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Taxco, la ciudad de la plata, pierde su brillo

| Lunes 02 febrero, 2009




Taxco, la ciudad de la plata, pierde su brillo

Taxco, México
EFE

La crisis económica, un conflicto sindical que mantiene cerrada su mina y la invasión del comercio chino están haciendo que Taxco, la ciudad mexicana platera por excelencia, pierda parte de su brillo porque algunos de sus artesanos están teniendo que cerrar sus negocios.
“Somos pocos los que estamos subsistiendo, muchos están emigrando o buscan trabajos complementarios para mantener a sus familias”, afirmó a Efe Francisco Martínez Espinosa, artesano de El Gran Chaparral, uno de los mercados que pueblan las angostas y empinadas calles de esta ciudad colonial, perteneciente al estado de Guerrero.
Situada sobre una colina de la Sierra Madre mexicana, al suroeste del país, la ciudad de Taxco, palabra que en náhuatl significa “lugar donde se juega pelota”, tiene la categoría oficial de “Pueblo mágico” gracias a su belleza arquitectónica y a ser uno de los centros mineros más antiguo del continente.
La platería es por ello la principal fuente de ingresos de la mayoría de los habitantes de esta pequeña localidad que, como Martínez Espinosa, dedican sus vidas al trabajo de la plata.
Como muchas de las familias que viven en Taxco e improvisan talleres en la azotea de sus casas o en el garaje, tiene un pequeño negocio familiar y, ayudado por su esposa, fabrica las piezas que luego vende en el mercado.
Cuando no trabaja en el taller se dedica a las relaciones públicas; de hecho, las calles de Taxco están llenas de personas, muchas de ellas niños, que invitan al turista a entrar a sus tiendas y mercados con la excusa de que sus piezas de plata son “las más baratas de la ciudad”.
Para sobrevivir a la crisis, explica el artesano, los pequeños plateros se están agrupando en cooperativas e inventando métodos de atracción de clientes, como hacer talleres abiertos al público.
El objetivo es “que la gente pueda ver cómo trabajamos, cómo hacemos todo con nuestras propias manos”, agrega.
“La gente viene a Taxco y se queja de que, aunque somos el pueblo de la plata, lo que vendemos es muy caro; el problema es que aquí no hay plata, la tenemos que comprar a otros lugares y esto hace que los precios suban”, apunta.
Paradójicamente, hace un año y medio que la ciudad de la plata no extrae su propio mineral ya que, desde finales de julio de 2007, la mina, perteneciente a la empresa Industrial Minera México del Grupo México, está cerrada por un conflicto sindical.
El secretario general de la sección del estado de Guerrero del sindicato minero, Roberto Hernández, explicó a Efe que, ante el aumento de la inseguridad y de los accidentes, los trabajadores se vieron obligados a declararse en huelga y la mina está cerrada desde entonces, “aunque la empresa alegue que es por falta de mineral”.
Por su parte, Grupo México, ha confirmado que la mina está cerrada porque en su día “el sindicato impidió la entrada de personal contratista para la preparación y desarrollo de nuevas vetas de mineral”, lo que provocó un “agotamiento de las reservas”.
A la crisis económica y a la necesidad de importar el material se suma la entrada del comercio chino.
“Los chinos pretenden vender a dos pesos una pieza que nosotros vendemos por diez”, se queja Liliana, otra artesana del mercado El Gran Chaparral que defiende su material.
“Nosotros seguimos la Ley 925 que dice que a cada kilo de plata hay que quitar sólo 75 gramos, mientras que en la de los chinos hay sólo 125 gramos de plata, es decir, es hierro con un baño de plata”, denuncia.
Pero la crisis no está viniendo mal a todos los habitantes de Taxco, pues a algunos, como Ezequiel Tapia, dueño de los talleres Exel Tapia, les está favoreciendo.
“La crisis nos beneficia porque están viniendo muchos europeos a comprar ya que su moneda está más alta y pueden comprar más fácilmente”, dice este artesano que ha dedicado toda su vida al mundo de la platería.
Su padre era escultor de piedra y él mezcló los dos materiales, piedra y plata, para fabricar las piezas que vende: esculturas por encargo y exclusivas que tarda meses en hacer y que pueden alcanzar un valor en el mercado de diez o veinte mil dólares.

“En las crisis hay unos que ganan y otros que pierden”, apunta. “A nosotros no nos está afectando negativamente, pero no es así para toda la gente”, reconoce.






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