Relaciones entre EE.UU y Taiwán se tensan
| Viernes 31 agosto, 2007
Relaciones entre EE.UU y Taiwán se tensan
Oposición censura a Chen por costosos programas de ayuda a los aliados diplomáticos de la isla
Taipei
EFE
Las tensiones entre Taiwán y Estados Unidos, puestas de manifiesto en el trato dispensado por Washington al presidente taiwanés, Chen Shui-bian, en las escalas en Alaska para su recién finalizada visita a Centroamérica, manifiestan que las relaciones triangulares entre Estados Unidos, China y Taiwán pasan por un momento crítico.
Las declaraciones de John Negroponte, segundo al mando del Departamento de Estado en Washington, el lunes, reafirmando la amistad con Taiwán y condenando el planeado referéndum sobre el ingreso de la isla en las Naciones Unidas bajo el nombre de Taiwán, encierran “múltiples mensajes”, dijo el analista Charles Snyder.
“Condena muchas acciones del Presidente Chen, en especial el referéndum, al tiempo que reitera la gran amistad bilateral. Asimismo, muestra a China que Washington está actuando para contener a Chen, desde los más altos niveles del gobierno”, manifestó Snyder, en un artículo publicado ayer, jueves, en el rotativo “Taipei Times”.
La gira centroamericana del mandatario taiwanés, en la que la isla prometió ayudas y préstamos multimillonarios, no alcanzó tampoco los resultados deseados de apoyo al controvertido referéndum y a la solicitud de ingreso en la ONU bajo el nombre de Taiwán, abandonando el nombre oficial de la isla, República de China, para marcar su diferencia con China.
En el comunicado conjunto firmado al final de la Cumbre Taiwán-América Central, celebrada en Honduras, no se hace mención de apoyo al ingreso en la ONU, sino que se centró en la cooperación económica, que supone un importante flujo de dólares desde Taiwán hacia sus aliados.
En la isla, inmersa ya en los preparativos para las próximas elecciones legislativas y presidenciales, previstas para primeros del 2008, el gobernante Partido Demócrata Progresista (PDP) confeccionó su nueva plataforma en la que reitera la necesidad de convertir a Taiwán en un país normal, con reformas constitucionales, el uso de “Taiwán” en vez de “República de China” y la convocatoria de referendos sobre la situación con respecto a China.
La plataforma, aprobada por el Comité Permanente del PDP, será puesta a votación en la Asamblea General del partido, el próximo mes de septiembre, y allí se reafirma la soberanía e independencia de la isla.
La oposición taiwanesa expresó su censura a Chen por lo que considera demasiado costosos programas de ayuda a los aliados diplomáticos de la isla, en especial en relación a las promesas del mandatario isleño durante su visita a Honduras, El Salvador y Nicaragua, finalizada ayer, miércoles.
El candidato opositor a la presidencia, Ma Ying-jeou, tampoco apoya los planes de Chen de convocar el referéndum de ingreso en la ONU bajo el nombre de Taiwán, por temor a causar mayores tensiones con Washington y Pekín.
Ma y su Partido Kuomintang (KMT) proponen un referéndum para el ingreso en la ONU, pero sin fijar el nombre de la solicitud, lo que elimina el tono de independencia formal que conlleva el uso de la palabra “Taiwán”.
Todos estos acontecimientos, enmarcados en la proximidad de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, del próximo congreso del Partido Comunista Chino y las elecciones presidenciales taiwanesas, anuncian un período crítico para los lazos triangulares.
Estados Unidos y China observan las acciones del presidente taiwanés, antes de la reunión del presidente estadounidense, George W. Bush, y de su homólogo chino, Hu Jintao, en Australia, durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica del Asia y el Pacífico (APEC), en septiembre, donde el tema de Taiwán será inevitable.
Además, después de la Cumbre de APEC, está prevista la visita a Washington del jefe de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado Chino, Chen Yunlin, en la que el referéndum estará entre los primeros puntos del orden del día.
Taiwán, cada vez más cercada internacionalmente por China, enfrenta la disyuntiva de intensificar su retórica independentista o volver a la ambigüedad anterior con el uso de términos que no reconocen a China la soberanía pero que tampoco manifiestan una independencia formal.
