Taxi vs. UBER: El taxista contra la innovación
Percival Kelso percival@percikelso.com | Jueves 19 julio, 2018
Taxi vs. UBER: El taxista contra la innovación
Debemos comprender que el éxito, hoy en día, no depende de contar con las últimas tecnologías. Las personas como las empresas deben evolucionar muy rápidamente, adaptarse y tener la capacidad de transformarse por completo, de no ser así, poco a poco el gremio de los taxistas terminará por desaparecer.
La innovación es la chispa vital de todo el cambio, mejora y proceso humano. Esto nos ha permitido como seres humanos trascender en distintas épocas y no va dejar de ser así.
Hoy en Costa Rica enfrentamos un debate que ha polarizado hasta nuestro gobierno, ya que este se caracteriza por ser un gobierno de “Unidad nacional, que lo haga para todos y todas los costarricenses” en palabras de nuestro Presidente. De Casa Presidencial al Ministerio de Transportes se han pasado el asunto de UBER como el juego de la papa caliente. Si bien es común en los políticos no querer tomar partida en luchas desfavorables, esta falta de liderazgo ha llegado hasta tal punto que las protestas, las marchas y la inconformidad sean el diario vivir de los taxistas.
Lo que hoy sucede con UBER es el efecto natural de innovar en las tecnologías. Donde luchar contra estas corrientes tecnológicas es querer atrasar lo inevitable. No imagino en su tiempo a las empresas tradicionales de correo, luchando en contra de invención del correo electrónico, a los fotógrafos destruyendo las cámaras de los teléfonos inteligentes, ni mucho menos a las empresas de telefonía bloqueando aplicaciones como WhatsApp para la sobrevivencia de sus mensajes de texto.
Como fundador y exgerente de Taxible la primera aplicación para taxis que hubo en CR, debemos aceptar que UBER es una plataforma tecnológica que ha venido para quedarse y los interesados en que esto no sea así, son “los gremios de taxis” que manejan cupos y flotas de taxis en nuestro país. Han enfocado sus esfuerzos para hacerles creer a conductores, que el problema de todos sus males es el diabólico UBER.
Tomemos un momento para analizar, los puntos donde se pueden comparar UBER y los taxis:
1. Tarifa:
La tarifa de un taxi por kilómetro recorrido es de ¢650, mientras que UBER es de ¢240, donde el pasajero siempre puede conocer su tarifa con anticipación, generando transparencia en el servicio.
2. Trato del conductor:
Con la entrada de UBER al país, lo primero que enamoró a los usuarios, fue la amabilidad y trato de sus conductores, en otras palabras el “servicio al cliente”, parece obvio que todo servicio que se brinda debe tenerlo, pero en los taxis no era así, lo común de estos hoy en día son las quejas por maltratos, insultos o incluso amenazas, hasta no querer transportar a los pasajeros en carreras menores a los ¢1.000.
3. Seguridad/Respaldo:
La tecnología nos puede brindar herramientas de seguridad que los medios tradicionales no han podido ofrecernos al día de hoy, donde la información como el nombre del conductor, placa y tipo de vehículo, posicionamiento en tiempo real de su ubicación, soporte y comunicación inmediata con la empresa de transporte, brindando tranquilidad al usuario de que todo va a estar bien. Nos da a los usuarios la oportunidad de crear y moldear con nuestras calificaciones y opiniones el servicio a la medida que deseamos, esto jamás podrá ofrecerlo una empresa tradicional de taxis.
4. Estado del vehículo:
En este punto partimos desde la limpieza del vehículo, las estaciones de radio indeseadas, las facilidades de carga de celular que nos ofrecen. Un medio de transporte diseñado para el usuario y sus necesidades, podríamos pensar que estamos soñando.
Hasta aquí, es evidente que UBER lleva una ventaja considerable, en los anteriores aspectos, entonces, ¿qué pueden hacer los taxistas?
En mi experiencia como facilitador de innovación, el gremio de taxis debe comprender que la lucha no es contra la tecnología, ni contra el proceso de natural de la innovación, donde luchar contracorriente va terminar extinguiendo el gremio.
No se debe perder el norte, el enfoque de la batalla debe ser la mejora del servicio para el cliente, este pasajero que necesita movilizarse. Teniendo claro que la razón de ser de los taxis son los pasajeros, se les debe exigir a los dueños de taxis un estándar de servicio que garantice a sus choferes capacitaciones, búsqueda con el gobierno de tarifas fijas y estandarizadas por ciudad para que los pasajeros puedan conocer de antemano el costo del servicio hasta antes de utilizarlo e inclusive implementar una plataforma tecnológica que brinde al usuario información de su ubicación, datos del taxi y su chofer.
Posiblemente, estas medidas harán que los usuarios regresen a los taxis, ya que, la experiencia de un taxista de las calles, nunca podrá ser comparable con un recién iniciado (novato) conductor de UBER.