Logo La República

Miércoles, 4 de diciembre de 2024



ACCIÓN


Solo golf: Honestidad ante todo

| Jueves 18 septiembre, 2008




Honestidad ante todo

Esta es la regla principal del golfista a la hora de jugar

Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net

En todos los deportes se pide que las personas practiquen la honestidad a la hora de jugar, sin embargo, en algunos casos los actores no cumplen las reglas como debería ser por lo que se necesita a un juez que sancione los errores que cometen.
El golf es un deporte que se diferencia de los demás porque los jueces son los encargados de aconsejar al jugador y donde las sanciones no son muy comunes, aunque sí existen.
“La honestidad lo es todo en el golf, es el único deporte donde no existen jueces, por así decirlo, el jugador es el encargado de señalar donde falló”, aseguró Jorge Piedrahita, profesional del campo de golf Cariari Country Club.
Algunas de las decisiones en las que puede ayudar el juez a los jugadores es cuando la bola se mueve sin haberla golpeado, ya sea por fenómenos externos como el viento.
“Así como el golfista se preocupa por aprender el swing, así es de importante que de igual manera conozca las reglas”, aseguró Carlos Rojas, del Golf Pro de Reserva Conchal.
Además, el jugador es el encargado de llevar su propio score, por lo cual la honestidad siempre debe reinar en este deporte.
“Este es un proceso que el golfista va adquiriendo con el tiempo, es como una filosofía y para esto hay cuatro principios que deben tenerse muy en cuenta: juegue la bola como se encuentra, juegue la cancha como la encuentre y haga lo que es justo”, explicó Rojas.
El juez puede sancionar a un golfista por romper las reglas, como levantar la bola sin haber pedido el debido permiso, porque la bola lo go
lpeó o porque golpeo a su caddie y las sanciones dependen de la magnitud del error, por lo que puede perder desde puntos, o incluso la eliminación de un torneo.
Existen algunos ejemplos de faltas que han cometido algunos jugadores que les han costado la pérdida de algún torneo, como es el caso del golfista argentino Roberto de Vicenzo, en el Master de Augusta, disputado en 1968, cuando firmó su tarjeta con un golpe de más.
El error se produjo con la puntuación del hoyo 17, en el cual colocó un par 4 cuando en realidad estableció un birdie. De Vicenzo terminó perdiendo un torneo que había ganado legítimamente. En el desempate, Bob Goalby se adjudicó el Abierto. Actualmente al español Sergio García, le sucedió algo similar en un torneo del PGA Tour.
“El mismo deporte hace al golfista y cuando un jugador comete un error, es deshonroso no señalarlo; aunque sea una acción que te vaya a perjudicar si se actúa en contra de las reglas, hay que comunicarlo al juez”, manifestó Rojas.

Consulta: www.heraldo.com.co


Gran ejemplo

Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net

Al golfista colombiano Edgardo Jr. le sucedió un caso muy particular jugando en un torneo infantil, en el cual la honestidad del niño sobresalió.
“Cuando terminé mi recorrido contabilizaba 79 golpes, pero quien llevaba mi cuenta colocó 78. Mi papá, Edgardo Arrázola Meisel, había estado en la mesa de control y había visto que aparecía con un golpe menos y me lo comunicó. De inmediato me dirigí a la planilla para aclarar que había una equivocación. La tarjeta ya la había firmado, y con ello, automáticamente, me eliminaba. Lo que, efectivamente, sucedió”, comentó Edgardo Jr.
“Mi padre me miró y entendí lo que tenía que hacer: ir a denunciar el error aunque eso significara dejar el torneo. Le consultamos al juez y confirmó mi salida. Eso no me afectó. Por las enseñanzas de mis mayores sé que primero están la honestidad, la verdad, sin importar las consecuencias. Yo estaba a dos puntos del líder pero mis principios fueron más fuertes.
Tengo la seguridad de que no me hubiese quedado tranquilo de haberme quedado callado, pero el golf es un deporte de caballeros, y siempre impera la honestidad”, agregó.
Sin lugar a dudas este es un ejemplo de que en el golf la honestidad tiene un gran peso.






© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.