Sistema financiero busca blindaje ante crisis
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 12 enero, 2009
Sistema financiero busca blindaje ante crisis
Banca estatal ampliará en $275.500 millones su capacidad crediticia con capitalización, mientras que autoridades monetarias barajan nuevos créditos para garantizar liquidez y promover el desarrollo nacional
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
Los poderes Legislativo y Ejecutivo cumplieron con la faena de aprobar el presupuesto extraordinario por $117,5 millones para capitalizar la banca estatal, con el objetivo de robustecer la suficiencia patrimonial de los entes bancarios y así, permitirles la reactivación de sus carteras de crédito.
Los recursos ya están en el balance de los bancos Nacional de Costa Rica (BNCR), de Costa Rica (BCR) y del Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito).
Pero más allá de eso, la firma de estos bonos entregados a los bancos en títulos expresados en unidades de desarrollo, vino acompañado por anuncios de nuevos préstamos de “blindaje” económico que pretenden garantizar la liquidez en el sistema.
Esta afirmación hace suponer que esta primera capitalización es apenas una medida paliativa para un problema que requiere más recursos.
Los $117,5 millones se repartieron en $50 millones para el BCR, $50 millones para el BNCR y $17,5 millones para Bancrédito. Con esos recursos, estas entidades robustecen su patrimonio.
En el caso del BCR, aumentará su suficiencia patrimonial a un 10% más provisiones adicionales, Bancrédito al 15% y el BNCR al 13,4%. Esta estrategia los resguarda ante un eventual aumento en la mora en la cartera crediticia actual.
“Proyectamos un crecimiento del 20% en la cartera crediticia sin la capitalización; con ella aumentaríamos unos $50 millones más de lo contemplado. También, previendo la seguridad de nuestras operaciones, reforzamos la suficiencia patrimonial por encima de lo exigido por ley”, manifestó Mario Rivera, gerente del BCR.
Eso sí, los jerarcas de los bancos estatales coinciden en que la colocación será más cuidadosa. El enfoque del primer semestre será reducir los riesgos al mínimo, aunque sin perder de vista la necesidad de financiar sectores productivos para promover o defender el empleo.
“Los recursos van a ser utilizados con cautela. Con estos el banco está en la capacidad de atender la demanda de financiamiento pendiente de trámite y los nuevos ingresos”, aseguró Juan Carlos Corrales, subgerente del BNCR.
Un porcentaje de estos recursos ya estaba comprometido. Tal es el caso de Bancrédito, que tiene $60 millones pendientes en desembolso correspondientes a créditos ya aprobados.
“En nuestro caso los $17,5 millones se canalizarán sobre todo hacia aquellas actividades productivas de la micro, pequeña y mediana empresa que generen un mayor empleo, lo que fortalecerá el desarrollo del sector productivo”, manifestó Guillermo Quesada, gerente de dicho banco.
Es de cara a este escenario en el que la liquidez para crédito ya estaría resuelta cuando se vislumbra un segundo reto para las autoridades monetarias, como es controlar el incremento en la brecha de la balanza comercial y la volatilidad en el tipo cambiario.
Por eso, desde octubre de 2008 las autoridades solicitaron un préstamo por $500 millones al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), monto que fue aprobado en diciembre. A ese préstamo se suma la solicitud hecha al Banco Mundial por la misma cifra; sin embargo, ambos casos requieren la aprobación legislativa.
Estas peticiones llegaron en parte previendo que las fuentes naturales de ingreso de dólares al país, como turismo, inversión extranjera directa y exportaciones, se vean perjudicadas por la contracción de la economía mundial.
Es claro que el país no será ajeno a esta circunstancia y las autoridades tienen en la mira evitar la falta de liquidez de dólares en el sistema financiero.
“Hay que tener ungüentos para atenuar los golpes. Llevamos un año desde que empezó la crisis, pero aún falta, por lo que es mejor tener estos recursos al alcance. Si bien en este momento son más caros, es mejor poseerlos para evitar una situación adversa mayor en la economía”, analizó Guillermo Zúñiga, ministro de Hacienda.
Esta eventual segunda etapa de capitalización orientada a la liquidez en dólares, incluye a los bancos del sector privado. Mediante el Reglamento sobre Operaciones Especiales para Enfrentar Requerimientos Extraordinarios de Liquidez, cualquier banco no estatal puede solicitar la inyección de capital y en tan solo dos horas, el Banco Central transferirá los recursos.
“Considero que el mercado de dólares será deficitario en los próximos meses, situación que presionará el techo del modelo cambiario. La línea crediticia con entidades multilaterales es el camino que escogieron para evitar una insostenibilidad en el tipo de cambio, aunque habría que ver el costo”, advirtió Randall Castro, analista de CFS asesores.
De ceder el techo de la banda habría un encarecimiento general de los bienes importados, como combustibles, materias primas y granos básicos, ejerciendo una presión inflacionaria. Además, en algún momento el Banco Central se vería obligado a utilizar las reservas monetarias para enfrentar la demanda de dólares, situación que perjudicaría su posición externa.
Una vía alterna para “capitalizar la economía” está diseñada a través de un programa de desarrollo, que emplearía también fondos provenientes de organismos multilaterales. La ejecución de obra pública es para las autoridades una posibilidad para mantener la estabilidad económica y evadir el fantasma de una recesión en el país.
