Sana competencia bien supervisada
La apertura del mercado de seguros trae aparejada la necesidad de implementar eficientes sistemas de control para garantizar protección al consumidor
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 29 enero, 2010
Celebramos la apertura del mercado de los seguros, porque esto deberá traer una sana competencia que beneficie a los consumidores. El hecho, además de permitir la entrada de nuevas aseguradoras, despertó la imaginación del Instituto Nacional de Seguros, que no desea quedarse atrás, para ampliar su cartera con nuevos productos y ofrecerlos incluso hasta en pulperías, como lo informa una nota de este medio ayer. Bancos, farmacias, supermercados, estaciones de servicio, cooperativas, financieras o rent a car, entre otros, serán establecimientos en los que la gente podrá adquirir pólizas fácilmente, sin mucho trámite. Esto brindará facilidades a las personas necesitadas de obtener alguna póliza, siempre y cuando estos puntos de comercialización cuenten con información adecuada para proporcionarles y personal disponible para ello. Sin embargo, a medida que se amplíen tanto los portafolios con nuevos productos, como los canales de comercialización, vendrá la tarea de regular y supervisar el funcionamiento de dichas entidades aseguradoras para evitar problemas o abusos. Es indispensable que los consumidores tengan abundante y muy clara información sobre la diversidad de seguros que se ofrecerán para que puedan hacer escogencias razonadas y no emocionales. No es conveniente que por eventuales procesos de comercialización mal llevados o carentes de controles, pudiera ocurrir, como se ha dado en otros países, que la gente adquiera pólizas que en realidad no necesita. Este papel regulador y supervisor le corresponde al Estado por medio de la Superintendencia General de Seguros, quien deberá velar por el sistema financiero nacional y por la protección de los intereses del consumidor. Para esto se ha establecido un sistema de infracciones y sanciones que deberá aplicarse de manera rigurosa para garantizar que todo transcurra como debe ser y que obtengan beneficio de ello tanto las empresas como quienes adquieran sus productos.