otros.

Lo cortado equivaldría a unos $3 millones en el mercado para la madera talada, dinero que no fue cobrado por el gobierno para beneficio del país y que tampoco se podrá recuperar.

Adicionalmente, habría que tomar en cuenta las pérdidas ambientales por la afectación a unos seis humedales, algo en lo que ya trabaja el Tribunal Ambiental.

Estos cálculos deberán formar parte de la investigación judicial que se lleva a cabo, para sentar responsabilidades sobre la forma en cómo se giraron los recursos.

En total se beneficiaron unas 35 empresas, muchas de ellas sin personal y con poco equipo dedicado a la construcción, por lo que se requirieron rentas adicionales de equipo inflando aún más los gastos del proyecto.


En defensa


La trocha no es un gasto, sino una inversión para defender la soberanía nacional, asegura el gobierno. Los alegados beneficios incluyen los siguientes:

  • Posibilidad de comunicación de pobladores aledaños al San Juan con el resto del país
  • No dependencia del río San Juan especialmente para comercio o transporte
  • Mejor vigilancia policial y migratoria
  • Nuevos servicios públicos (telefonía, electricidad, Internet)

Calle de piedra

A la altura de Delta Costa Rica, frente a Calero, la trocha está en buenas condiciones. Posee una capa de lastre de aproximadamente 25 centímetros por la cual se transita sin problemas.

Calle de piedra con cinta métrica

Existe una adecuada rotulación en el tramo hacia Delta Costa Rica, pero después ya no. El ancho de la calzada de lastre oscila en promedio entre 8 y 10 metros, aunque el derecho de vía llega a alcanzar los 30 metros en algunas partes.

Calle de piedra desde el lente de una cámara

El tránsito en los primeros kilómetros desde Calero hacia el noroeste es bueno. Una adecuada distancia con el río San Juan y los canales de desagüe permiten mantener la vía en buenas condiciones.

Puente rústico hecho con troncos de árboles

La construcción de puentes se realizó de forma rústica y rudimentaria, usando troncos y materiales de la zona que no garantizan que soporten la llegada de las lluvias.

Fátima es el primer pequeño poblado que cruza la trocha fronteriza

Fátima es el primer pequeño poblado que cruza la trocha fronteriza. Los trabajos quedaron estancados y a partir de ahí hacia Boca San Carlos el paso se complica.

El repudio de algunos lugareños a las obras y a lo que consideran un desperdicio de recursos

El repudio de algunos lugareños a las obras y a lo que consideran un desperdicio de recursos se ha hecho evidente en parte de la rotulación, como en esta, ubicada al kilómetro 26.









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