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Sábado, 14 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Tierra ociosa en Nueva Cinchona

Lentitud en el IDA mantiene a los habitantes de Nueva Cinchona sin poder iniciar trabajos dignos a pesar de existir 600 hectáreas para ello

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 13 febrero, 2012


Editorial


La lenta y aparentemente injustificable forma de operar de una institución como el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), tiene a la gente de Nueva Cinchona sin posibilidades de recuperar una forma de trabajo digna para el mantenimiento de esas familias.

De acuerdo con una nota de hoy en este medio, a pesar de existir ya 600 hectáreas para que las personas que sufrieron la tragedia por causa de un terremoto, puedan ponerse a trabajar en distintas labores a las que estaban acostumbradas, nada puede suceder aún porque el IDA sigue analizando y estudiando sobre el destino que se dará a esas 600 hectáreas.

La propiedad está en poder de la Comisión Nacional de Emergencias en este momento, porque ni se ha podido hacer su traspaso al IDA puesto que este no ha logrado definir su uso y, aún más, explica esa entidad que hasta dentro de dos meses iniciarán reuniones puntuales para definirlo y dentro de unos 11 meses arrancarán con la respuesta definitiva.

¿Quién supervisa (o deja de hacerlo) en este país a una institución, como en este caso, para saber las razones por las cuales necesita años para resolver sobre una situación como la de los ciudadanos de Nueva Cinchona? ¿Es esta una forma eficiente y un tiempo razonable para evacuar asuntos en una institución pública?

Las preguntas parecieran ser casi siempre las mismas cuando se trata de las entidades estatales, en una gran mayoría. Nadie se responsabiliza por el ritmo extremadamente lento con que se tramitan las cosas al punto de paralizar en mucho la marcha del país.

Y cuando se piden explicaciones, que la ciudadanía tiene todo el derecho de conocer, lo que se obtiene es una larga lista de excusas.

De nuevo… ¿quién debe hacerse responsable de supervisar esta pesada y lenta maquinaria burocrática para exigirle mayor eficiencia o solucionar, si ese fuera el caso, los problemas que le impiden trabajar a un ritmo adecuado?

Los costarricenses no quieren ya más listados con excusas. Los impuestos que las personas pagan para mantener una cantidad de necesarias instituciones estatales deben ser utilizados con total eficiencia y eficacia. Donde no la haya, debe haber quien supervise y corrija la situación.










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