Rousseff cancela cita con Obama
EFE | Miércoles 18 septiembre, 2013
Rousseff cancela cita con Obama
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, le dio ayer una dura respuesta al espionaje que ha sufrido de Estados Unidos y confirmó que ha decidido "postergar" su visita de Estado a Washington prevista para el próximo 23 de octubre.
La decisión fue oficializada en una nota divulgada hoy por la Presidencia brasileña, en la que aún cuando se dice que fue tomada en común acuerdo con el líder estadounidense, Barack Obama, se cita en muy duros términos la actividad de las agencias de inteligencia de Estados Unidos en Brasil y no se oculta que ese fue el motivo.
"Las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del Gobierno brasileño constituyen un hecho grave, que atenta contra la soberanía nacional y los derechos individuales, y es incompatible con la convivencia democrática entre países amigos", afirma el comunicado.
También sostiene que "en ausencia de una investigación de lo ocurrido, con las correspondientes explicaciones y compromiso de cesar la interceptación, no están dadas las condiciones para la realización de la visita".
El comunicado agrega que, "de esa forma, los dos presidentes decidieron postergar la visita de Estado, pues sus resultados no deben quedar condicionados a un tema cuya solución satisfactoria para Brasil aún no fue alcanzada".
La suspensión de la visita fue anunciada después de que, este lunes, Rousseff y Obama conversaron telefónicamente sobre el asunto durante veinte minutos.
Un portavoz oficial dijo que Rousseff esperaba de Obama "y aún espera" unas explicaciones que exigió cuando se conocieron las primeras denuncias del exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (ASN) de EE.UU. Edward Snowden sobre espionaje global.
"No hubo explicaciones satisfactorias en ese momento y tampoco las hubo después" de que se supo que hasta la propia Rousseff y la estatal brasileña Petrobras habían sido espiadas, apuntó la fuente.
Las primeras denuncias de Snowden ya habían llevado a Brasil y a sus socios del Mercosur a denunciar el caso ante la ONU, pero la revelación de otros documentos sobre el espionaje a la propia jefa de Estado y a Petrobras agudizaron el malestar.
Hace veinte días el ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardoso, fue enviado a Washington para exigir explicaciones, pero su misión fracasó, volvió con las manos vacías y sin siquiera garantías de que el espionaje ha cesado, lo cual es una incógnita.
La nota divulgada ayer, dura pero también cuidadosa en términos diplomáticos, recoge el deseo de Rousseff de que "la visita ocurra en el más breve plazo posible, impulsando la construcción de la sociedad estratégica (con EE.UU.) a escalones aún más altos".
Brasilia/EFE