Robots de sushi y máquinas de pizza impulsan automatización
Bloomberg | Miércoles 08 junio, 2016
Dentro de unas décadas, los historiadores podrían describir 2016 como el año en que la gente consumía pizzas de máquinas expendedoras, compraba burritos de caja en la Grand Central Terminal de Nueva York y devoraba sushi armado por robots.
“La automatización se impone, nos guste o no”, dijo Andy Puzder, máximo responsable de CKE Restaurants, propietaria de las cadenas de comida rápida Hardee’s y Carl’s Jr. “Está en todo y en todas partes”.
En momentos en que más consumidores adoptan las comidas artesanales, 24/7 Pizza Box, Burritobox y Sushi Station van en otra dirección. La pizza de máquinas expendedoras empezará a operar en Florida más avanzado el año y los burritos de chipotle y pollo acompañados con guacamole y salsa ahora podrán pedirse de una caja automatizada. Robots japoneses de sushi ya operan en restaurantes y cafeterías universitarias de los Estados Unidos.
Las máquinas expendedoras son un negocio de $7.520 millones que crece en los Estados Unidos, según la firma de análisis IBISWorld. Las ventas crecieron 3,3% el año pasado y se estima que aumentarán un promedio de 1,8% al año hasta 2020. Pero la mayor parte no tiene relación alguna con la comida recién preparada. Los líderes son Outerwall, que ofrece películas a través de Redbox, y Compass Group, que vende snacks.
Los millennials, habituados a aplicaciones y servicios online como Uber Technologies, Amazon y GrubHub, cada vez sienten menos deseos de interactuar con otras personas cuando encargan la cena, piden un taxi o se aprovisionan de papel higiénico. Es por eso que cadenas de comidas como McDonald’s, Panera Bread y CKE Restaurants invierten en kioscos y tablets para que los clientes también puedan alimentar su misantropía.
Los clientes que evitaron la interacción con otras personas gastaron más dinero, según una reciente prueba de CKE en Tennessee, dijo Puzder. Panera ha dispuesto kioscos en algunos lugares, mientras que McDonald’s prueba pantallas táctiles para pedir hamburguesas y preparación automatizada de café con leche en algunos de sus restaurantes. Hay cadenas de comidas informales, como Chili’s y Olive Garden, que tienen tablets para que los clientes puedan pagar en la mesa en lugar de esperar la llegada de un camarero.
Los mayores costos laborales también impulsan la automatización. A principios de año, 14 estados elevaron el salario mínimo. En la ciudad de Nueva York entrará en vigor en 2018 un pago mínimo de $15 por hora, mientras que California lo establecerá en 2022.
Denis Koci, de 30 años, máximo responsable y uno de los fundadores de Box Brands en Los Ángeles, que produce Burritobox, dijo que su compañía puede convertirse en la Redbox de la comida. Ya hay 25 máquinas expendedoras de burritos en lugares como Hollywood, California, y Madison, Wisconsin, y 50 más se sumarán el mes próximo, dijo Koci. Está previsto instalar una en Gran Central para los pasajeros de tren de Nueva York.
En el caso de quienes puedan pensar que obtener el almuerzo en una máquina expendedora es algo burdo, Koci dice que lo entiende.
“Lo entiendo. Pero no es una máquina expendedora sino un restaurante automatizado”, dijo. “Hay personas que preparan los burritos. Todo está hecho a mano”.
No, no se trata de personas en extremo pequeñas. No, no trabajan en las máquinas. Los burritos se preparan en cocinas que también abastecen a restaurantes, a veces congelados y luego embalados en las cajas. Se los descongela antes de introducirlos en las máquinas. Un empleado controla las cajas una vez por día para asegurar que haya una buena provisión de productos frescos.
Las máquinas expendedoras se remontan al Automat, un restaurante de comida rápida del siglo XX que presentaba comidas en vitrinas. Si se introducían monedas en una ranura, la vitrina se abría y permitía acceder a un snack o una comida.
Los Burritoboxes de vivo color anaranjado son de tecnología de avanzada. Tienen una pantalla táctil, una estación de carga de teléfonos móviles y también un servicio al cliente por chat por cualquier problema que pueda surgir. Calentar una comida completa con postre incluido lleva unos 90 segundos, y los clientes pueden ver videos musicales en la pantalla táctil mientras esperan.