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Steve Aronson

Luis Alberto Muñoz redaccion@larepublica.net | Viernes 01 noviembre, 2013


Tuve el placer de conocer la obra de don Steve en el Parque Nacional Volcán Poás, cuando por una de esas necesidades de la vida, observé que el orinal no utilizaba agua del todo


Entre cielo y tierra

Steve Aronson

Aún no tengo el gusto de conocer a don Steve, como por deferencia nos referimos los ticos a las personas que merecen nuestra estima. Pero resulta difícil poder decir que exista aprecio a quien uno todavía no ha conocido. En 15 años de quehaceres en LA REPÚBLICA, la mayor parte de ellos como director, no he tenido el placer de conocerlo. Una gran omisión que acepto como responsabilidad propia, pues sí he gozado el chance de reunirme con muchos empresarios, políticos y personalidades nacionales e internacionales.
Pero qué lindo también es poder decir que se conoce a una persona, no por su presencia física, sino por sus obras. Y este es para mí, el caso de don Steve. Durante estos años, he visto el impacto que han generado sus ideas y espíritu emprendedor, también reflejados en otros seres, por ejemplo, en la exquisita educación y profesionalismo de Pablo Vargas, director ejecutivo de Café Britt, con quien sí he conversado esporádicamente en alguna que otra entrevista.
Hace poco volví a toparme con otro de sus proyectos, pero lo que más me sorprendió fue el respeto, carisma y admiración transmitidos por David Simon, gerente de ACUALOGICA, un brillante ejecutivo de un modelo de responsabilidad empresarial de pies a cabeza, quien sueña acompañando las aventuras de don Steve, en lograr convertir a Costa Rica en un país agua neutral, ahorrando con dispositivos tecnológicos, dos litros diarios de líquido potable per cápita.
Antes de mi encuentro con David, tuve el placer de conocer la obra de don Steve en el Parque Nacional Volcán Poás, cuando por una de esas necesidades de la vida, observé que el orinal no utilizaba agua del todo. Qué mejor ejemplo podríamos dar a los visitantes de otras partes del mundo, que mostrar baños en los santuarios naturales con tal nivel de conciencia y sofisticación ambiental.
Grata sorpresa después fue darme cuenta de que el fundador de esta compañía fue don Steve, y que sin ánimo de perseguir mayor lucro luego del rotundo éxito de Café Britt, había decidido que la totalidad de las ganancias de ACUALOGICA se destinarían a ProParques, una organización no gubernamental que se dedica a mejorar las condiciones de nuestros museos naturales, buscando desde capacitar guardabosques hasta vincular empresas privadas en la donación de recursos.
En Costa Rica al igual que en otras partes, existe la mezquindad de no hablar bien de quienes se lo merecen. Este empresario es sin dudas un ciudadano ejemplar, que debe ser reconocido. Por suerte lo tenemos en el país generando beneficios económicos y sociales.
En 2009, en una emotiva carta “Changing of The Guard”, don Steve aseguró que llegó la hora, a sus 62 años, de cambiar de título, delegar Café Britt a sus hijos y gerentes; ahora bajo el puesto de “fundador”, continúa con proyectos de contribución comunitaria.
Entre ellos, la Asociación de Colegios del Bachillerato Internacional de Costa Rica, agrupando educadores, académicos, personas de negocios, que pretenden graduar mil estudiantes al año, en 20 centros públicos bajo el rigor de los más altos estándares mundiales.
¡Adelante, don Steve!

Luis Alberto Muñoz
@luisalberto_cr

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