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Lunes, 2 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Rutas exclusivas, aliviarían si se hacen bien

| Sábado 11 enero, 2014




Finalmente, pareciera que se hará un intento de establecer en algunas rutas, un carril exclusivo para autobuses y taxis en un esfuerzo por aliviar un poco la seria situación del caos y las presas en la ciudad


Rutas exclusivas, aliviarían si se hacen bien

Desde hace mucho tiempo este periódico viene diciendo, en este espacio, que en una ciudad con el caos y el congestionamiento vial existentes, los autobuses y los taxis —que deben recoger pasajeros que se encuentran en las aceras— no podían pasarse de un carril a otro, en un zigzag permanente que hacía aún más lentas las presas.
Ahora finalmente, pareciera que se hará un intento de establecer en algunas rutas, un carril exclusivo para estos medios de transporte.
La medida, si se diseña sin desviar al resto de los vehículos por calles alejadas a las que deben circular para llegar a sus destinos en el menor trayecto, podría dar algún resultado de corto plazo.
Esto, desde luego, en el entendido de que se trataría de una medida temporal mientras se ordena la circulación de vehículos luego de construir la infraestructura que hace falta y la implementación de un verdadero servicio colectivo público eficiente, seguro y cómodo.
Las interminables presas deben atenderse con prontitud porque no solo perjudican a autobuses y taxis, también convierten en un serio problema la circulación para la mayoría del resto de conductores que, ante la inexistencia de un servicio colectivo de calidad, no tienen más remedio que usar su vehículo particular.
Estos, debido al caos y embotellamientos, pierden su valioso tiempo diariamente, contribuyen a contaminar el aire y gastan más combustible.
No se ha medido ni podría medirse el daño que esto produce al sector productivo, a los estudiantes y en general a toda la población.
El estrés que se genera en la mayoría de los conductores que ven pasar el tiempo sin solución posible, cada día, en las calles, es también un daño a su salud física (aumento del sedentarismo) y mental (angustia por no llegar a tiempo o simplemente por el tiempo perdido).
Pero las consecuencias negativas van más allá porque debido al caos y presas se producen muchos más accidentes de tránsito con los consiguientes costos ya sea para los dueños de los vehículos o para las aseguradoras.
Todo esto sin contar lo peor que llega cuando en uno de estos accidentes alguien pierde la vida o queda herido con consecuencias graves.
Todo esto debe y puede mejorarse con el plan ahora previsto, como decíamos al inicio, siempre que no se trasladen simplemente de calle a las presas, puesto que algunas rutas alternativas son vías más angostas o alejan mucho al conductor de la ruta que lo lleva a su destino.

 

 

 

 







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