Trabado y aburrido
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Jueves 01 marzo, 2012
Trabado y aburrido
El clásico del buen fútbol se quedó en nombre y finalizó con un 0-0 en el tablero
Saprissa y Herediano quedaron debiendo anoche en el Estadio Nacional, tras un partido que ambos jugaron más a no perder que a intentar ganar, durante la mayor parte de este juego, que empezó a calentar cuando ya se iba a acabar.
En la primera parte el partido se tornó aburrido, mucho juego de media cancha y muy pocas acciones en los marcos.
Hubo que esperar diez minutos para ver una acción peligrosa que en este caso se dio en los pies del saprissista Jairo Arrieta, cuando sorprendió a la defensa herediana, dentro del área, pero su remate se fue muy desviado.
Aparte del excesivo juego en la medular, la acción por las alas duró en llegar, sin embargo eso no hizo la diferencia. Saprissa se desgastó en centros del uruguayo Juan Manuel Morales y Jordan Smith, mientras que en Herediano las de Marvin Obando y Waylon Francis fueron contadas.
El partido era de mucha marca y con eso, los cerebros de los equipos, Walter Centeno en Saprissa y José Cancela en Herediano no lograban marcar diferencia, lo que provocó que las delanteras pasaran desapercibidas.
Los inquietos Jorge Castro y Jairo Arrieta fueron controlados por una defensa herediana muy bien parada y además bien respaldada por la acción de José Garro y Esteban Granados.
Al final de este primer periodo los morados tuvieron la baja del uruguayo Morales quien aparentemente tuvo una fractura en el pómulo y tuvo que abandonar el partido y el estadio, para ser atendido.
Para la complementaria los actores intentaron meter más ritmo, pero se mantenía el déficit de acciones de peligro en ambos marcos.
La primera acción que despertó al público en este segundo tiempo y la mejor del partido hasta ese momento se dio al 64’, cuando José Luis Cordero cobró una falta por la atacante derecha, sacó una línea venenosa que se coló en un espacio entre defensa y portero morado, y en el segundo palo apareció “el Mambo” con segundos de retraso, lo que evitó que anotara.
Cuatro minutos después era el Paté Centeno que mediante tiro libre, por cierto uno que parecía muy largo para sorprender, soltó el gatillo y obligó a Leonel Moreira a ganarse el sueldo de la noche volando y sacando el balón al tiro de esquina.
Tras estas acciones el juego pareció animarse. “Mambo” en la cancha y el ingreso de Oscar Rojas mostró las intenciones del técnico Jafet Soto de llegar a la meta de Víctor Bolívar.
Por su parte, Guimaraes buscó más alternativas con el argentino Gustavo Fernández y Daniel Colindres, pero los morados siguieron con problemas después de los tres cuartos de cancha.
Anderson Andrade tras un taquito del Mambo, al 72’, y Oscar Rojas al 73’, tras un excelente pase largo de Andrade, un minuto después, se acercaron al gol. En este medio despertar de los equipos hacia el final del juego, los florenses fueron los que metieron más veneno ofensivo a sus acciones.
Al 85’, Colindres logró encontrar un espacio entre el cerrojo florense y sacó una línea que Moreira, en su segunda acción seria del juego, sacó en forma excelente, salvando a su equipo de la sorpresa morada.
El juego llegó al final sin goles, sin ser lo que se esperaba, y dejando la sensación en los aficionados de que el partido que querían, apenas se empezaba a dar, cuando terminó.
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
El clásico del buen fútbol se quedó en nombre y finalizó con un 0-0 en el tablero
En la primera parte el partido se tornó aburrido, mucho juego de media cancha y muy pocas acciones en los marcos.
Hubo que esperar diez minutos para ver una acción peligrosa que en este caso se dio en los pies del saprissista Jairo Arrieta, cuando sorprendió a la defensa herediana, dentro del área, pero su remate se fue muy desviado.
Aparte del excesivo juego en la medular, la acción por las alas duró en llegar, sin embargo eso no hizo la diferencia. Saprissa se desgastó en centros del uruguayo Juan Manuel Morales y Jordan Smith, mientras que en Herediano las de Marvin Obando y Waylon Francis fueron contadas.
El partido era de mucha marca y con eso, los cerebros de los equipos, Walter Centeno en Saprissa y José Cancela en Herediano no lograban marcar diferencia, lo que provocó que las delanteras pasaran desapercibidas.
Los inquietos Jorge Castro y Jairo Arrieta fueron controlados por una defensa herediana muy bien parada y además bien respaldada por la acción de José Garro y Esteban Granados.
Al final de este primer periodo los morados tuvieron la baja del uruguayo Morales quien aparentemente tuvo una fractura en el pómulo y tuvo que abandonar el partido y el estadio, para ser atendido.
Para la complementaria los actores intentaron meter más ritmo, pero se mantenía el déficit de acciones de peligro en ambos marcos.
La primera acción que despertó al público en este segundo tiempo y la mejor del partido hasta ese momento se dio al 64’, cuando José Luis Cordero cobró una falta por la atacante derecha, sacó una línea venenosa que se coló en un espacio entre defensa y portero morado, y en el segundo palo apareció “el Mambo” con segundos de retraso, lo que evitó que anotara.
Cuatro minutos después era el Paté Centeno que mediante tiro libre, por cierto uno que parecía muy largo para sorprender, soltó el gatillo y obligó a Leonel Moreira a ganarse el sueldo de la noche volando y sacando el balón al tiro de esquina.
Tras estas acciones el juego pareció animarse. “Mambo” en la cancha y el ingreso de Oscar Rojas mostró las intenciones del técnico Jafet Soto de llegar a la meta de Víctor Bolívar.
Por su parte, Guimaraes buscó más alternativas con el argentino Gustavo Fernández y Daniel Colindres, pero los morados siguieron con problemas después de los tres cuartos de cancha.
Anderson Andrade tras un taquito del Mambo, al 72’, y Oscar Rojas al 73’, tras un excelente pase largo de Andrade, un minuto después, se acercaron al gol. En este medio despertar de los equipos hacia el final del juego, los florenses fueron los que metieron más veneno ofensivo a sus acciones.
Al 85’, Colindres logró encontrar un espacio entre el cerrojo florense y sacó una línea que Moreira, en su segunda acción seria del juego, sacó en forma excelente, salvando a su equipo de la sorpresa morada.
El juego llegó al final sin goles, sin ser lo que se esperaba, y dejando la sensación en los aficionados de que el partido que querían, apenas se empezaba a dar, cuando terminó.
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net