Reglamento vigila riesgo bursátil
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 06 julio, 2009
Reglamento vigila riesgo bursátil
Aplicación de nueva normativa de riesgos permite cuantificar posibles pérdidas según peligro que asuma el inversionista
Víctor Sanabria
vsanabria@larepublica.net
Todas las personas tenemos aversión al riesgo, en especial cuando se trata de inversiones. Sin embargo, en el mercado bursátil muchas veces lo más estratégico es asumirlo según la estrategia de inversión, o sencillamente no queda otra opción que correrlo.
Esta característica natural de la industria de valores ha despertado la necesidad de evaluar o cuantificar el grado de riesgo que cada cliente estaría dispuesto a asumir en las colocaciones. Algo que hasta hace poco parecía no tener gran importancia plasmarlo, traduciéndose, en algunos casos, en pérdidas para los clientes.
Como respuesta el Consejo de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF) aprobó el Reglamento de Gestión de Riesgos, el cual empezó a regir el 27 de febrero.
Con ello el inversionista puede verse beneficiado porque se garantiza que los intermediarios bursátiles estén gestionando el riesgo de los clientes, por lo que van a tener controles definidos, así como políticas y procedimientos que buscan administrarlo. Además, les creará la expectativa de que se puede reducir en cierta medida la exposición a riesgos innecesarios.
“El inversionista dispondrá de mayores elementos para tomar sus decisiones de inversión, considerando tanto el rendimiento que va a obtener como los riesgos que asume la entidad que administra sus recursos”, dijo Allan Marín, gerente de BAC Safi.
Claramente, a los clientes les interesa conocer cómo dimensionar los niveles de riesgo de los diferentes activos y pasivos financieros.
Pero, ¿cómo funciona el reglamento y de qué manera lo aplican los actores del mercado?
Se trata de un primer reglamento con disposiciones aplicables a puestos de bolsa, sociedades administradoras de fondos de inversión, centrales de custodia de valores, sociedades calificadoras de riesgo y los demás participantes de los distintos sectores del mercado financiero.
Además, tienen que crear una unidad de riesgos y un comité de riesgos con responsabilidades definidas.
“Busca que las operaciones estén más reguladas y que se tenga conciencia por parte del puesto y del inversionista de cómo se está administrando el riesgo en las operaciones, tanto en forma individual como en su conjunto”, comentó Marvin Sánchez, gerente de Popular Valores.
El nuevo reglamento introduce por primera vez una medición cuantitativa del riesgo de mercado, guiando a las entidades reguladas hacia el establecimiento de mejores prácticas y criterios más técnicos para el análisis del riesgo.
Asimismo, se fortalecieron los criterios bajo los cuales se regulará el manejo del riesgo crediticio, los riesgos operativos y el saldo de posiciones compradoras a plazo.
“Se establece un conjunto de disposiciones prudenciales para la gestión integral de riesgos, los requerimientos de capital necesarios para cubrir los riesgos asumidos y un límite a las actividades de los regulados que pueden llegar a crear riesgos sistémicos”, explicó Andrés Víquez, director de Aldesa Puesto de Bolsa.
Sin lugar a dudas, lo ocurrido con la crisis financiera global tiene mucho que ver con la ausencia de una gestión integral de riesgos.
“Es necesario integrar la unidad de riesgo a la operativa diaria, así como ajustarse a los plazos y requerimientos que este plantea”, afirmó Rolando Cervantes, gerente de SAMA Puesto de Bolsa.
Aplicación de nueva normativa de riesgos permite cuantificar posibles pérdidas según peligro que asuma el inversionista
Víctor Sanabria
vsanabria@larepublica.net
Todas las personas tenemos aversión al riesgo, en especial cuando se trata de inversiones. Sin embargo, en el mercado bursátil muchas veces lo más estratégico es asumirlo según la estrategia de inversión, o sencillamente no queda otra opción que correrlo.
Esta característica natural de la industria de valores ha despertado la necesidad de evaluar o cuantificar el grado de riesgo que cada cliente estaría dispuesto a asumir en las colocaciones. Algo que hasta hace poco parecía no tener gran importancia plasmarlo, traduciéndose, en algunos casos, en pérdidas para los clientes.
Como respuesta el Consejo de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF) aprobó el Reglamento de Gestión de Riesgos, el cual empezó a regir el 27 de febrero.
Con ello el inversionista puede verse beneficiado porque se garantiza que los intermediarios bursátiles estén gestionando el riesgo de los clientes, por lo que van a tener controles definidos, así como políticas y procedimientos que buscan administrarlo. Además, les creará la expectativa de que se puede reducir en cierta medida la exposición a riesgos innecesarios.
“El inversionista dispondrá de mayores elementos para tomar sus decisiones de inversión, considerando tanto el rendimiento que va a obtener como los riesgos que asume la entidad que administra sus recursos”, dijo Allan Marín, gerente de BAC Safi.
Claramente, a los clientes les interesa conocer cómo dimensionar los niveles de riesgo de los diferentes activos y pasivos financieros.
Pero, ¿cómo funciona el reglamento y de qué manera lo aplican los actores del mercado?
Se trata de un primer reglamento con disposiciones aplicables a puestos de bolsa, sociedades administradoras de fondos de inversión, centrales de custodia de valores, sociedades calificadoras de riesgo y los demás participantes de los distintos sectores del mercado financiero.
Además, tienen que crear una unidad de riesgos y un comité de riesgos con responsabilidades definidas.
“Busca que las operaciones estén más reguladas y que se tenga conciencia por parte del puesto y del inversionista de cómo se está administrando el riesgo en las operaciones, tanto en forma individual como en su conjunto”, comentó Marvin Sánchez, gerente de Popular Valores.
El nuevo reglamento introduce por primera vez una medición cuantitativa del riesgo de mercado, guiando a las entidades reguladas hacia el establecimiento de mejores prácticas y criterios más técnicos para el análisis del riesgo.
Asimismo, se fortalecieron los criterios bajo los cuales se regulará el manejo del riesgo crediticio, los riesgos operativos y el saldo de posiciones compradoras a plazo.
“Se establece un conjunto de disposiciones prudenciales para la gestión integral de riesgos, los requerimientos de capital necesarios para cubrir los riesgos asumidos y un límite a las actividades de los regulados que pueden llegar a crear riesgos sistémicos”, explicó Andrés Víquez, director de Aldesa Puesto de Bolsa.
Sin lugar a dudas, lo ocurrido con la crisis financiera global tiene mucho que ver con la ausencia de una gestión integral de riesgos.
“Es necesario integrar la unidad de riesgo a la operativa diaria, así como ajustarse a los plazos y requerimientos que este plantea”, afirmó Rolando Cervantes, gerente de SAMA Puesto de Bolsa.