Trabajadores de palma aceitera sufren por plaguicidas y jornadas sofocantes

Los trabajadores de la palma aceitera en Costa Rica están expuestos a plaguicidas y sofocantes jornadas laborales, de forma similar a lo que pasa en algunas plantaciones piñeras, según un estudio de la Universidad Nacional y la Escuela de Química del Tecnológico de Costa Rica.

Uno de los ejes que abordó este proyecto fue el de las condiciones de empleo, trabajo y salud, donde se entrevistó a 190 trabajadores, tanto hombres como mujeres, de los distritos de Piedras Blancas, Palmar, Sierpe, Puerto Cortés y Bahía Drake; los consultados trabajan de manera independiente o adscritos a una cooperativa o asociación.

Para el 84% de los pequeños productores, el cultivo de la palma es su principal fuente de ingreso.

En promedio, cada productor recibe anualmente ¢3,5 millones, de los cuales debe reservar el 34% para asumir la inversión, y el resto se destina a salario.

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Cerca del 60% de ellos trabaja de manera independiente, y les corresponde hacer de todo, desde transportar la palma hasta varias tareas como aplicar agroquímicos y cortar el producto.

“Anteriormente, un empleado no realizaba varias tareas; sin embargo, con la crisis en la producción y la baja del precio en el mercado, esto ha ido cambiando”, detalló Marianela Rojas, investigadora de la UNA.

El estudio también evaluó la percepción de los trabajadores respecto a riesgos físicos, químicos y ergonómicos del cultivo de la palma aceitera.

Los datos indican que el 80% dice estar expuesto a sustancias químicas, un porcentaje similar manipula sustancias tóxicas, un 60% percibe el estar expuesto a altas temperaturas y alrededor de un 55% a radiaciones solares.

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Por otra parte, el 66% de las fincas utiliza plaguicidas, siendo el glifosato el más usado, esto en 52 fincas.

El distrito que más utiliza kilogramos de ingrediente activo por año es Sierpe de Osa.

“Si bien las cantidades de herbicidas son relativamente bajas comparadas a las que se utilizan en otros cultivos, se debe tomar en cuenta que, en este momento se discuten a nivel mundial los efectos adversos o negativos para la salud y el ambiente”, explicó Fabio Chaverri, director del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas.

Osa y Golfito albergan el 64% del total de área sembrada de esta planta en el país, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de Palma.