Respuesta a Juan Manuel Villasuso
| Martes 30 septiembre, 2008
Respuesta a Juan Manuel Villasuso
Don Juan Manuel Villasuso en su columna del 16 de setiembre alude a mi persona citando una serie de imprecisiones que, como buen economista que es, reconocerá entonces que son falaces y que carecen de todo fundamento. Como ciudadano que he servido al país en diferentes oportunidades y que he decidido ocuparme de representar a Costa Rica en el Directorio del Banco de Desarrollo Regional, sin carácter de funcionario público, en estos últimos años, estoy consciente de mi responsabilidad y mi compromiso de rendir cuentas claras. Por ello, sin ánimo de polemizar, sino por el respeto que me merecen, aclaro a los lectores de LA REPUBLICA, algunas de tales imprecisiones.
En primer lugar tiene razón don Juan Manuel cuando me cita como el ex tesorero del PLN durante la pasada campaña de don Oscar Arias. A mucha honra don Juan Manuel, no solo porque los líderes de un partido histórico como el PLN me concedieran tan alto y difícil cargo, sino también porque los resultados muestran que hice bien la tarea.
Donde no lleva razón don Juan Manuel es cuando señala que he “sido protagonista en la creación de un fideicomiso con la plata taiwanesa del Ministerio de Vivienda”. En primer lugar, el fideicomiso como figura jurídica es una de las formas más comunes hoy en día con que los bancos administran fondos por orden de sus clientes. En ese sentido el BCIE es un especialista en la administración fiduciaria, sin embargo, en lo tocante a la creación del fideicomiso al que hace alusión el señor Villasuso, no tuve ninguna participación en su gestión, solamente y como representante legal, acudí a la formalización como corresponde.
También se le va la mano a don Juan Manuel cuando dice, con ignorancia absoluta de los hechos, que yo “contraté músicos y funcionarios públicos para la Casa Presidencial, así como asesores del “sí” para el referéndum del TLC”. Estoy seguro que don Juan Manuel no ignora la figura de la Cooperación Técnica o Cooperación Financiera no Reembolsable, que todos los Bancos de Desarrollo promueven hacia los Gobiernos.
Las cooperaciones financieras no reembolsables otorgadas a la República de Costa Rica, con recursos del BCIE por un monto de US$1.000.000, cada una; fueron canalizadas en términos y condiciones iguales a todos los países de Centroamérica, con el fin de financiar proyectos y programas del sector público de asistencia técnica y de desarrollo económico o social que cada Estado Fundador definiera, en concordancia con los planes estratégicos del BCIE. Los contratos de consultoría suscritos directamente por el BCIE con los proveedores de servicios, se realizaron en ese marco.
Me ataca con saña, el señor Villasuso cuando dice que “he tramitado préstamos para urbanizaciones de familiares”. En primer lugar no he tramitado ni participado en la aprobación de ningún crédito ligado a algún familiar, como lo puede certificar el propio Banco. En segundo lugar, es verdad que un familiar recibió del Banco un préstamo para desarrollar una Zona Franca (no una urbanización), misma que una vez concluida servirá para atraer inversión al país y creará cerca de seis mil empleos directos. Finalmente, prestar dinero para ese tipo de actividades es parte del giro normal del Banco, no se trató de una excepción y no hubo en el crédito nada de extraño u oscuro, toda vez que el mismo se otorgó cumpliendo con todos los requisitos crediticios establecidos por el Banco, incluyendo las garantías de rigor.
Me acusa también don Juan Manuel de “conseguir visas para empleados de empresas de telecomunicaciones”; y con la confianza de quien nada debe le devuelvo la pregunta: ¿dónde está el pecado? Es obvio que como Banco y como país, todos estamos interesados en que la inversión crezca en nuestro territorio. Además como Banco hacemos negocios con todo este tipo de empresas; por ello, ayudar a que puedan visitarnos ejecutivos responsables de posibles inversiones en el país no es nada extraño.
Finalmente, no debe de sorprenderse señor Villasuso, de que el cargo de Director por Costa Rica en el BCIE tenga múltiples facetas, las realizo con orgullo y sobre todo, con amor a la patria a la que sirvo, pero, parafraseando a Shakespeare, como hombre honrado que soy, aprecio más el honor, por eso ejerzo el cargo con probidad, a sabiendas de que estoy en esto de paso, pero el honor o la deshonra me seguirán todos los días de mi vida.
