Sesenta años después
| Sábado 16 febrero, 2008
Sesenta años después
A 60 años de la Revolución de 1948, corresponde en justicia y apartándonos de los episodios más tristes del enfrentamiento entre hermanos, hacer un recuento del giro histórico que dio nuestra nación, con el surgimiento de la Segunda República.
En gran medida, el desarrollo político e institucional de Costa Rica durante el último medio siglo, ha sido producto del 48 y por supuesto, de las mentes preclaras y de las revolucionarias propuestas y acciones de quienes han conducido los destinos de ticos y ticas por las sendas de la libertad, el optimismo, el esfuerzo y la solidaridad.
Tras la abolición del Ejército de Liberación Nacional y durante los 18 meses en que actuó la Junta Fundadora como instrumento de transición democrática, se sentaron con precisión las bases institucionales y jurídicas del Estado costarricense, que hoy nos rigen con la plena vigencia de la Constitución del 49 en nuestro quehacer nacional.
Hijos y herederos de esa gesta heroica de 1948 que encabezó el Benemérito de la Patria y Hombre del Siglo, José Figueres Ferrer —don Pepe— son los ocho presidentes electos por el Partido Liberación Nacional desde 1953 a la fecha.
Mezquino sería no reconocer los importantes logros que estos ilustres costarricenses han dado al país, los cuales de manera muy general repasamos, a partir de 1953, cuando don Pepe, desde su mandato democrático, profundizó en las reformas sociales de la Revolución, fortaleciéndolas a través de la creación y consolidación de instituciones vitales para Costa Rica como lo han sido y continúan siéndolo, por ejemplo, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Corte Suprema de Justicia o la Procuraduría General de la República, para citar solo tres de la amplia lista de instituciones que representan y defienden los intereses populares.
La generación de empleo que se multiplica a partir de 1962 con la elección de José Francisco Orlich, quien materializa su preocupación por la salud infantil mediante la construcción del Hospital Nacional de Niños; el auge de las industrias nacionales y el apoyo a los agricultores en 1970 con el regreso de don Pepe; el crecimiento empresarial, las mejoras en obra pública y las políticas de protección de Parques Nacionales que facilita el posterior gobierno de Daniel Oduber de 1974 a 1978; la recuperación de la economía nacional, el apoyo a las comunidades y la Proclama de Neutralidad de Luis Alberto Monge en 1982, seguida de la exitosa gestión de Oscar Arias de 1986 a 1990, quien impulsa la igualdad de géneros, la construcción de viviendas para los nacionales y la búsqueda de paz para los centroamericanos; la promoción de la tecnología y la creación de los Ebais durante la administración Figueres Olsen del 94 al 98 y en nuestros días, la apertura comercial y el énfasis en la educación como instrumento generador de oportunidades, que se afianzan mediante las políticas emanadas de la administración Arias Sánchez en este su segundo mandato, son solo un esbozo de los hechos concretos que en beneficio de las mayorías, han impulsado desde 1948 los socialdemócratas.
Si a todos estos logros le sumamos la creación, en los últimos 60 años, de más de 40 instituciones de servicio público, tales como la Universidad Nacional, la UNED, el INVU, el ICE, el Instituto de Turismo, el Banco Hipotecario de la Vivienda, la Guardia de Asistencia Rural, la Orquesta Sinfónica Nacional o el Instituto Nacional de Aprendizaje, para mencionar unas pocas, tenemos completo el panorama de un país optimista, innovador, con vocación de servicio y sin miedo al futuro, que ha sido reflejo de decisiones acertadas y valientes.
Este es el legado de la Revolución del 48, del cual nos seguimos enorgulleciendo 60 años después.
Oscar Núñez Calvo
Diputado
A 60 años de la Revolución de 1948, corresponde en justicia y apartándonos de los episodios más tristes del enfrentamiento entre hermanos, hacer un recuento del giro histórico que dio nuestra nación, con el surgimiento de la Segunda República.
En gran medida, el desarrollo político e institucional de Costa Rica durante el último medio siglo, ha sido producto del 48 y por supuesto, de las mentes preclaras y de las revolucionarias propuestas y acciones de quienes han conducido los destinos de ticos y ticas por las sendas de la libertad, el optimismo, el esfuerzo y la solidaridad.
Tras la abolición del Ejército de Liberación Nacional y durante los 18 meses en que actuó la Junta Fundadora como instrumento de transición democrática, se sentaron con precisión las bases institucionales y jurídicas del Estado costarricense, que hoy nos rigen con la plena vigencia de la Constitución del 49 en nuestro quehacer nacional.
Hijos y herederos de esa gesta heroica de 1948 que encabezó el Benemérito de la Patria y Hombre del Siglo, José Figueres Ferrer —don Pepe— son los ocho presidentes electos por el Partido Liberación Nacional desde 1953 a la fecha.
Mezquino sería no reconocer los importantes logros que estos ilustres costarricenses han dado al país, los cuales de manera muy general repasamos, a partir de 1953, cuando don Pepe, desde su mandato democrático, profundizó en las reformas sociales de la Revolución, fortaleciéndolas a través de la creación y consolidación de instituciones vitales para Costa Rica como lo han sido y continúan siéndolo, por ejemplo, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Corte Suprema de Justicia o la Procuraduría General de la República, para citar solo tres de la amplia lista de instituciones que representan y defienden los intereses populares.
La generación de empleo que se multiplica a partir de 1962 con la elección de José Francisco Orlich, quien materializa su preocupación por la salud infantil mediante la construcción del Hospital Nacional de Niños; el auge de las industrias nacionales y el apoyo a los agricultores en 1970 con el regreso de don Pepe; el crecimiento empresarial, las mejoras en obra pública y las políticas de protección de Parques Nacionales que facilita el posterior gobierno de Daniel Oduber de 1974 a 1978; la recuperación de la economía nacional, el apoyo a las comunidades y la Proclama de Neutralidad de Luis Alberto Monge en 1982, seguida de la exitosa gestión de Oscar Arias de 1986 a 1990, quien impulsa la igualdad de géneros, la construcción de viviendas para los nacionales y la búsqueda de paz para los centroamericanos; la promoción de la tecnología y la creación de los Ebais durante la administración Figueres Olsen del 94 al 98 y en nuestros días, la apertura comercial y el énfasis en la educación como instrumento generador de oportunidades, que se afianzan mediante las políticas emanadas de la administración Arias Sánchez en este su segundo mandato, son solo un esbozo de los hechos concretos que en beneficio de las mayorías, han impulsado desde 1948 los socialdemócratas.
Si a todos estos logros le sumamos la creación, en los últimos 60 años, de más de 40 instituciones de servicio público, tales como la Universidad Nacional, la UNED, el INVU, el ICE, el Instituto de Turismo, el Banco Hipotecario de la Vivienda, la Guardia de Asistencia Rural, la Orquesta Sinfónica Nacional o el Instituto Nacional de Aprendizaje, para mencionar unas pocas, tenemos completo el panorama de un país optimista, innovador, con vocación de servicio y sin miedo al futuro, que ha sido reflejo de decisiones acertadas y valientes.
Este es el legado de la Revolución del 48, del cual nos seguimos enorgulleciendo 60 años después.
Oscar Núñez Calvo
Diputado