Superintendente firme en regulación a bancos
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 10 noviembre, 2008
Superintendente firme en regulación a bancos
• El encargado de la supervisión de las entidades financieras es del criterio que regulación y libertad de mercado deben ir de la mano y afirma que gracias a ello la banca local está sana
Israel Aragón
iaragon@larepublica.net
La regulación debe existir y la crisis internacional es una de las más claras evidencias de ello. Al menos ese es el criterio de Óscar Rodríguez, encargado de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), quien asegura que puede existir un 20% de regulación y un 80% de libertad para que los bancos innoven y desarrollen su actividad.
En entrevista con INVERSIONISTA el superintendente defendió las ventajas de poseer una supervisión robusta así como del riesgo que puede soportar un banco.
¿Están los bancos locales protegidos contra la crisis internacional?
Una de las razones por la que me siento relativamente tranquilo es porque la banca está sana, el problema es si se debilita el capital, podría ser que no siga siendo sana.
La situación de los bancos en Centroamérica es muy distinta a la de los bancos en Estados Unidos. Mientras en el país norteamericano entre un 30% y un 45% del total de activos eran financiados con recursos o depósitos del público, en la región es un 80% lo que se financia con los depósitos.
Sin embargo, por la situación actual ha sido necesario modificar algunos aspectos de la legislación bancaria
Lo que se hizo fue permitir que los bancos tengan más liquidez sin castigarlos en los indicadores financieros (la Sugef les exige tener rentabilidades por encima de la inflación y poseer un mínimo de dinero para responder a las demandas de liquidez de sus clientes). Ahora pueden operar con menor rentabilidad (a la exigida anteriormente).
Los bancos venían creciendo y expandiendo su crédito fuertemente. Solo en los últimos 3 años el crédito creció cerca del 190% mientras que el patrimonio de los bancos aumentó un 80% (de manera acumulada). Lógicamente esa capacidad de seguir creciendo con el mismo capital o con las utilidades generadas llegó a agotarse. Esa es la razón por la que algunos bancos han frenado el crédito. Otros bancos tienen la posibilidad de prestar y crecer pero han decidido que ahora no es conveniente. Eso es decisión de cada uno.
¿Entonces no bastarían directrices de los entes reguladores para mejorar el acceso al crédito en el país?
Aquí se juntaron dos cosas. Primero la crisis internacional genera incertidumbre y los bancos actúan con más prudencia y sostienen la expansión del crédito. La otra consiste en que los bancos agotaron su capacidad de crecimiento al expandir su crédito a un ritmo más rápido de lo que crecía su patrimonio.
Algunos sectores, como el privado, ejercen presión para que no se restrinja tanto el crédito y piden mayores facilidades.
Hemos analizado la posibilidad de variar la suficiencia patrimonial, pero no parece lógico en estos momentos. No se vale comprometer la liquidez de los bancos con medidas populistas. No se vale ceder ante presiones empresariales, no se puede seguir creciendo igual, por lo menos no a costa de los bancos, porque el mundo cambió.
¿Es necesario que el país enfrente una pequeña desaceleración crediticia para evitar situaciones más complicadas?
Son dos cosas, una cosa es desacelerar el crecimiento y otra no crecer, todavía no hemos llegado al punto de no crecer sino que hemos venido desacelerando el crecimiento. Lo que hemos hecho son cambios recientemente que consideramos convenientes a la luz de los acontecimientos actuales, no consideramos prudente que ante una situación de mayor riesgo e incertidumbre los bancos debiliten su base de capital endeudándose más.
Las restricciones también tienen consecuencias sociales, pues la crisis internacional empieza a tener efectos sociales, provocando despidos en sectores como el de la construcción.
Sucede siempre. El sector construcción crece un año 20% ó 30% y al año siguiente decrece en igual medida, es el sector que más crece y que más se desacelera luego. El nivel de empleo o desempleo de un país se basa mucho más en las posibilidades o potencial con que el sector internacional le permita crecer.
En este momento las exportaciones a Estados Unidos se están desacelerando y el ritmo del crecimiento inmobiliario probablemente va a ser menor haya o no acceso al crédito, porque los norteamericanos van a comprar menos.
Además la banca corresponsal norteamericana no le va a otorgar tanto crédito a la costarricense por la situación que atraviesa, por lo que la banca costarricense tiene que tomar medidas. Hay cosas que son irremediables y no suceden solo por la banca.
