Si quiere, la Caja puede
| Sábado 26 mayo, 2012
LA REPUBLICA ha tenido la voz cantante denunciando los abusos que se han venido cometiendo y sobre los cuales debe ponerse atención
Si quiere, la Caja puede
La aplicación de un reglamento que llegó a recrudecer la vigilancia sobre los asegurados y la cantidad de incapacidades que solicitaban, logró una reducción en el último año, de unos ¢8 mil millones.
Con solo esta medida se han comenzado a evitar abusos e incluso se ha llevado ya ante la justicia a personas inescrupulosas que juegan y se aprovechan de la solidaridad del sistema para gozar de tiempo libre en actividades personales.
Es un paso en el camino correcto, que demuestra que queriendo, la Caja sí puede sobrevivir.
Un plan piloto implementado por el Hospital de Alajuela, logró —en solo un mes— ahorrar ¢63 millones en servicios médicos no otorgados a personas que no lo requerían.
Con un sistema digitalizado, evitaron que personas inescrupulosas, que no estaban enfermas, sin seguro, o con deudas con la institución, recibieran atención gratuita y se llevaran a casa los medicamentos que otros, realmente necesitados, hubiesen requerido.
Acciones como estas deben ampliarse a toda la red hospitalaria, para ir acabando de una vez por todas con los virus cancerígenos que amenazan con destruir nuestro sistema social.
Esto deben tenerlo en cuenta desde las más altas esferas políticas de la institución y del Gobierno. Si existe el más mínimo indicio de riesgo, deben actuar conforme la profesión: extirpando el cuerpo extraño de raíz, retirando a aquel que impida a la Caja, con fines políticos, electorales o personales, subsistir.
Es una tarea enorme. LA REPUBLICA ha tenido la voz cantante denunciando los abusos que se han venido cometiendo y sobre los cuales debe ponerse atención.
No deben festinarse las plazas, no hay razón para aumentar los presupuestos para asesorías y por otro lado bajárselos a la atención médica, no hay excusa en no tener un control adecuado sobre los inventarios de medicamentos que cada año se pierden por descuido o cualquiera que sea la razón, no hay excusa ya para no trabajar en la reducción de las filas de espera.
Las noticias positivas sobre la Caja nos llenan de regocijo, todo lo que sea por rescatar esta noble e insigne institución nos infla el pecho, pero son todavía pocas, muy pocas, en relación con lo que hace falta. Esperamos poder seguir dándolas…