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INVERSIONISTA


Sea exitoso en su empresa familiar

Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Viernes 19 octubre, 2012




• Dueños cuentan cómo logran sobrevivir y crecer
Sea exitoso en su empresa familiar
• Tips clave para evitar el caos en esas compañías

Tener un gobierno corporativo cuyos intereses y objetivos estén definidos y priorizados es una de las claves para que su empresa familiar sobreviva y crezca. No importa cuán pequeño sea su negocio, si no se sabe quién es el jefe y cuáles son las reglas, el caos llegará pronto.
Y es que las empresas familiares tienen un índice de fracaso generalizado de entre un 80% y un 85% aproximadamente, por ello le presentamos algunos consejos clave para que la suya permanezca y crezca. Los consejos no son solo de expertos teóricos, sino de empresarios que a modo de “prueba y error” han llegado a sobrevivir y se consolidan en su sector.
Aproveche las ventajas. “Las empresas familiares tienen condiciones ventajosas sobre sus competidoras multinacionales, dado que normalmente son menos burocráticas, y por ello pueden reaccionar más rápido ante cambios de precio o volumen”, explica Sergio Wiernick, director de Capital Financial Advisors.
Además, los empleados de estas compañías conocen a los dueños, por lo que su lealtad es mayor y la rotación menor, derivando en menores costos. Una empresa familiar tiene la capacidad de generar marcas locales fuertes, que den sentido de pertenencia al consumidor. Asimismo, al estar más cerca de su mercado pueden hacer lobby político y presionar por condiciones a través de Cámaras.
Organice quién y cómo la manejará. Un ejemplo de una empresa que tuvo que aprender de sus errores es Equipo Médico Montes de Oca. La compañía fue fundada en 1941 por Julio Montes de Oca, quien falleció joven y repentinamente, dejando muchos hijos como herederos, sin que supieran quién y cómo iba a tomar las riendas del negocio.
“Hubo problemas en la familia, por ello los hermanos estuvieron separados muchos años, fue muy doloroso”, dijo José Montes de Oca, nieto del fundador.
Tras los problemas familiares el negocio empezó a decaer, pero la tercera generación tomó cartas en el asunto, pero ya con un protocolo más racionalizado de misión y visión. Pusieron una regla clara: la familia iba primero.
“Una de las cosas que vimos es que uno debe dejarse ayudar, contratar un buen administrador”, explica Montes de Oca.
Ahora la empresa tiene seis sucursales que funcionan bajo la tutela de los nietos de don Julio, pero a manera de franquicia. Compran los insumos y toman las decisiones en conjunto. Además tienen un libro de marca, pero cada tienda tiene su independencia, así se evitan problemas en torno a decisiones del día a día.
Fórmese en el negocio. Cuando se decide que será la familia quien controle la empresa, como lo hizo la financiera Desyfin, es necesario tener una lista de requisitos de las competencias que deberán tener los parientes que quieran ser contratados y cuáles serán los gastos que no se permitirán.
“Nosotros tenemos un consejo de familia que decide esos requisitos y además define la política salarial”, explica Silvio Lacayo, gerente general.
Esa política ordenada y austera ha derivado en que las utilidades sean reinvertidas hasta en 70% en la financiera, con ello ha crecido al punto que subirá a la categoría de banco en 2014.
“No hacemos gastos superfluos, no tenemos ni yate, ni helicoptero, ni casas en la playa” añade Lacayo.
Asesorese para crecer. Cuando ya se tiene decidido cuál de los hijos será el encargado de continuar con la empresa puede que no tenga todas las habilidades o que no dé abasto. Pero esos dos problemas se pueden subsanar mediante una adecuada asesoría.
Un ejemplo de una empresa que está en esta etapa es Pollos del Monte. Este restaurante inició como una soda hace 27 años. Don José Jiménez, su fundador, involucró a sus hijos en el proceso desde niños y los ha ido soltando poco a poco. Actualmente tres de ellos tienen una participación en distintos grados.
“Tengo 40 años y soy el mayor de los cinco, el único hombre, acá estoy tratando de hacerlo más grande”, dijo Francisco Jiménez, quien tiene el peso fuerte del negocio ahora.
Para que esta empresa se pueda ordenar y expandirse ha solicitado ayuda a la Cámara Costarricense de Empresas Familiares, dado que ya cuenta con un intento fallido de abrir un segundo local, pero con un expertise y proyección de crecer.
“Nos estamos estructurando para desarrollarnos más, mi hermana Natalia está apoyando fuerte esta restructuración”, añade Jiménez.
Para esta familia es importante tener una misión y la visión de la empresa y que los miembros la conozcan.
Definitivamente la unidad de la familia y la claridad de las reglas pueden hacer que una empresa salga adelante, con la debida asesoría en los temas que no manejan.
Lo anterior es sumamente importante, ya que la fortaleza de las familias permea a las compañías y por ello las empresas familiares que logran formalizar su estructura y sobrevivir a la tercera generación tienen muchas posibilidades de ser de las más exitosas y rentables en su mercado.
“La confianza de una familia, construida sobre la experiencia de una buena comunicación, da mucha solidez al gobierno de la organización empresarial”, concluye Germán Céspedes, director de la escuela de administración ESDE.



Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net






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