Retornaron las protestas en Brasil
EFE | Viernes 12 julio, 2013
Retornaron las protestas en Brasil
Los sindicatos de Brasil salieron ayer a las calles de todo el país para demandar mejoras laborales en el llamado "Día Nacional de Lucha", que tuvo un seguimiento popular mucho menor que las protestas sociales del pasado junio.
Las manifestaciones más numerosas se dieron en Sao Paulo y su región metropolitana, donde se realizaron 35 marchas, según fuentes sindicales, además de en Curitiba (Paraná, sur), que son dos de las principales regiones manufactureras del país.
En ambos casos, las marchas más multitudinarias congregaron a cerca de 20 mil personas, en las ciudades de São Bernardo do Campo (Sao Paulo) y Curitiba, en su mayoría trabajadores de industrias pesadas, metalúrgicas y de las plantas de automóviles.
Esos sectores fueron en los que hubo un mayor seguimiento de la huelga convocada por algunos sindicatos, entre ellos Força Sindical, el segundo más importante del país, que pidió que la huelga fuera general.
La movilización paralizó las obras de la refinería Abreu e Lima, que construye la petrolera estatal Petrobras en el estado de Pernambuco (noreste), y de la central hidroeléctrica Teles Pires en Mato Grosso (oeste), según un recuento de Força Sindical.
"Hoy es un día en el que los trabajadores salen a las calles para mostrar que están insatisfechos con la situación del país", comentó a Efe Pedro Delarué, presidente del Sindicato de Trabajadores del Sistema Fiscal.
El mayor sindicato del país, la Central Única de los Trabajadores (CUT), que está vinculado al oficialista Partido de los Trabajadores (PT), no se sumó a la convocatoria de huelga, pero sí a la jornada de "luchas".
En Río de Janeiro, la Policía dispersó con gases lacrimógenos y balas de goma a un pequeño grupo de encapuchados que atacó a los uniformados con piedras y objetos incendiarios, según constató Efe.
Los disturbios ocurrieron cuando estaba terminando una marcha pacífica que congregó a cerca de 5.000 trabajadores en el centro de la ciudad, donde hace pocas semanas tuvieron lugar marchas multitudinarias y espontáneas con cientos de miles de participantes en demanda de mejores servicios públicos y contra la corrupción.
La principal demanda de los sindicatos es la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, que actualmente se extiende 44 horas, además de otras reivindicaciones para reducir la precariedad laboral, aumentar las pensiones y otros subsidios a los trabajadores.
El ministro brasileño de Trabajo, Manoel Dias, dijo en un comunicado que estas reivindicaciones son "legítimas", aunque afirmó que para reducir la jornada laboral será necesario un amplio debate y un "gran acuerdo" nacional.
"La negociación es fundamental. El país está viviendo un momento único. Es un país que crea puestos de trabajo, pero eso no es todo. Aún tenemos que progresar mucho", dijo Dias.
A lo largo del día, los piquetes interrumpieron las operaciones fabriles en varios polos industriales y refinerías y obstaculizaron las vías de acceso a once puertos, incluido el de Santos, el más importante del país, ubicado a 75 kilómetros de Sao Paulo.
También se realizaron bloqueos de varias horas en 22 carreteras de 6 estados, de los 27 que integran Brasil, según los sindicatos.
En varias ciudades, entre ellas Belo Horizonte, capital de Minas Gerais (sureste), y Porto Alegre (Río Grande do Sul, sur), los servicios de metro y de autobús estuvieron paralizados durante gran parte del día.
Brasilia/EFE