Scotland Yard investigará atentado contra Bhutto
| Jueves 03 enero, 2008
Mandatario pakistaní aceptó ayuda extranjera para esclarecer el homicidio de la líder del partido de oposición
Scotland Yard investigará atentado contra Bhutto
• Comisión Electoral pospondrá hasta el 18 de febrero las elecciones, previstas dentro de solo seis días
•
Islamabad
EFE
El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, aceptó ayuda extranjera para investigar el atentado contra la opositora Benazir Bhutto y confió en que esa asistencia ayude a despejar las “dudas” del partido liderado por ella.
En un mensaje por radio y televisión, Musharraf dijo haber solicitado asistencia al primer ministro británico, Gordon Brown, y anunció la llegada inmediata a Pakistán de un equipo de Scotland Yard.
“Este equipo ayudará a nuestros investigadores” y podrá llenar las “lagunas” que tengan, de modo que se despejen “toda clase de dudas” sobre la investigación, dijo, tras lamentar la sucesión de “teorías de la conspiración” que han seguido al atentado.
Al tiempo, se declaró “convencido” de que los responsables del asesinato de Bhutto el pasado 27 de diciembre son los líderes radicales pakistaníes Fazlullah y Baitullah Mehsud.
Musharraf ha sucumbido finalmente a las presiones internas y externas, tras recibir “ofertas” de ayuda en la investigación tanto de Brown, como de Estados Unidos y hoy mismo, de Francia (en nombre de la Unión Europea), cuyo ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, viajó de improviso a Islamabad.
El Partido Popular (PPP) de Bhutto ha rechazado la versión oficial sobre la autoría y las causas de la muerte de su líder y exigido una investigación internacional.
Su viudo y nuevo líder del PPP, Asif Ali Zardari, se preguntó en rueda de prensa por qué el Gobierno no aceptó la ayuda de Scotland Yard tras el primer atentado contra Bhutto a su regreso a Pakistán el pasado 18 de octubre y exigió conocer “la mano que está detrás” de su muerte.
El Gobierno ha atribuido el último atentado —como el de octubre— al líder tribal Mehsud, que opera en la zona de Waziristán, fronteriza con Afganistán, y que está presuntamente vinculado con Al Qaeda.
Musharraf responsabilizó también al mulá Fazlullah, cuyas milicias se han hecho fuertes en el valle norteño del Swat y son combatidas desde hace meses por el ejército.
Mehsud y Al Qaeda han negado, a través de portavoces, cualquier participación en el asesinato de Bhutto.
El presidente defendió la decisión de la Comisión Electoral de posponer hasta el 18 de febrero las elecciones, previstas dentro de solo seis días.
Aunque mantuvo que su “deseo personal” era que se hubiera mantenido la fecha original, calificó de “necesaria y absolutamente correcta” la decisión de la Comisión, en vista de los destrozos de material y sedes electorales causados durante los disturbios que siguieron a la muerte de Bhutto.
Musharraf condenó a los “elementos políticos” y “malhechores” que se aprovecharon del drama sufrido por la nación para lanzarse al saqueo y el pillaje, y exigió al Gobierno que los responsables sean castigados, así como una indemnización para las víctimas.
Un total de 58 personas murieron y 89 resultaron heridas —según datos oficiales— en la ola de violencia que siguió al asesinato de la líder opositora. La reacción fue especialmente virulenta en su provincia natal de Sindh.
El presidente Musharraf advirtió de que “no se tolerará ninguna agitación” y pidió a la población mantener la calma para que se puedan celebrar unas elecciones no solo libres, justas y transparentes, sino también pacíficas.
Scotland Yard investigará atentado contra Bhutto
• Comisión Electoral pospondrá hasta el 18 de febrero las elecciones, previstas dentro de solo seis días
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Islamabad
EFE
El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, aceptó ayuda extranjera para investigar el atentado contra la opositora Benazir Bhutto y confió en que esa asistencia ayude a despejar las “dudas” del partido liderado por ella.
En un mensaje por radio y televisión, Musharraf dijo haber solicitado asistencia al primer ministro británico, Gordon Brown, y anunció la llegada inmediata a Pakistán de un equipo de Scotland Yard.
“Este equipo ayudará a nuestros investigadores” y podrá llenar las “lagunas” que tengan, de modo que se despejen “toda clase de dudas” sobre la investigación, dijo, tras lamentar la sucesión de “teorías de la conspiración” que han seguido al atentado.
Al tiempo, se declaró “convencido” de que los responsables del asesinato de Bhutto el pasado 27 de diciembre son los líderes radicales pakistaníes Fazlullah y Baitullah Mehsud.
Musharraf ha sucumbido finalmente a las presiones internas y externas, tras recibir “ofertas” de ayuda en la investigación tanto de Brown, como de Estados Unidos y hoy mismo, de Francia (en nombre de la Unión Europea), cuyo ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, viajó de improviso a Islamabad.
El Partido Popular (PPP) de Bhutto ha rechazado la versión oficial sobre la autoría y las causas de la muerte de su líder y exigido una investigación internacional.
Su viudo y nuevo líder del PPP, Asif Ali Zardari, se preguntó en rueda de prensa por qué el Gobierno no aceptó la ayuda de Scotland Yard tras el primer atentado contra Bhutto a su regreso a Pakistán el pasado 18 de octubre y exigió conocer “la mano que está detrás” de su muerte.
El Gobierno ha atribuido el último atentado —como el de octubre— al líder tribal Mehsud, que opera en la zona de Waziristán, fronteriza con Afganistán, y que está presuntamente vinculado con Al Qaeda.
Musharraf responsabilizó también al mulá Fazlullah, cuyas milicias se han hecho fuertes en el valle norteño del Swat y son combatidas desde hace meses por el ejército.
Mehsud y Al Qaeda han negado, a través de portavoces, cualquier participación en el asesinato de Bhutto.
El presidente defendió la decisión de la Comisión Electoral de posponer hasta el 18 de febrero las elecciones, previstas dentro de solo seis días.
Aunque mantuvo que su “deseo personal” era que se hubiera mantenido la fecha original, calificó de “necesaria y absolutamente correcta” la decisión de la Comisión, en vista de los destrozos de material y sedes electorales causados durante los disturbios que siguieron a la muerte de Bhutto.
Musharraf condenó a los “elementos políticos” y “malhechores” que se aprovecharon del drama sufrido por la nación para lanzarse al saqueo y el pillaje, y exigió al Gobierno que los responsables sean castigados, así como una indemnización para las víctimas.
Un total de 58 personas murieron y 89 resultaron heridas —según datos oficiales— en la ola de violencia que siguió al asesinato de la líder opositora. La reacción fue especialmente virulenta en su provincia natal de Sindh.
El presidente Musharraf advirtió de que “no se tolerará ninguna agitación” y pidió a la población mantener la calma para que se puedan celebrar unas elecciones no solo libres, justas y transparentes, sino también pacíficas.