Sucia lucha por el poder en "The Campaign"
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 15 agosto, 2012
CINE
Sucia lucha por el poder en “The Campaign”
A menos de tres meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los humoristas Will Ferrell y Zach Galifianakis libran una sucia lucha por el poder en “The Campaign”, una comedia del mismo director del aclamado drama político “Game Change”.
“(La comedia) es una gran herramienta para sacar a relucir lo que ocurre en la política. Creo que reírte y disfrutar de una película pero a la vez impregnarte de su punto de vista es una combinación increíble y muy efectiva”, explicó Ferrell.
El cómico, labrado en la escuela del programa “Saturday Night Live” en los años 90 y cuya última aventura cinematográfica fue la comedia en español “Casa de mi padre”, encarna ahora al congresista por Carolina del Norte Cam Brady, protagonista de prácticamente todos los escándalos en los que puede estar envuelto un político.
Para interpretar a su personaje, Ferrell se inspiró en diferentes figuras del mundo real, interesándose particularmente por el excandidato a la vicepresidencia John Edwards, quien copó titulares e incluso tuvo que afrontar un juicio después de haber dejado embarazada a su amante.
“Me gustaba su estilo exageradamente serio y amé su increíble corte de pelo”, bromea Ferrell, cuyo personaje inicia la película preguntándole a su asesor político si su peinado está bien.
Meses antes de las elecciones para revalidar su escaño en el Congreso, Brady deja por equivocación un mensaje sexual destinado a su amante en el contestador de una decente familia, lo cual es aprovechado por dos magnates, los hermanos Wade (Dan Aykroyd) y Glenn Motch (John Lithgow), para lanzar a su propio candidato.
El elegido es Marty Huggins, interpretado por Galifianakis (“The Hangover”), un afeminado padre de familia que, gracias a la ayuda de su nuevo asesor, Tim Wattleym (Dylan McDermott), conseguirá arrebatarle poco a poco la intención de voto a Brady, quien lleva hasta el extremo sus artimañas para mantenerse en el poder.
Nueva York / EFE
Sucia lucha por el poder en “The Campaign”
A menos de tres meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los humoristas Will Ferrell y Zach Galifianakis libran una sucia lucha por el poder en “The Campaign”, una comedia del mismo director del aclamado drama político “Game Change”.
“(La comedia) es una gran herramienta para sacar a relucir lo que ocurre en la política. Creo que reírte y disfrutar de una película pero a la vez impregnarte de su punto de vista es una combinación increíble y muy efectiva”, explicó Ferrell.
El cómico, labrado en la escuela del programa “Saturday Night Live” en los años 90 y cuya última aventura cinematográfica fue la comedia en español “Casa de mi padre”, encarna ahora al congresista por Carolina del Norte Cam Brady, protagonista de prácticamente todos los escándalos en los que puede estar envuelto un político.
Para interpretar a su personaje, Ferrell se inspiró en diferentes figuras del mundo real, interesándose particularmente por el excandidato a la vicepresidencia John Edwards, quien copó titulares e incluso tuvo que afrontar un juicio después de haber dejado embarazada a su amante.
“Me gustaba su estilo exageradamente serio y amé su increíble corte de pelo”, bromea Ferrell, cuyo personaje inicia la película preguntándole a su asesor político si su peinado está bien.
Meses antes de las elecciones para revalidar su escaño en el Congreso, Brady deja por equivocación un mensaje sexual destinado a su amante en el contestador de una decente familia, lo cual es aprovechado por dos magnates, los hermanos Wade (Dan Aykroyd) y Glenn Motch (John Lithgow), para lanzar a su propio candidato.
El elegido es Marty Huggins, interpretado por Galifianakis (“The Hangover”), un afeminado padre de familia que, gracias a la ayuda de su nuevo asesor, Tim Wattleym (Dylan McDermott), conseguirá arrebatarle poco a poco la intención de voto a Brady, quien lleva hasta el extremo sus artimañas para mantenerse en el poder.
Nueva York / EFE