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Todo a la vista

| Sábado 25 julio, 2009




Todo a la vista
Utilizar materiales transparentes en la construcción abre todo un mundo de posibilidades al exponer la intimidad

Los materiales transparentes multiplican la funcionalidad de aquello que recubren, ofreciendo nuevos puntos de vista en lugares emblemáticos como el Gran Cañón del Colorado, o añadiendo nuevas utilidades al emplearse en construcciones más cotidianas como un baño público.
“Construir con materiales transparentes, como el cristal líquido, tiene utilidades muy variadas y puede resolver muchos problemas”, explicó a Efe el fundador de la agencia de diseño Oloom, Olivier Rambert.
En medio de una calle de la ciudad de Lausana, en Suiza, la agencia Oloom ha instaurado un baño público de paredes transparentes, aunque una vez dentro, el usuario tiene la opción de apretar un botón para que se vuelvan opacas y evitar ser visto.
“Puedes ver si el servicio está limpio o no sin tener que entrar en él, y como todo el mundo podrá verlo tras ser usado, cada persona que lo utilice se asegurará de dejarlo impecable”, explicó a Efe Rambert.
Así, lo transparente puede resultar muy útil al servirse de la exposición de la intimidad para condicionar el comportamiento, aprovechándose de nuestra vergüenza a ser vistos.
Además, cada 45 minutos, si no hay movimiento, el cristal vuelve a ser transparente, evitando de esta forma que nadie duerma dentro y en casos de emergencia descubrir si hay alguien herido o inconsciente en su interior.
Es uno de los beneficios de estas construcciones de piel transparente, que cuentan con otras utilidades transcendentales que nos permiten vivir experiencias nuevas.
Una de ellas es hacernos volar, como demuestran los ascensores de coraza incolora que llevan a los visitantes hasta lo más alto de las “Jumeirah Emirates Towers” en el corazón de Dubái.
Además podemos sentir el vértigo de andar sobre un suelo transparente a más de 1.000 metros de altura con el Gran Cañón del Colorado a nuestro pies, gracias a una terraza en forma de túnel de suelo y paredes transparentes, que sobresale de uno de sus acantilados.
Y también es posible flotar sobre una gran ciudad. Este mes se ha abierto al público un balcón 100% transparente que sobresale más de un metro del piso 133 de la torre Pears en Chicago, permitiendo a los turistas quedar suspendidos a 412 metros de altura.
Lejos de la impresión de fragilidad que conlleva caminar sobre la nada, los materiales empleados para dejarnos ver lo que hay al otro lado son tan resistentes que hasta han llevado a probar su eficacia en la industria automovilística.
Una marca suiza ha creado un coche completamente transparente, el “Exasis”, hecho de Makrolon, un tipo de plástico de alta tecnología a prueba de golpes.
Otros ingenieros y arquitectos han experimentado con varios materiales para poder beneficiarse de las transparencias de manera segura en construcciones de más envergadura.
El Litracon (“light transmiting concrete”) es un tipo de hormigón transparente creado en 2001 por el arquitecto húngaro Aron Losonczi, cuya mezcla se compone de un 96% cemento y un 4% fibra óptica, lo que permite a la luz atravesar paredes de metros de profundidad como un fantasma.
“Es un material de construcción caro pero exclusivo, un tipo de cemento muy útil y fuerte”, comentó a Efe su creador Losonczi.
El ETFE, parecido al plástico, se ha empleado en construcciones que necesitan luminosidad, como el gigantesco invernadero de Eden al sur de Inglaterra, donde luz atraviesa a sus anchas su estructura principal en forma de celdas de nido de abeja.
El polimetilmetacrilato se emplea con motivos decorativos para crear desde lavadoras hasta la cubierta de ordenadores o instrumentos musicales, aportando un toque de exclusividad.
Casi cualquier cosa puede volverse transparente, dejando ver lo que ocurre dentro y lo que ocurre fuera, creando utilidades nunca vistas como comprobar si queda comida a través del frigorífico o si hay alguien al otro lado de la pared.

Redacción Internacional
EFE






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