Sortear la crisis en turismo
| Miércoles 19 agosto, 2009
Sortear la crisis en turismo
Es importante para las empresas turísticas de nuestro país considerar diferentes avenidas para hacerle frente a una crisis económica que afecta a la actividad y que tiende a prolongarse varios meses más. Si bien en el mediano plazo se prevé que el sector sea de los primeros en mostrar signos de recuperación, lo cierto es que el panorama para el corto plazo no deja de preocupar ante una recesión que se prolonga, y que afectará sin duda también la próxima temporada alta del país.
La desaceleración de la economía, aunque ya a un ritmo menos intenso, obliga a ajustarse a nuevas realidades. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la economía de Estados Unidos se contraerá un 2,6% en 2009 y para el próximo año se prevé apenas una moderada reanimación del 0,8% en ese principal mercado emisor de turismo para nuestro país. A su vez este año caerá el PIB de Europa un 4,8%. Esta situación tendrá definitivamente incidencia en nuestro país, lo cual obliga a utilizar instrumentos que están en nuestras manos para sobrellevar esta época de vacas flacas.
Las empresas turísticas, hoteles, tour operadores, arrendadoras de vehículos, entre otros, tendrán que acudir a prácticas operacionales que le permitan reducir costos, ser más eficientes, buscando la menor incidencia en la prestación del servicio y ojalá con los menores despidos posibles. Asimismo es recomendable una buena asesoría legal y contable para hacer uso de instrumentos que les permitan reducir el impacto negativo de la crisis. Dentro de este nuevo esquema de operación del negocio, cobra importancia la identificación de las empresas turísticas como actividad industrial y no meramente comercial.
Desde 1960 con la promulgación de la Ley 2706 se consideró a la actividad turística como una industria. Por otra parte, antes de la Ley de Incentivos para el Desarrollo Turístico 6990, del 15 de julio de 1985, algunas empresas dedicadas a la actividad turística gozaban de los contratos industriales, los cuales se vinieron a sustituir por los contratos turísticos, y su reglamento dentro del régimen de incentivos fiscales para el turismo, los asume como actividad industrial. La jurisprudencia de la Sala Constitucional en su voto 01830, del 10 de marzo de 1999, expresamente califica al turismo como industria y la Dirección General de Tributación así lo acoge.
¿Por qué es tan importante esta identificación del turismo como una actividad industrial? Porque siendo así, es posible que aquellas empresas que se han preocupado por obtener su declaratoria de actividad turística, así como su contrato turístico, califiquen como empresa industrial y se puedan acoger al artículo 8 inciso g) de la Ley del Impuesto sobre la Renta. De esta forma, en caso de tener pérdidas económicas este año podrán optar por el beneficio fiscal de diferir las pérdidas en los términos que señala la ley y aplicar las deducciones en periodos subsiguientes.
Walter Niehaus
Ex Ministro de Turismo
Es importante para las empresas turísticas de nuestro país considerar diferentes avenidas para hacerle frente a una crisis económica que afecta a la actividad y que tiende a prolongarse varios meses más. Si bien en el mediano plazo se prevé que el sector sea de los primeros en mostrar signos de recuperación, lo cierto es que el panorama para el corto plazo no deja de preocupar ante una recesión que se prolonga, y que afectará sin duda también la próxima temporada alta del país.
La desaceleración de la economía, aunque ya a un ritmo menos intenso, obliga a ajustarse a nuevas realidades. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la economía de Estados Unidos se contraerá un 2,6% en 2009 y para el próximo año se prevé apenas una moderada reanimación del 0,8% en ese principal mercado emisor de turismo para nuestro país. A su vez este año caerá el PIB de Europa un 4,8%. Esta situación tendrá definitivamente incidencia en nuestro país, lo cual obliga a utilizar instrumentos que están en nuestras manos para sobrellevar esta época de vacas flacas.
Las empresas turísticas, hoteles, tour operadores, arrendadoras de vehículos, entre otros, tendrán que acudir a prácticas operacionales que le permitan reducir costos, ser más eficientes, buscando la menor incidencia en la prestación del servicio y ojalá con los menores despidos posibles. Asimismo es recomendable una buena asesoría legal y contable para hacer uso de instrumentos que les permitan reducir el impacto negativo de la crisis. Dentro de este nuevo esquema de operación del negocio, cobra importancia la identificación de las empresas turísticas como actividad industrial y no meramente comercial.
Desde 1960 con la promulgación de la Ley 2706 se consideró a la actividad turística como una industria. Por otra parte, antes de la Ley de Incentivos para el Desarrollo Turístico 6990, del 15 de julio de 1985, algunas empresas dedicadas a la actividad turística gozaban de los contratos industriales, los cuales se vinieron a sustituir por los contratos turísticos, y su reglamento dentro del régimen de incentivos fiscales para el turismo, los asume como actividad industrial. La jurisprudencia de la Sala Constitucional en su voto 01830, del 10 de marzo de 1999, expresamente califica al turismo como industria y la Dirección General de Tributación así lo acoge.
¿Por qué es tan importante esta identificación del turismo como una actividad industrial? Porque siendo así, es posible que aquellas empresas que se han preocupado por obtener su declaratoria de actividad turística, así como su contrato turístico, califiquen como empresa industrial y se puedan acoger al artículo 8 inciso g) de la Ley del Impuesto sobre la Renta. De esta forma, en caso de tener pérdidas económicas este año podrán optar por el beneficio fiscal de diferir las pérdidas en los términos que señala la ley y aplicar las deducciones en periodos subsiguientes.
Walter Niehaus
Ex Ministro de Turismo