Oposición censura a Chen por costosos programas de ayuda a los aliados diplomáticos de la isla
Taipei
EFE
Las tensiones entre Taiwán y Estados Unidos, puestas de manifiesto en el trato dispensado por Washington al presidente taiwanés, Chen Shui-bian, en las escalas en Alaska para su recién finalizada visita a Centroamérica, manifiestan que las relaciones triangulares entre Estados Unidos, China y Taiwán pasan por un momento crítico.
Las declaraciones de John Negroponte, segundo al mando del Departamento de Estado en Washington, el lunes, reafirmando la amistad con Taiwán y condenando el planeado referéndum sobre el ingreso de la isla en las Naciones Unidas bajo el nombre de Taiwán, encierran “múltiples mensajes”, dijo el analista Charles Snyder.
“Condena muchas acciones del Presidente Chen, en especial el referéndum, al tiempo que reitera la gran amistad bilateral. Asimismo, muestra a China que Washington está actuando para contener a Chen, desde los más altos niveles del gobierno”, manifestó Snyder, en un artículo publicado ayer, jueves, en el rotativo “Taipei Times”.
La gira centroamericana del mandatario taiwanés, en la que la isla prometió ayudas y préstamos multimillonarios, no alcanzó tampoco los resultados deseados de apoyo al controvertido referéndum y a la solicitud de ingreso en la ONU bajo el nombre de Taiwán, abandonando el nombre oficial de la isla, República de China, para marcar su diferencia con China.
En el comunicado conjunto firmado al final de la Cumbre Taiwán-América Central, celebrada en Honduras, no se hace mención de apoyo al ingreso en la ONU, sino que se centró en la cooperación económica, que supone un importante flujo de dólares desde Taiwán hacia sus aliados.
En la isla, inmersa ya en los preparativos para las próximas elecciones legislativas y presidenciales, previstas para primeros del 2008, el gobernante Partido Demócrata Progresista (PDP) confeccionó su nueva plataforma en la que reitera la necesidad de convertir a Taiwán en un país normal, con reformas constitucionales, el uso de “Taiwán” en vez de “República de China” y la convocatoria de referendos sobre la situación con respecto a China.
La plataforma, aprobada por el Comité Permanente del PDP, será puesta a votación en la Asamblea General del partido, el próximo mes de septiembre, y allí se reafirma la soberanía e independencia de la isla.
La oposición taiwanesa expresó su censura a Chen por lo que considera demasiado costosos programas de ayuda a los aliados diplomáticos de la isla, en especial en relación a las promesas del mandatario isleño durante su visita a Honduras, El Salvador y Nicaragua, finalizada ayer, miércoles.
El candidato opositor a la presidencia, Ma Ying-jeou, tampoco apoya los planes de Chen de convocar el referéndum de ingreso en la ONU bajo el nombre de Taiwán, por temor a causar mayores tensiones con Washington y Pekín.
Ma y su Partido Kuomintang (KMT) proponen un referéndum para el ingreso en la ONU, pero sin fijar el nombre de la solicitud, lo que elimina el tono de independencia formal que conlleva el uso de la palabra “Taiwán”.
Todos estos acontecimientos, enmarcados en la proximidad de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, del próximo congreso del Partido Comunista Chino y las elecciones presidenciales taiwanesas, anuncian un período crítico para los lazos triangulares.
Estados Unidos y China observan las acciones del presidente taiwanés, antes de la reunión del presidente estadounidense, George W. Bush, y de su homólogo chino, Hu Jintao, en Australia, durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica del Asia y el Pacífico (APEC), en septiembre, donde el tema de Taiwán será inevitable.
Además, después de la Cumbre de APEC, está prevista la visita a Washington del jefe de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado Chino, Chen Yunlin, en la que el referéndum estará entre los primeros puntos del orden del día.
Taiwán, cada vez más cercada internacionalmente por China, enfrenta la disyuntiva de intensificar su retórica independentista o volver a la ambigüedad anterior con el uso de términos que no reconocen a China la soberanía pero que tampoco manifiestan una independencia formal.