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Triunfo mexicano

| Jueves 11 diciembre, 2008




Triunfo mexicano

• Célebre novela de Angeles Mastretta es llevada a la pantalla en una versión lujosa y elegante

“Arráncame la vida”
(Arráncame la vida)
Dirección: Roberto Sneider. Reparto: Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho, José María de Tavira, Julio Bracho. Duración: 1.50. Origen: México 2008.
Calificación: 8.

Publicitada como la producción más cara en los anales del cine mexicano, “Arráncame la vida” es mucho más que eso: representa un notable triunfo artístico y comercial, como no se veía desde hace rato en América Latina.
Trece años después de debutar en la dirección de largometrajes con “Dos crímenes” (1995), Roberto Sneider se encarga de llevar a la pantalla una célebre novela de la periodista y escritora Ángeles Mastretta. El guion, redactado por Sneider en colaboración con la misma Mastretta, combina lo particular con lo universal, retratando una fulgente figura femenina, cuyas vivencias privadas reflejan el convulso acontecer de un país en un período de transición.
En 1930, Catalina Guzmán es una inocente quinceañera, quien vive sin preocupaciones en la ciudad de Puebla. Cortejada por el atractivo general Andrés Ascencio, la adolescente se deja seducir y se casa con el oficial, casi sin conocerlo.
Con el pasar del tiempo, convertida ya en esposa y madre, Catalina se va enterando de las facetas más oscuras de su marido. Machista y mujeriego, él es un militar influyente, con grandes ambiciones políticas, responsable del asesinato de varios rivales. Mientras crece su desencanto hacia Andrés, Catalina encuentra un apuesto director de orquesta, destinado a robar su corazón.
Gran parte del peso dramático de la obra, descansa sobre Ana Claudia Talancón, quien está en cámaras casi constantemente. La intérprete de “El crimen del Padre Amaro” (2002) da la talla, resultando creíble a lo largo de un complejo proceso de evolución psicológica: de chiquilla inmadura a mujer determinada.
Igual de sobresaliente es el trabajo de Daniel Giménez Cacho, quien retrae al egoísta Ascencio de manera vigorosa, sin caer en estereotipos caricaturescos. A José María de Tavira le falta dominio escénico, carisma y compenetración: su personaje parece salido de otra época, mientras que su romance con la heroína no tiene pasión ni sensualidad. Ello le resta energía al triángulo amoroso que ocupa la porción final del relato. Es ésta una de las razones por las cuales el filme no siempre conserva el impacto emocional que alcanza en sus mejores escenas.
Rigurosa al momento de coordinar los distintos aspectos de ambientación, la dirección es también plana y académica. Como consecuencia, la cinta carece de fuerza y lirismo justo en los puntos culminantes, aunque nunca se pone aburrida.
Sin importar estas imperfecciones, “Arráncame la vida” es una bella realización, lujosa y elegante, la cual deja un recuerdo imborrable.






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