Reforma fiscal y el fútbol
| Viernes 18 diciembre, 2009
Reforma fiscal y el fútbol
Alinear correctamente el modelo fiscal del país a su estrategia de desarrollo es una tarea urgente para el país. La no muy grata noticia de que en 2010 se financiará gasto corriente con endeudamiento por parte del Estado costarricense nos pone una clara señal de alerta en un tema que hace agua en el país. Tenemos dos escenarios posibles en el futuro cercano, enfrentarnos en serio a un debate nacional sobre el estilo y modelo de desarrollo a seguir y propiciar entonces, una reforma fiscal estructural o continuar con nuestro proceso de varias décadas, que realiza reformas puntuales —faciales— al sistema tributario, con objetivos esencialmente de corto plazo.
Al igual que con nuestro fútbol, la pregunta de fondo es si haremos un nuevo proceso de selección a la carrera y contra el reloj o si verdaderamente, estamos dispuestos a dar un salto y pensar en el mediano y largo plazo, con un proceso sostenido y sostenible de cambios, ajustes e inversión en nuestros jóvenes valores. Para el caso fiscal, la reforma de mediano y largo plazo debe pensarse a la luz de una estrategia de desarrollo que garantice un modelo país competitivo, incluyente y solidario. Dicho modelo debe generar más y mayores oportunidades para los jóvenes, garantizar un Estado eficiente y cercano al ciudadano, que permita tener un inversión estratégica en educación, ciencia y tecnología e innovación, y que garantice los derechos de los grupos vulnerables de la población —niños, niñas y adolescentes, así como, los adultos mayores o personas con alguna discapacidad— que modernice la infraestructura y que consolide un país regionalmente integrado y moderno.
Al igual que en el fútbol, o miramos al horizonte y nos enfrentamos al país que queremos ser o seguiremos ocupados en amarrar los cordones de los zapatos, mientras miramos ver pasar el tren del desarrollo.
Esperamos entonces que los programas de gobierno de los partidos políticos que se enfrentan en los próximos comicios de febrero de 2010, tengan la visión y la ilusión suficiente para enfrentar este reto, partido que hasta la fecha, nadie ha querido jugar.
Leiner Vargas Alfaro
Economista UNA
lvargas@una.ac.cr
Alinear correctamente el modelo fiscal del país a su estrategia de desarrollo es una tarea urgente para el país. La no muy grata noticia de que en 2010 se financiará gasto corriente con endeudamiento por parte del Estado costarricense nos pone una clara señal de alerta en un tema que hace agua en el país. Tenemos dos escenarios posibles en el futuro cercano, enfrentarnos en serio a un debate nacional sobre el estilo y modelo de desarrollo a seguir y propiciar entonces, una reforma fiscal estructural o continuar con nuestro proceso de varias décadas, que realiza reformas puntuales —faciales— al sistema tributario, con objetivos esencialmente de corto plazo.
Al igual que con nuestro fútbol, la pregunta de fondo es si haremos un nuevo proceso de selección a la carrera y contra el reloj o si verdaderamente, estamos dispuestos a dar un salto y pensar en el mediano y largo plazo, con un proceso sostenido y sostenible de cambios, ajustes e inversión en nuestros jóvenes valores. Para el caso fiscal, la reforma de mediano y largo plazo debe pensarse a la luz de una estrategia de desarrollo que garantice un modelo país competitivo, incluyente y solidario. Dicho modelo debe generar más y mayores oportunidades para los jóvenes, garantizar un Estado eficiente y cercano al ciudadano, que permita tener un inversión estratégica en educación, ciencia y tecnología e innovación, y que garantice los derechos de los grupos vulnerables de la población —niños, niñas y adolescentes, así como, los adultos mayores o personas con alguna discapacidad— que modernice la infraestructura y que consolide un país regionalmente integrado y moderno.
Al igual que en el fútbol, o miramos al horizonte y nos enfrentamos al país que queremos ser o seguiremos ocupados en amarrar los cordones de los zapatos, mientras miramos ver pasar el tren del desarrollo.
Esperamos entonces que los programas de gobierno de los partidos políticos que se enfrentan en los próximos comicios de febrero de 2010, tengan la visión y la ilusión suficiente para enfrentar este reto, partido que hasta la fecha, nadie ha querido jugar.
Leiner Vargas Alfaro
Economista UNA
lvargas@una.ac.cr