Alfredo Ortuño Victory
Don Juan Manuel Villasuso en su columna del 16 de setiembre alude a mi persona citando una serie de imprecisiones que, como buen economista que es, reconocerá entonces que son falaces y que carecen de todo fundamento. Como ciudadano que he servido al país en diferentes oportunidades y que he decidido ocuparme de representar a Costa Rica en el Directorio del Banco de Desarrollo Regional, sin carácter de funcionario público, en estos últimos años, estoy consciente de mi responsabilidad y mi compromiso de rendir cuentas claras. Por ello, sin ánimo de polemizar, sino por el respeto que me merecen, aclaro a los lectores de LA REPUBLICA, algunas de tales imprecisiones.
En primer lugar tiene razón don Juan Manuel cuando me cita como el ex tesorero del PLN durante la pasada campaña de don Oscar Arias. A mucha honra don Juan Manuel, no solo porque los líderes de un partido histórico como el PLN me concedieran tan alto y difícil cargo, sino también porque los resultados muestran que hice bien la tarea.
Donde no lleva razón don Juan Manuel es cuando señala que he “sido protagonista en la creación de un fideicomiso con la plata taiwanesa del Ministerio de Vivienda”. En primer lugar, el fideicomiso como figura jurídica es una de las formas más comunes hoy en día con que los bancos administran fondos por orden de sus clientes. En ese sentido el BCIE es un especialista en la administración fiduciaria, sin embargo, en lo tocante a la creación del fideicomiso al que hace alusión el señor Villasuso, no tuve ninguna participación en su gestión, solamente y como representante legal, acudí a la formalización como corresponde.
También se le va la mano a don Juan Manuel cuando dice, con ignorancia absoluta de los hechos, que yo “contraté músicos y funcionarios públicos para la Casa Presidencial, así como asesores del “sí” para el referéndum del TLC”. Estoy seguro que don Juan Manuel no ignora la figura de la Cooperación Técnica o Cooperación Financiera no Reembolsable, que todos los Bancos de Desarrollo promueven hacia los Gobiernos.
Las cooperaciones financieras no reembolsables otorgadas a la República de Costa Rica, con recursos del BCIE por un monto de US$1.000.000, cada una; fueron canalizadas en términos y condiciones iguales a todos los países de Centroamérica, con el fin de financiar proyectos y programas del sector público de asistencia técnica y de desarrollo económico o social que cada Estado Fundador definiera, en concordancia con los planes estratégicos del BCIE. Los contratos de consultoría suscritos directamente por el BCIE con los proveedores de servicios, se realizaron en ese marco.
Me ataca con saña, el señor Villasuso cuando dice que “he tramitado préstamos para urbanizaciones de familiares”. En primer lugar no he tramitado ni participado en la aprobación de ningún crédito ligado a algún familiar, como lo puede certificar el propio Banco. En segundo lugar, es verdad que un familiar recibió del Banco un préstamo para desarrollar una Zona Franca (no una urbanización), misma que una vez concluida servirá para atraer inversión al país y creará cerca de seis mil empleos directos. Finalmente, prestar dinero para ese tipo de actividades es parte del giro normal del Banco, no se trató de una excepción y no hubo en el crédito nada de extraño u oscuro, toda vez que el mismo se otorgó cumpliendo con todos los requisitos crediticios establecidos por el Banco, incluyendo las garantías de rigor.
Me acusa también don Juan Manuel de “conseguir visas para empleados de empresas de telecomunicaciones”; y con la confianza de quien nada debe le devuelvo la pregunta: ¿dónde está el pecado? Es obvio que como Banco y como país, todos estamos interesados en que la inversión crezca en nuestro territorio. Además como Banco hacemos negocios con todo este tipo de empresas; por ello, ayudar a que puedan visitarnos ejecutivos responsables de posibles inversiones en el país no es nada extraño.
Finalmente, no debe de sorprenderse señor Villasuso, de que el cargo de Director por Costa Rica en el BCIE tenga múltiples facetas, las realizo con orgullo y sobre todo, con amor a la patria a la que sirvo, pero, parafraseando a Shakespeare, como hombre honrado que soy, aprecio más el honor, por eso ejerzo el cargo con probidad, a sabiendas de que estoy en esto de paso, pero el honor o la deshonra me seguirán todos los días de mi vida.
Alfredo Ortuño Victory