SUTEL y las exoneraciones
George Miley George.Miley@sita.aero | Jueves 01 octubre, 2020
En su afán continuo y de testa dura por parte del Gobierno al querer tomar fondos de donde pueda, busca una vez más cómo hacer que FONATEL pague la factura de las ineficiencias estructurales del país. Pero uno se pregunta, ¿será que le van a quitar al IMAS dinero para así redireccionar esos fondos para las negociaciones con el FMI? O ¿será que el gobierno le pretende quitar las exoneraciones de importación de insumos para carreteras? ¿Y las Juntas de Educación y sus exoneraciones?
Omite el Gobierno, en su discurso febril de satanizar mediante cacería de brujas a FONATEL, que las exoneraciones que se dan no son propias de SUTEL y su funcionamiento regulatorio; esas exoneraciones de las que habla el gobierno son únicas de FONATEL. ¿Y sabe usted lector, de qué son? Son exoneraciones que contribuyen a que la plata rinda más – a raspar la olla y echarle agua a la sopa. Los dineros que usa FONATEL, son para infraestructura de desarrollo social, que busca cerrar la brecha digital en el país. Son exoneraciones a infraestructura y equipos que ingresan al país con el fin único de dar los servicios de conectividad a las zonas vulnerables, a un bajo costo a través de eliminar impuestos para servicios financiados por fondos públicos.
Así pues, (sarcásticamente) no habría problema en que las empresas que brindan servicios a FONATEL paguen los respectivos impuestos de importación, o que FONATEL pague renta sobre los rendimientos que generan sus ingresos. Sería algo MUY raro, ya que igual entonces, debiera pagar renta el BCCR sobre los más de 8 mil millones de dólares que posee en sus arcas -le pertenezcan o no-, o la CCSS sobre los rendimientos que genera todo el régimen de IVM y pensiones, o quizá la Tesorería Nacional por todos los “overnight” que posee en cada semana de pago.
En fin, si el concepto es pagar, se deberá pagar. Pero eso sí, entonces que todos paguen por igual.
Pero no sin antes lanzar una advertencia clara al Gobierno Central – Dios y la Patria les demandarán con nombre y apellidos (y hasta color de calzoncillos o calzones) quiénes ayudaron a que el país se empobreciera digitalmente. Porque ese dinero que se pagará en el futuro en impuestos es dinero que no permitirá que se pueda llevar la conectividad que tanto necesitan los estudiantes y amigos de la Península de Osa, o a las zonas indígenas o aquellas más aisladas del país
Sin embargo, con ser solidarios en la ayudita que busca el Gobierno, esto no significa que los problemas inherentes de pobreza y brecha digital vayan a ser resueltos por aquellos que juraron proteger a su país. Le quitan posibilidades a los que menos tienen. Es equivalente a quitarle el confite al chiquito o la comida al pobre.
Hoy, está demostrado, que la pobreza de un país se mide en buena medida en su capacidad de encadenamiento digital. No lo digo yo, lo dice el mismo BID y Banco Mundial. Que, por cierto, para aquellos que separan el arroz de los frijoles, deben saber que el Fondo Monetario Internacional, FMI, es el brazo pudiente - el tío que tiene la plata y que presta a pago de polacos- del Banco Mundial pero donde también está el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, BIRF, que es el que hace los estudios bonitos para los países – el primo nerd de la familia. Y son estos segundos los que dicen esto de la pobreza y sociedades digitales. No lo digo yo.
Amén de todo lo anterior, es inaceptable que un Gobierno que busca el amor de la sociedad, busque que unos sean más amados que los otros. Porque a sus interiores, me imagino yo, estos próceres de la patria se deben de decir a sí mismos que algunos somos más iguales que otros. Porque algunos necesitan más privilegios que otros. Porque algunos pueden más que otros.
Y no miden que la brecha digital y el acceso a servicios, no es un tema de ser pudiente o no – es un tema de donde vivo y si hay servicios o no. Así de sencillo. El tema de acceso a tecnología pudiera ser un tema económico si a dispositivos se minimiza. Pero la conectividad y acceso, para sentar la base de la sociedad digital, es inalcanzable si ese cable o esa señal celular no llega a donde la gente lo necesita. De nada me sirve tener un super Android S5000 o un super Manzana XX18, si no tengo con qué conectarme a la democracia virtual de nuestro planeta – el internet, el gran equiparador de equiparadores. Porque con un simple cable o ápice de señal celular, igual acceso a toda la información tienen un niño en Quebrada Honda de Canalete de Upala como la Presidente Merkel en el Schloss Bellevue en Berlin o Warren Buffet en Omaha.
Es una vergüenza que le roben soñar a un niño. Y que no le permitan crecer económicamente a una población vulnerable. Y en vez de salir en televisión y prensa dándose abrazos y palmadas en la espalda, o dándose con la piedra de Aserrí en el pecho por un gran ejercicio matemático de redistribución de impuestos, deben darse cuenta de que pasarse de una bolsa para la otra la plata es así como la magia que se ve con los “magos de Nueva York” que le piden que “encuentre la bolita bajo los vasos”. ¿Y adivinen qué? ¡Todo se ve bien en la primera vuelta, y luego – ZAZ! No hay bolita, no hay vasos, no hay mesa, y no hay plata… Crónica de una [estimado lector, escoja el sustantivo] anunciada.
En síntesis, no es ser responsable social, moral, económica e históricamente, hacerse de la vista gorda a que hayan “pseudo”-defensores de la patria, que quieren quitarle el confite al chiquito. No se vale. Alguien debe alzar la voz.