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FORO DE LECTORES


¿”Renovación” Social Cristiana?

| Sábado 03 junio, 2017


¿”Renovación” Social Cristiana?

Estando la elección interna del Partido Unidad Social Cristiana a la vuelta de la esquina, los precandidatos Rafael Ortiz y Rodolfo Piza unen esfuerzos por convocar al voto el 4 de junio. El éxito del ganador dependerá no solamente de que logre comunicarnos un mensaje, sino también de que consiga ilusionar y generar confianza. En campaña, elementos de comunicación no verbal tales como eslóganes, postura corporal, vestimenta, gestos, orientación de la mirada, y de comunicación verbal —que utiliza el discurso hablado— cuentan considerablemente en la percepción que los votantes tengan hacia los aspirantes. En este sentido, en el Partido Unidad vemos algunas estrategias a la hora de comunicar la “renovación” que afirman presentar.

Piza se exhibe con su eslogan: “¡Póngale la firma!”, lema de tono impositivo, alentador, simplista, y con el que se equipara “patria con negocio”. Las palabras son organismos vivientes y el cuerpo de estas presiona a ejercer el voto sin “pensarlo mucho”. A la frase le acompaña el rostro de Piza donde el blanco de su sonrisa se alinea con el blanco de “firma”, dando la ilusión que lo que pide viene del aspirante mismo.
El candidato Rafael Ortiz cierra su proceso con un eslogan de tono altruista: “Costa Rica en el corazón” y bien que mal contrasta con el espíritu de “negocio” que presenta su opositor. En uno de sus afiches digitales, vemos al candidato Ortiz en primer plano y sonriente. A su izquierda sobresale una casa por ser blanca, rodeada de amplio espacio, y a su derecha vemos cipreses mediterráneos.

La tradición

En el Partido Unidad, y de manera similar en otros bandos, el crear un eslogan con carácter de ambigüedad ha sido frecuente. Calderón nos decía que el futuro era él: “Calderón es el Futuro”; Miguel Ángel Rodríguez: “Sí Puede”; Abel Pacheco invitaba a votar por uno mismo: “Vote por Usted”; Calderón insistía en que Rodolfo Méndez era familiar: “Usted lo conoce”; Fishman resultaba: “El menos malo”. En el PUSC “renovado”, Piza, acorde con su profesión de abogado, pide que le firmen ambiguamente “en el aire”: “¡Póngale la firma!”. Rafael Ortiz, con la mano derecha sobre el pecho como si estuviese en un acto cívico escolar, dice llevar a “Costa Rica en el corazón”.

Ver más allá

Como parte de la estrategia de comunicación no verbal de Piza Rocafort hay un esfuerzo por mostrarlo cercano. En diversas fotografías se le ve en las calles con saco oscuro, sonriente, con las manos entrelazadas a nivel de cintura, intentando comunicar que tiene distinción. La persona a su lado es normalmente de origen sencillo, tal y como lo dicta el “manual de hacer política costarricense”. El ejemplo es el trabajador que lleva colgando de uno de sus hombros una caja de limpiar zapatos. Como norma, seleccionan a una persona más pequeña que el candidato y que haga “efecto contraste”, facilitando que sea el candidato quien luzca más grande. En otros afiches se hace alusión entre Piza y el héroe nacional Juan Santamaría, pues se sugiere que Piza “levantará” la bandera por nosotros, tal cual el alajuelense levantó la tea contra los filibusteros.

Cuando se le observa debatir, normalmente, coloca sus pies a lo ancho de los hombros, esto le da mayor estabilidad ya que su cuerpo es un tanto inquieto. En el debate realizado el 18 de mayo por Extra TV 42, se le ve jugar con su lapicero al punto que se le cae antes de responder. Luego, durante la misma transmisión no sabía si responder a la panelista, a la cámara, o si dirigir su cuerpo hacia Ortiz. Cuando contesta, evidencia conocimiento de la oratoria, se esfuerza para que sus palabras tengan peso y resuenen en el espectador, pero, si se analizan sus respuestas, habla generalidades, hay poco manejo de cifras y le falta mayor puntualidad en los temas. Ante la pregunta qué escoger para mejorar la situación fiscal, entre aumentar el impuesto de renta o introducir en la estructura tributaria nacional el impuesto al valor agregado o IVA, inició así su respuesta: “Sí… y muchas gracias”. Luego se refirió a que se le estaba pidiendo escoger entre “la horca o el fusilamiento” para continuar con un “no, no es así. Lo que se trata es de recaudar mejor, mucho mejor”. Y a pesar de que no dijo en primera persona qué haría —él— específicamente, su público estalló en aplausos, mientras él disfrutaba del momento.