Banca estatal ampliará en $275.500 millones su capacidad crediticia con capitalización, mientras que autoridades monetarias barajan nuevos créditos para garantizar liquidez y promover el desarrollo nacional
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
Los poderes Legislativo y Ejecutivo cumplieron con la faena de aprobar el presupuesto extraordinario por $117,5 millones para capitalizar la banca estatal, con el objetivo de robustecer la suficiencia patrimonial de los entes bancarios y así, permitirles la reactivación de sus carteras de crédito.
Los recursos ya están en el balance de los bancos Nacional de Costa Rica (BNCR), de Costa Rica (BCR) y del Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito).
Pero más allá de eso, la firma de estos bonos entregados a los bancos en títulos expresados en unidades de desarrollo, vino acompañado por anuncios de nuevos préstamos de “blindaje” económico que pretenden garantizar la liquidez en el sistema.
Esta afirmación hace suponer que esta primera capitalización es apenas una medida paliativa para un problema que requiere más recursos.
Los $117,5 millones se repartieron en $50 millones para el BCR, $50 millones para el BNCR y $17,5 millones para Bancrédito. Con esos recursos, estas entidades robustecen su patrimonio.
En el caso del BCR, aumentará su suficiencia patrimonial a un 10% más provisiones adicionales, Bancrédito al 15% y el BNCR al 13,4%. Esta estrategia los resguarda ante un eventual aumento en la mora en la cartera crediticia actual.
“Proyectamos un crecimiento del 20% en la cartera crediticia sin la capitalización; con ella aumentaríamos unos $50 millones más de lo contemplado. También, previendo la seguridad de nuestras operaciones, reforzamos la suficiencia patrimonial por encima de lo exigido por ley”, manifestó Mario Rivera, gerente del BCR.
Eso sí, los jerarcas de los bancos estatales coinciden en que la colocación será más cuidadosa. El enfoque del primer semestre será reducir los riesgos al mínimo, aunque sin perder de vista la necesidad de financiar sectores productivos para promover o defender el empleo.
“Los recursos van a ser utilizados con cautela. Con estos el banco está en la capacidad de atender la demanda de financiamiento pendiente de trámite y los nuevos ingresos”, aseguró Juan Carlos Corrales, subgerente del BNCR.
Un porcentaje de estos recursos ya estaba comprometido. Tal es el caso de Bancrédito, que tiene $60 millones pendientes en desembolso correspondientes a créditos ya aprobados.
“En nuestro caso los $17,5 millones se canalizarán sobre todo hacia aquellas actividades productivas de la micro, pequeña y mediana empresa que generen un mayor empleo, lo que fortalecerá el desarrollo del sector productivo”, manifestó Guillermo Quesada, gerente de dicho banco.
Es de cara a este escenario en el que la liquidez para crédito ya estaría resuelta cuando se vislumbra un segundo reto para las autoridades monetarias, como es controlar el incremento en la brecha de la balanza comercial y la volatilidad en el tipo cambiario.
Por eso, desde octubre de 2008 las autoridades solicitaron un préstamo por $500 millones al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), monto que fue aprobado en diciembre. A ese préstamo se suma la solicitud hecha al Banco Mundial por la misma cifra; sin embargo, ambos casos requieren la aprobación legislativa.
Estas peticiones llegaron en parte previendo que las fuentes naturales de ingreso de dólares al país, como turismo, inversión extranjera directa y exportaciones, se vean perjudicadas por la contracción de la economía mundial.
Es claro que el país no será ajeno a esta circunstancia y las autoridades tienen en la mira evitar la falta de liquidez de dólares en el sistema financiero.
“Hay que tener ungüentos para atenuar los golpes. Llevamos un año desde que empezó la crisis, pero aún falta, por lo que es mejor tener estos recursos al alcance. Si bien en este momento son más caros, es mejor poseerlos para evitar una situación adversa mayor en la economía”, analizó Guillermo Zúñiga, ministro de Hacienda.
Esta eventual segunda etapa de capitalización orientada a la liquidez en dólares, incluye a los bancos del sector privado. Mediante el Reglamento sobre Operaciones Especiales para Enfrentar Requerimientos Extraordinarios de Liquidez, cualquier banco no estatal puede solicitar la inyección de capital y en tan solo dos horas, el Banco Central transferirá los recursos.
“Considero que el mercado de dólares será deficitario en los próximos meses, situación que presionará el techo del modelo cambiario. La línea crediticia con entidades multilaterales es el camino que escogieron para evitar una insostenibilidad en el tipo de cambio, aunque habría que ver el costo”, advirtió Randall Castro, analista de CFS asesores.
De ceder el techo de la banda habría un encarecimiento general de los bienes importados, como combustibles, materias primas y granos básicos, ejerciendo una presión inflacionaria. Además, en algún momento el Banco Central se vería obligado a utilizar las reservas monetarias para enfrentar la demanda de dólares, situación que perjudicaría su posición externa.
Una vía alterna para “capitalizar la economía” está diseñada a través de un programa de desarrollo, que emplearía también fondos provenientes de organismos multilaterales. La ejecución de obra pública es para las autoridades una posibilidad para mantener la estabilidad económica y evadir el fantasma de una recesión en el país.