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Salir del paso o emprender un negocio: una importante diferenciación

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 06 julio, 2023


liliana Mejia Botero  Directora  Fundación Salomón


liliana Mejia Botero

Directora

Fundación Salomón

Una investigación de Monge y Torres titulada: La dinámica de la iniciativa empresarial en Costa Rica: Un análisis de la entrada, salida y crecimiento de las empresas, publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), indica que, en Costa Rica, entre el 18 y el 28% de las empresas nuevas mueren en el primer año de creadas; además, entre el 70 y 80% de pequeños negocios duran menos de una década. Lamentablemente, en medio de las crisis económicas, una gran proporción de las actividades comerciales nuevas nacen de una necesidad apremiante de conseguir fondos para subsistir, que lanza a las personas a vender lo que mejor sepan hacer y en el afán no logran proyectar su negocio en el tiempo; por lo que terminan siendo no más que una actividad temporal para salir del paso, con una obsolescencia para muchos sorpresiva que, inevitablemente, les lleva al fracaso temprano, engrosando de manera indefectible las estadísticas dolorosas.

Un doble fracaso: el estar sin ingresos y no tener un negocio ni un empleo que los provea.

Hoy día, en algunos países latinoamericanos, los trabajos temporales están representando desde un 25 hasta un 80 % de las actividades económicas y pueden ser estas cifras las que golpean las estadísticas generales sobre emprendimientos. En este punto, se debe comenzar con la primera diferenciación: una cosa es llevar a cabo una actividad para salir del paso, la cual no redunda en un desarrollo a corto y mucho menos a mediano plazo, y otra muy diferente que está integrada por varios factores es el emprender un negocio.

Creo que, si lográramos liberar de culpas a lo que realmente es un emprendimiento, por encima de lo que es una actividad pasajera, seguramente, se le daría la importancia que se merece el prepararse para ser una persona emprendedora.

Por consiguiente, si se invirtiera tiempo preparando el terreno y dando forma al modelo de negocio, seguramente, las estadísticas a fuerza de resultados tendrían que cambiar.

Considero que el tiempo que una persona emprendedora invierta en diseñar paso a paso su negocio es tiempo que gana para la vida de este.

Paso a paso antes de emprender

Lo primero empieza por la persona. No cabe la menor duda de que los negocios exitosos no se dan por sí solos; se deben a las personas.

El éxito de un negocio es directamente proporcional a las características positivas de ser una persona estable, coherente, con autoestima y con destrezas sociales que facilitan el cohabitar con otras personas y con el planeta; entre otras cualidades muy pertinentes que incluso las llaman destrezas del siglo XXI.

Y si continuamos informándonos sobre lo que debemos tener claro antes de emprender, seguiría en la lista comprender que no hay buen negocio sin una buena idea y esta nace del conocimiento de las necesidades del mercado. Pero no solo son las aptitudes, la necesidad de ingresos, las destrezas del siglo XXI ni mucho menos ser una persona optimista, las únicas características que aseguran el éxito; es también saber cómo mantener el negocio en el tiempo y esto se logrará gracias a la información detallada en referencia a la forma o tipo de empresa que dará sostén a la idea de negocio.

El comprender que el éxito de su visión de negocio depende también de la intercomunicación, del trabajo en equipo y de la asociatividad con quienes tienen mayor experiencia y formación, quienes sumen para el crecimiento, ya es ganancia y esto indica que va por la ruta acertada. Sin embargo, encontrar la buena idea del negocio y el equipo de trabajo adecuado tampoco lo es todo.

Emprender debe tener bases inamovibles que actúen como lo hacen los cimientos de un edificio: los valores humanos y la proyección de ellos en el negocio son el apoyo que mantendrá firme esa idea y la loable interrelación entre las personas del equipo de trabajo, los clientes y la comunidad en general. Es aquí cuando se activa el ganar-ganar y el negocio pasa a ser parte del todo.

Una vez se establezca la idea de negocio y este cuente con un equipo de trabajo, el cual posea los valores y principios que guiarán la senda por emprender, se debe dar paso al desarrollo de los factores que proporcionarán la sostenibilidad al negocio: ambientales, sociales y económicos. Puede ser que la persona emprendedora no sepa cómo definirlos y administrarlos; entonces, sin lugar a duda, deberá encontrar quién la oriente; porque parte de las expectativas de los futuros clientes y del planeta en general es que todos cohabiten armoniosamente en el ir y venir; en el comprar y vender; en el dar y recibir; entonces, el negocio habrá encontrado el espacio para ser parte del todo.

Los emprendimientos evolucionan en negocios con potencial, cuando hacen parte de las soluciones a los problemas de las personas y del planeta mismo. Marcelo Lebendiker, presidente del Parque TEC, en una entrevista con El Financiero del 13 de marzo del 2015, que guarda aún mucha relevancia en este 2023, indica que: “Se deben incentivar negocios que nacen con una mentalidad de querer cambiar el mundo, de querer trascender, de querer impactar”.

El ganar–ganar es la simbiosis que da sostenibilidad a los negocios y que activa la fuerza del impacto para los cambios positivos.

La persona emprendedora que llegue a este paso, seguramente, habrá comprendido que emprender no es jugando y que se logran los éxitos cuando se está preparado para emprenderlos invirtiendo tiempo en su construcción.







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