Sánchez siempre caza
Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Lunes 16 julio, 2012
Sánchez siempre caza
El ciclista da a España primer triunfo de etapa en día de pinchazos
Acostumbrado a poner su nombre en alguna etapa del Tour de Francia desde hace cuatro años, el español Luis León Sánchez (Rabobank) no faltó a su cita con la victoria y estrenó al mismo tiempo el casillero español ganando en solitario la decimocuarta jornada disputada entre Limoux y Foix, de 191 kilómetros.
La etapa se dividió en dos sucesos: primero, los escapados y segundo, una epidemia de pinchazos por unos clavos lanzados en el ascenso al Mur de Péguère.
La fuga no podía tener otro culpable que el joven Peter Sagan, quien la inició en la bajada del Col del Portel a la que se unieron en principio Kruijwijk y Sergio Paulinho, y más tarde Sánchez, Casar, el ilustre Philippe Gilbert, número 1 mundial en 2011 e inédito en el Tour y en la temporada y Gorka Izagirre.
El grupo disminuyó a cinco tras salvar el segundo puerto del día, el Col de Lers (1a, km 126), y entonces ya estaba cantado que la victoria sería cosa del quinteto. El pelotón acumulaba por la cima un retraso de escándalo, más de 15 minutos.
Sería a 11 kilómetros de la meta que León utilizó la única carta que le quedaba, atacar. La pendiente de 7,5 fue la aleada del español que se paró en los pedales y comenzó a sacar distancia, sin que los otros cuatro ciclistas respondieran inmediatamente. Objetivo cumplido. La meta fue el gran premio.
“Sabía que con Sagan era imposible ganar y tenía que atacar para irme solo y si me pillaban estaba perdido. Aposté todo a esa carta y tuve la suerte que me ha faltado otras veces”, explicó el ganador en meta.
Por su parte, lo que parecía una tranquila jornada dentro del pelotón terminó siendo un calvario para Cadel Evans y su equipo, BMC y por lo menos otros 20 ciclistas.
Los clavos tirados por aficionados en la carretera dieron tres veces con la bicicleta del campeón defensor, por lo que se quedó rezagado y el BMC pasó apuros para volver a colocar a su líder en el pelotón, que ante las órdenes del británico Bradley Wiggins (Sky), un día más de amarillo, decidió esperar deportivamente a los retrasados.
Y también tuvo su lado polémico, ya que el francés Rolland aprovechó el pinchazo para atacar en cabeza del grupo después de que Wiggins ordenara ralentizar y esperar. El ciclista galo desoyó órdenes y su comportamiento indignó al personal. "No nos ha gustado lo que ha hecho", decían, entre otros, Nibali y Haimar Zubeldia. Luego Rolland se defendió diciendo que no se dio cuenta de lo que sucedió.
Al final la general no tuvo cambios y Sánchez sumó su cuarta victoria (Aurillac (2008), Saint Girons (2009), Saint Flour (2011) fueron los precedentes). El cuádruple campeón de España contrarreloj siempre llama cuatro veces.
Dinia Vargas y EFE
dvargas@larepublica.net
El ciclista da a España primer triunfo de etapa en día de pinchazos
Acostumbrado a poner su nombre en alguna etapa del Tour de Francia desde hace cuatro años, el español Luis León Sánchez (Rabobank) no faltó a su cita con la victoria y estrenó al mismo tiempo el casillero español ganando en solitario la decimocuarta jornada disputada entre Limoux y Foix, de 191 kilómetros.
La etapa se dividió en dos sucesos: primero, los escapados y segundo, una epidemia de pinchazos por unos clavos lanzados en el ascenso al Mur de Péguère.
La fuga no podía tener otro culpable que el joven Peter Sagan, quien la inició en la bajada del Col del Portel a la que se unieron en principio Kruijwijk y Sergio Paulinho, y más tarde Sánchez, Casar, el ilustre Philippe Gilbert, número 1 mundial en 2011 e inédito en el Tour y en la temporada y Gorka Izagirre.
El grupo disminuyó a cinco tras salvar el segundo puerto del día, el Col de Lers (1a, km 126), y entonces ya estaba cantado que la victoria sería cosa del quinteto. El pelotón acumulaba por la cima un retraso de escándalo, más de 15 minutos.
Sería a 11 kilómetros de la meta que León utilizó la única carta que le quedaba, atacar. La pendiente de 7,5 fue la aleada del español que se paró en los pedales y comenzó a sacar distancia, sin que los otros cuatro ciclistas respondieran inmediatamente. Objetivo cumplido. La meta fue el gran premio.
“Sabía que con Sagan era imposible ganar y tenía que atacar para irme solo y si me pillaban estaba perdido. Aposté todo a esa carta y tuve la suerte que me ha faltado otras veces”, explicó el ganador en meta.
Por su parte, lo que parecía una tranquila jornada dentro del pelotón terminó siendo un calvario para Cadel Evans y su equipo, BMC y por lo menos otros 20 ciclistas.
Los clavos tirados por aficionados en la carretera dieron tres veces con la bicicleta del campeón defensor, por lo que se quedó rezagado y el BMC pasó apuros para volver a colocar a su líder en el pelotón, que ante las órdenes del británico Bradley Wiggins (Sky), un día más de amarillo, decidió esperar deportivamente a los retrasados.
Y también tuvo su lado polémico, ya que el francés Rolland aprovechó el pinchazo para atacar en cabeza del grupo después de que Wiggins ordenara ralentizar y esperar. El ciclista galo desoyó órdenes y su comportamiento indignó al personal. "No nos ha gustado lo que ha hecho", decían, entre otros, Nibali y Haimar Zubeldia. Luego Rolland se defendió diciendo que no se dio cuenta de lo que sucedió.
Al final la general no tuvo cambios y Sánchez sumó su cuarta victoria (Aurillac (2008), Saint Girons (2009), Saint Flour (2011) fueron los precedentes). El cuádruple campeón de España contrarreloj siempre llama cuatro veces.
Dinia Vargas y EFE
dvargas@larepublica.net