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Senado aprueba plan de estímulo económico

| Viernes 08 febrero, 2008




Senado aprueba plan de estímulo económico

Presidente de Estados Unidos aseguró que el plan es un ejemplo de la cooperación bipartidista

Washington
EFE

El Senado de Estados Unidos aprobó ayer por abrumadora mayoría un plan de estímulo económico que dará reembolsos tributarios a millones de trabajadores, ancianos y veteranos discapacitados, en un esfuerzo por conjurar una recesión.
Tras superar agrias disputas sobre a quiénes y a cuántos estadounidenses beneficiará el plan de reactivación, que tiene un importe de unos $150 mil millones, los senadores le dieron su visto bueno con 81 votos a favor y 16 en contra.
La medida pasa ahora a la Cámara de Representantes para posteriormente ser enviada al despacho presidencial, indicaron fuentes legislativas.
Complacido con la votación, el presidente George W. Bush aseguró que el plan es un ejemplo de la cooperación bipartidista y “ayudará a estimular el consumo y a acelerar una necesitada inversión empresarial”.
Por su parte, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, dijo que, en cuanto se apruebe por ambas cámaras del Congreso, “el Servicio de Rentas Internas (IRS) comenzará a enviar los pagos a más de 130 millones de estadounidenses”.
Paulson indicó que el IRS podrá hacer frente, de forma simultánea, a la recepción de declaraciones de impuestos -ejercicio obligatorio para estas fechas- y a los reembolsos tributarios.
Se prevé que la entrega de reembolsos, de hasta $600 para individuos y hasta 1.200 para parejas, y $300 por cada hijo, comenzará en mayo y quedará completada en el verano.
Los reembolsos dependerán del ingreso salarial y del tamaño familiar, por lo que los más ricos recibirán menos o nada.
0Así, en pleno año electoral, los cheques llegarán como “agua de mayo” para millones de estadounidenses, en momentos en que la primera economía del mundo afronta una ralentización y amenaza la salud de otros países, principalmente en México y las naciones industrializadas.
El plan, sobre el que insistió la Casa Blanca, fue aprobado en medio de crecientes señales de esa ralentización económica, agravada por la crisis inmobiliaria y el alza en los precios del crudo.
En enero pasado, la economía sufrió una pérdida de 17 mil puestos de empleo -la primera vez que eso sucede desde agosto de 2003-, y ese dato solo aumentó las presiones políticas para la aprobación del paquete de medidas.
La iniciativa fue aprobada después que los senadores alcanzaron, casi a velocidad de la luz, un acuerdo que modificó la versión que aprobó la cámara baja el mes pasado.
De esta forma, el plan ahora incluye reembolsos tributarios para 20 mil ancianos y 250 mil veteranos discapacitados, dos grupos demográficos antes excluidos.
Ese acuerdo fue alcanzado un día después de que los republicanos bloquearan la versión que impulsaban los demócratas, quienes insistieron, sin éxito, en ampliar los beneficios para los desempleados, de 26 semanas de subsidio a 39.
Sin embargo, la oposición afirmó ayer que continuará insistiendo en esos beneficios, pero a través de otras medidas legislativas.
El acuerdo bipartidista, anunciado durante una rueda de prensa, incluye reembolsos a 20 mil ancianos y 250 mil veteranos discapacitados.
Además, los inmigrantes indocumentados no tendrán derecho a recibir cheques de reembolso.
También quedaron de lado las exigencias demócratas de incluir subsidios para que la gente pobre pudiese costear sus gastos de calefacción.
A cambio, los republicanos aceptaron eliminar mayores incentivos fiscales para el empresariado.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aseguró que los demócratas han cumplido su promesa de votar un plan de manera oportuna y dirigido a quienes más lo necesitan.
“No pido disculpas por luchar por un alivio económico que alcance al mayor número de estadounidenses posible. Si hubiésemos escuchado el consejo de la Casa Blanca, y de los republicanos del Congreso, 20 millones de ancianos y 250 mil veteranos discapacitados hubiesen quedado fuera” del plan, afirmó Reid.
Sin embargo, los detractores del plan consideran que este llega demasiado tarde y que no es suficiente para incentivar el consumo.
“A los congresistas, la administración Bush y los candidatos presidenciales se les ha olvidado una cosa: nada de que lo que compre la gente está hecho en Estados Unidos”, se quejó Alan Tonnelson, del Consejo de Negocios e Industrias.
Pero esas críticas han caído en oídos sordos, porque, en un volátil ambiente electoral, toda medida que sume votos tiene el apoyo del Legislativo.






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