• El encargado de la supervisión de las entidades financieras es del criterio que regulación y libertad de mercado deben ir de la mano y afirma que gracias a ello la banca local está sana
Israel Aragón
iaragon@larepublica.net
La regulación debe existir y la crisis internacional es una de las más claras evidencias de ello. Al menos ese es el criterio de Óscar Rodríguez, encargado de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), quien asegura que puede existir un 20% de regulación y un 80% de libertad para que los bancos innoven y desarrollen su actividad.
En entrevista con INVERSIONISTA el superintendente defendió las ventajas de poseer una supervisión robusta así como del riesgo que puede soportar un banco.
¿Están los bancos locales protegidos contra la crisis internacional?
Una de las razones por la que me siento relativamente tranquilo es porque la banca está sana, el problema es si se debilita el capital, podría ser que no siga siendo sana.
La situación de los bancos en Centroamérica es muy distinta a la de los bancos en Estados Unidos. Mientras en el país norteamericano entre un 30% y un 45% del total de activos eran financiados con recursos o depósitos del público, en la región es un 80% lo que se financia con los depósitos.
Sin embargo, por la situación actual ha sido necesario modificar algunos aspectos de la legislación bancaria
Lo que se hizo fue permitir que los bancos tengan más liquidez sin castigarlos en los indicadores financieros (la Sugef les exige tener rentabilidades por encima de la inflación y poseer un mínimo de dinero para responder a las demandas de liquidez de sus clientes). Ahora pueden operar con menor rentabilidad (a la exigida anteriormente).
Los bancos venían creciendo y expandiendo su crédito fuertemente. Solo en los últimos 3 años el crédito creció cerca del 190% mientras que el patrimonio de los bancos aumentó un 80% (de manera acumulada). Lógicamente esa capacidad de seguir creciendo con el mismo capital o con las utilidades generadas llegó a agotarse. Esa es la razón por la que algunos bancos han frenado el crédito. Otros bancos tienen la posibilidad de prestar y crecer pero han decidido que ahora no es conveniente. Eso es decisión de cada uno.
¿Entonces no bastarían directrices de los entes reguladores para mejorar el acceso al crédito en el país?
Aquí se juntaron dos cosas. Primero la crisis internacional genera incertidumbre y los bancos actúan con más prudencia y sostienen la expansión del crédito. La otra consiste en que los bancos agotaron su capacidad de crecimiento al expandir su crédito a un ritmo más rápido de lo que crecía su patrimonio.
Algunos sectores, como el privado, ejercen presión para que no se restrinja tanto el crédito y piden mayores facilidades.
Hemos analizado la posibilidad de variar la suficiencia patrimonial, pero no parece lógico en estos momentos. No se vale comprometer la liquidez de los bancos con medidas populistas. No se vale ceder ante presiones empresariales, no se puede seguir creciendo igual, por lo menos no a costa de los bancos, porque el mundo cambió.
¿Es necesario que el país enfrente una pequeña desaceleración crediticia para evitar situaciones más complicadas?
Son dos cosas, una cosa es desacelerar el crecimiento y otra no crecer, todavía no hemos llegado al punto de no crecer sino que hemos venido desacelerando el crecimiento. Lo que hemos hecho son cambios recientemente que consideramos convenientes a la luz de los acontecimientos actuales, no consideramos prudente que ante una situación de mayor riesgo e incertidumbre los bancos debiliten su base de capital endeudándose más.
Las restricciones también tienen consecuencias sociales, pues la crisis internacional empieza a tener efectos sociales, provocando despidos en sectores como el de la construcción.
Sucede siempre. El sector construcción crece un año 20% ó 30% y al año siguiente decrece en igual medida, es el sector que más crece y que más se desacelera luego. El nivel de empleo o desempleo de un país se basa mucho más en las posibilidades o potencial con que el sector internacional le permita crecer.
En este momento las exportaciones a Estados Unidos se están desacelerando y el ritmo del crecimiento inmobiliario probablemente va a ser menor haya o no acceso al crédito, porque los norteamericanos van a comprar menos.
Además la banca corresponsal norteamericana no le va a otorgar tanto crédito a la costarricense por la situación que atraviesa, por lo que la banca costarricense tiene que tomar medidas. Hay cosas que son irremediables y no suceden solo por la banca.