Tren de alta velocidad construirá Brasil
EFE | Sábado 25 agosto, 2012
Tren de alta velocidad construirá Brasil
El Gobierno brasileño anunció la retomada del proyecto para la construcción de un tren de alta velocidad entre Río de Janeiro y Sao Paulo, una obra calculada en unos $16.500 millones que prevé licitar en mayo de 2013.
La Agencia Nacional de Transportes Terrestres (ANTT) publicó en su portal los detalles del concurso, el cual tendrá una fase previa de consultas a la población, que podrá hacer "sugerencias" sobre el proyecto hasta el próximo 24 de setiembre.
Según fuentes de la ANTT, las empresas interesadas, nacionales o extranjeras, tendrán plazo para presentar sus ofertas hasta el 30 de abril del año próximo y la licitación será fijada para el día 29 de mayo.
El concurso se dividirá en dos etapas y en la primera se escogerá a la empresa o consorcio que fabricará los trenes, con la obligación de transferencia de tecnología, y que además se ocupará de operar el funcionamiento del sistema.
En segundo lugar se elegirán los responsables de la construcción de las vías, las estaciones y el resto de la infraestructura necesaria para el funcionamiento del tren, indicó la ANTT, que ha calculado el costo total de la obra en 33.000 millones de reales (unos $16.500 millones).
El proyecto se arrastra desde hace casi cuatro años y formaba parte de los preparativos para el Mundial de fútbol del 2014, que se celebrará en Brasil.
Sin embargo, tres licitaciones anteriores fueron declaradas desiertas, debido a que las empresas interesadas rechazaron ciertas exigencias del Gobierno brasileño, como el establecimiento de unos precios considerados bajos para los pasajes.
El último intentó se realizó en julio del año pasado, cuando por tercera vez el concurso fue declarado desierto.
Hasta ahora, empresas de Corea del Sur, Francia, España, Japón y Alemania han mostrado interés en el proyecto, que apunta a construir una línea de alta velocidad a lo largo de 510 kilómetros entre las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo, de donde saldría un segundo tramo de 97 kilómetros hasta la vecina Campinas.
En los últimos meses, autoridades españolas han reiterado al Gobierno brasileño su decisión de promover la participación en el concurso de empresas con vasta experiencia en trenes de alta velocidad, como Ineco y Renfe.
El Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff ha propuesto que el 60% de la obra sea financiado con créditos de la banca pública brasileña, lo cual ya ha recibido el necesario aval del Congreso.
Según los cálculos de las autoridades, el que sería el primer tren de alta velocidad de América Latina transportaría a unos 33 millones de personas en su primer año de operaciones y esa cifra podría llegar a 100 millones para el 2030.
El proyecto ha sido considerado complejo por muchos expertos, ya que implicará la construcción de 90,9 kilómetros de túneles y de otros 107,8 kilómetros de puentes y viaductos para salvar los ríos y desniveles del relieve que presentan dos sierras que separan a Sao Paulo de Río de Janeiro.
La retomada del proyecto se anunció una semana después de la presentación de un ambicioso plan de concesiones al sector privado por 133 mil millones de reales (unos $65.500 millones), con el que el Gobierno pretende mejorar la antigua infraestructura del país y apalancar la actividad económica.
Brasilia/EFE
La Agencia Nacional de Transportes Terrestres (ANTT) publicó en su portal los detalles del concurso, el cual tendrá una fase previa de consultas a la población, que podrá hacer "sugerencias" sobre el proyecto hasta el próximo 24 de setiembre.
Según fuentes de la ANTT, las empresas interesadas, nacionales o extranjeras, tendrán plazo para presentar sus ofertas hasta el 30 de abril del año próximo y la licitación será fijada para el día 29 de mayo.
El concurso se dividirá en dos etapas y en la primera se escogerá a la empresa o consorcio que fabricará los trenes, con la obligación de transferencia de tecnología, y que además se ocupará de operar el funcionamiento del sistema.
En segundo lugar se elegirán los responsables de la construcción de las vías, las estaciones y el resto de la infraestructura necesaria para el funcionamiento del tren, indicó la ANTT, que ha calculado el costo total de la obra en 33.000 millones de reales (unos $16.500 millones).
El proyecto se arrastra desde hace casi cuatro años y formaba parte de los preparativos para el Mundial de fútbol del 2014, que se celebrará en Brasil.
Sin embargo, tres licitaciones anteriores fueron declaradas desiertas, debido a que las empresas interesadas rechazaron ciertas exigencias del Gobierno brasileño, como el establecimiento de unos precios considerados bajos para los pasajes.
El último intentó se realizó en julio del año pasado, cuando por tercera vez el concurso fue declarado desierto.
Hasta ahora, empresas de Corea del Sur, Francia, España, Japón y Alemania han mostrado interés en el proyecto, que apunta a construir una línea de alta velocidad a lo largo de 510 kilómetros entre las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo, de donde saldría un segundo tramo de 97 kilómetros hasta la vecina Campinas.
En los últimos meses, autoridades españolas han reiterado al Gobierno brasileño su decisión de promover la participación en el concurso de empresas con vasta experiencia en trenes de alta velocidad, como Ineco y Renfe.
El Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff ha propuesto que el 60% de la obra sea financiado con créditos de la banca pública brasileña, lo cual ya ha recibido el necesario aval del Congreso.
Según los cálculos de las autoridades, el que sería el primer tren de alta velocidad de América Latina transportaría a unos 33 millones de personas en su primer año de operaciones y esa cifra podría llegar a 100 millones para el 2030.
El proyecto ha sido considerado complejo por muchos expertos, ya que implicará la construcción de 90,9 kilómetros de túneles y de otros 107,8 kilómetros de puentes y viaductos para salvar los ríos y desniveles del relieve que presentan dos sierras que separan a Sao Paulo de Río de Janeiro.
La retomada del proyecto se anunció una semana después de la presentación de un ambicioso plan de concesiones al sector privado por 133 mil millones de reales (unos $65.500 millones), con el que el Gobierno pretende mejorar la antigua infraestructura del país y apalancar la actividad económica.
Brasilia/EFE