¿Un político diferenciado?

Si algo se ha demostrado en la campaña del aspirante Rafael Ortiz es precisamente “carencia de puntería”. En su equipo parecen no haber comprendido, al menos todavía, que se requiere un mensaje central, concreto, atractivo, y amplio. No evidencian que el corazón de toda campaña es el candidato y que por ende los recursos disponibles se invierten en él, más sí son limitados. Ortiz habla mucho del partido, y de las bases del partido, cuando a la ciudadanía tal vez lo que menos le interesa es el partido. Tampoco muestra preparación considerable en oratoria y en comunicación no verbal, áreas en las que su oponente es más desenvuelto. Pareciera también “secuestrado” en actividades que no le ayudan a levantar imagen, pues su proselitismo continúa siendo muy a lo “vieja escuela” como visitar el 20 de mayo la feria del agricultor en Pavas con sombrero estilo ganadero y comerse un granizado, o en la gira de Pérez Zeledón del día 12 del mismo mes, encaramado en un vehículo para formar “caravana” cual se dirigiese a una inexistente plaza pública.

En el debate de Extra TV 42 ante la misma pregunta sobre impuestos, Ortiz primero saluda. Luego duda. Hace una pausa. Ve a la conductora como quien va a responderle a su maestra. Posteriormente dice: “Buscaría otra alternativa”, pero no puntualiza cuál. Cuando menciona la palabra: “reitero”, ve para abajo, y repite: “reitero, habría otras alternativas”. Y continúa: “escogería renta”, como quien dice “Diay, sí no hay de otra...” Finalmente gira ilógicamente el cuerpo hacia Piza regalándole importancia. Al finalizar diversas respuestas daba un paso hacia atrás, para luego traerse sus manos hacia el botón de su saco y verse indeciso entre si cerrarlo o dejarlo abierto. Tiene don Rafael por lo tanto el reto titánico de repuntar en sus restantes apariciones, de lo contrario su contrincante se entretendrá sumando aplausos.

Con pies de plomo. Si en algo han mostrado cautela tanto Piza como Ortiz es en no polemizar sobre el pasado del partido, así como en las posibles pugnas que podrían existir al interior de la Unidad. Han sido proclives a tener el “tacto” que en el PLN no se ha evidenciado y que tiene a su enemigo histórico en vías de ingresar al quirófano. Pareciera también que no les interesa que se recuerde a figuras icónicas del PUSC como Rafael Ángel Calderón o Miguel Ángel Rodríguez, a quien no se le ve “ni en sombra”. Después de todo se insiste en que el partido está “renovado” aunque no digan qué significa eso, aparte de que su líder histórico ya no existe. ¿Será una renovación de caras entonces?

Deudas pendientes. Como figuras políticas con aspiraciones de acceder al Poder Ejecutivo, no está de más que los candidatos comprendan que su comportamiento verbal y no verbal es un acto diario. Más allá del discurso, el cuerpo habla, e influye sobre cómo son percibidos. Se requiere un mayor autoconocimiento del potencial corporal propio para desarrollar, paralelamente a un mensaje sin generalidades, un liderazgo que inspire. Al igual que el PLN, los candidatos de la “renovada” Unidad están en deuda en mostrarnos la mejor versión de sí mismos. En esencia parecen “desconocer” que el apego a la tradición de “cómo hacer política” es parte del obstáculo mismo para lograr la “renovación” que dicen tener y que quizás están lejos de lograrla.

Marlon Segura
Director escénico y analista no verbal






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