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Revisitando el Juan Santamaría

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 03 agosto, 2011



Revisitando el Juan Santamaría


No hay duda que la terminal aérea muestra una mejoría significativa en comparación con la situación en que se encontró por varios años cuando las obras no avanzaban, y cuando cada vez más pasajeros se incomodaban. Las salas de espera, de migración y de seguridad ahora son más espaciosas y cómodas; hay más tiendas. La rotulación está más clara y hay música en vivo con cierta frecuencia.
Pero la batalla para tener un aeropuerto acorde con las necesidades de los que viajan desde la pista de Alajuela sigue, y hay muchos faltantes; algunos son responsabilidad del Gobierno, otros de AERIS (operador del Santamaría) y algunos responsabilidad de ambas partes.
Quizás la carencia más importante responsabilidad de AERIS es la de la pista de rodaje sur, por lo menos en la parte oriental del campo de aterrizaje. Actualmente los aviones que quisieran despegar de este a oeste tienen que esperar frente a la terminal, y cuando no hay otras naves entrando y saliendo reciben permiso para salir a la pista principal para viajar unos 400 metros, dar vuelta, y después comenzar su salida. Una regla universal de la aviación es que una pista “viva” nunca debería usarse para rodajes, pero en el Santamaría es algo que ocurre comúnmente en ciertas épocas del año. AERIS no ha rellenado el terreno a su disposición y luego creado la pista que está requerida por el contrato.
El hecho que la terminal tenga solo nueve mangas, que no puede expandirse según el plan maestro, es exclusivamente culpa de Aviación Civil, que no logra trasladar las instalaciones de RECOPE y de COOPESA. Si bien es cierto que la terminal es bonita, el hecho es que en 1984, mucho antes del auge turístico que vive Costa Rica, y con menos de 300 mil usuarios anuales, tenía seis mangas. Ahora 27 años más tarde 1,5 millones de usuarios y cinco veces más vuelos se manejan con solo tres mangas adicionales. Es interesante notar que Aviación Civil, en un acto de esquizofrenia burocrática, permitió la total remodelación del edificio usado por SANSA, la aerolínea local, que también tendría que ser derrumbada cuando se construyen las 12 mangas que faltan según contrato. ¿Cuándo habrá un total de 21 mangas? ¡No se sabe! ¿Cuándo habrá mangas para que aviones intercontinentales puedan acercarse a la terminal? ¡No se sabe!
Hay otro inconveniente que no es responsabilidad de AERIS, ni tampoco de Aviación Civil. Costa Rica, y esto aplica al Santamaría y el Daniel Oduber, es uno de los pocos países del mundo que obliga al pasajero a hacer una fila especial para pagar los impuestos de salida. El resto del mundo, y todo Centroamérica menos Honduras, incluye el impuesto en los pasajes aéreos. Un grupo de diputados, bajo la presión del muy atribulado Bancrédito, no permiten que se le quite a esta institución el “privilegio” de cobrar los $26 de impuestos de salida, Si 1,5 millones de pasajeros pasan en promedio cinco minutos, y frecuentemente es más, en las filas de Bancrédito en el Santamaría, esto representaría 125 mil horas o 5.208 días anuales de personas haciendo algo realmente innecesario si hubiese un cambio de actitud de los legisladores. Esto de no permitir a las aerolíneas cobrar el impuesto es un síntoma más de la incapacidad de responder a las necesidades del público de parte del Gobierno.
Falta mucho para que el Santamaría sea un aeródromo moderno.

Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com

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