Reingenierías turbulentas
En el caso del CNP, su transformación para adaptarse a cumplir un importante papel en la Costa Rica de hoy es urgente
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 07 diciembre, 2011
No solo el Consejo Nacional de Producción requiere una urgente reingeniería, la necesitan casi todas las instituciones del sector público.
Sin embargo, llevarlas a cabo de modo eficiente, con la menor cantidad de escollos y con el resultado esperado de acuerdo con las modernas funciones que las entidades deben cumplir, es algo que demanda planeamiento inteligente, mucha información y objetivos muy claros para lograr que se motiven todos los colaboradores a favor del cambio.
En el CNP no parece haber ocurrido lo anterior, puesto que las diferencias internas llegaron a tal magnitud como para provocar la renuncia del gerente general.
Por las declaraciones dadas por él mismo, los sindicatos han estado presionando porque están opuestos a que se lleve a cabo la modernización.
Los sindicatos en cualquier lugar de trabajo público o privado, tienen como tarea defender los derechos de los trabajadores cuando estos hayan sido vulnerados en sus aspectos esenciales, además de cultivar el sentido de responsabilidad, pero en ningún caso están para dirigir la institución.
En el caso del CNP, su transformación para adaptarse a cumplir un importante papel en la Costa Rica de hoy es urgente. Mucho de lo que se debe hacer para solventar en parte las consecuencias de no haber tomado a tiempo una política adecuada para que nuestro agro enfrentara la apertura con posibilidades de éxito, se debería implementar ahora con recursos del CNP.
El cisma que ahora sacude a esa institución, suele ser el que ocurre cuando se ponen en marcha ocurrencias o soluciones apaga incendio por no haber planificado y actuado oportunamente, anticipándose a los problemas y necesidades que un plan país debe prevenir y resolver.
Lo malo es que toda esta disidencia sucede cuando no hay ese plan país aprobado previamente por la ciudadanía. Es decir, cuando ninguna medida, ni las que antes brillaron por su ausencia, ni las que ahora se toman con urgencia, responden a dicho plan porque este no existe.