Ticos inconformes con diputados

Una mayoría de costarricenses manifestó que debería reducirse el número de escaños en la Asamblea Legislativa, de entre los consultados por la empresa CID Gallup, para este medio. Fueron 65, de cada 100 entrevistados los que respondieron de esa forma.

Otro grupo, que integra un 33% de los encuestados opinó que con los 57 actuales es suficiente y solo dos de cada 100 personas consultadas consideraron que debe ampliarse el número de congresistas.

Esto contradice la voluntad de la bancada oficialista que quisiera elevar a 75 el número de legisladores.

Más allá del número en discusión, es claro desde hace bastante tiempo que los costarricenses no están conformes con el desempeño de los diputados.

Leyes mal concebidas o mal elaboradas como es el caso del proyecto de Ley de Tránsito, para mencionar solo una, a pesar de contar con asesores; lenta tramitación, en muchos casos porque prima el interés partidista en vez del interés nacional; debates donde se pierde el tiempo en hablar mal de otros en vez de razonar a favor o en contra de un proyecto con argumentos; son parte de lo que los costarricenses ven en una Asamblea que no alcanza un nivel aceptable.

Ante esto, debemos recordar que es del seno de los partidos políticos de donde salen los diputados, nombrados por sus cúpulas. A los costarricenses no les queda más que votar por quienes ya han sido nombrados por esas dirigencias.

Hay pues, una enorme urgencia en el país de depurar, mejorar y elevar la calidad de la política.

Los partidos políticos deben volver a ser centros de pensamiento y formación de quienes tengan capacidad y sientan vocación por servir al país, desde una curul, o desde cualquier ministerio, y no maquinarias electorales que demuestren su eficacia únicamente a la hora de lograr votos en las urnas.

Los tiempos de cambio que vive el mundo, y Costa Rica como parte de él, exigen el ejercicio de la Política, con mayúscula. Exigen una vuelta al escrutinio para descubrir las mentes más lúcidas y dispuestas al esfuerzo honesto y altruista para enrumbar por el camino correcto a la Costa Rica que pueda atravesar el siglo con éxito, entendido este como buena calidad de vida para todos sus habitantes.

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