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Reflexiones: No todo sigue igual

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 01 marzo, 2016


 Los cambios acometidos en el MEP y en el entorno del sistema educativo costarricense no son, desde mi perspectiva, suficientes para afrontar los desafíos de la sociedad y la economía en el siglo XXI

Reflexiones: No todo sigue igual

El ánimo de un escritor de columnas se motiva entre otros temas por sus lectores, algunas veces ocultos o silenciosos, algunas veces enfocados por la temática que se aborda o simplemente, porque han hecho de tu columna un hábito y te dan el enorme placer y compromiso de leerte. Las reacciones van desde el acuerdo y la simpatía hasta la crítica y la amenaza, depende de quién te lee y de sus intereses o intenciones. Esta reflexión va en respuesta a una de esas preguntas provocadas por mi última columna acerca de la educación en el siglo XXI, ¿será que todo sigue igual?
Costa Rica heredó un sistema educativo centralista y burocrático que se refleja en el ministerio más grande del Gobierno central, el Ministerio de Educación Pública, MEP. Este ente es el más difícil, complejo y burocrático cuerpo institucional del aparato público del Gobierno central. Así las cosas, la gobernanza de dicho sistema educativo es compleja y ha sido diseñada con pesos y contrapesos que hacen del mismo una vorágine institucional difícil de cambiar. Empero, el esfuerzo realizado por quienes asumieron con éxito la tarea de conducir el sistema en la última década ha permitido crear condiciones muy distintas a las existentes al comienzo del siglo, por una parte, se ha logrado una asignación de recursos histórica al sistema educativo público y se ha creado con éxito una quinta Universidad Pública.
Hoy maestros, profesores y funcionarios universitarios públicos reciben el doble de sus ingresos en términos reales, comparado con lo que recibían a principios del siglo. La renovación y modernización de la infraestructura educativa ha recibido grandes impulsos en los tres niveles del sistema y en la educación técnica parauniversitaria, lo que ha sido complementada con acceso a las tecnologías de información y un creciente aporte a nuevos recursos didácticos, con áreas nuevas en arte y deporte y otros ámbitos. Los esfuerzos por acreditar la calidad de los sistemas universitarios públicos y privados han sido más complejos y lentos, de igual forma que la introducción de reformas pedagógicas, muchas de las cuales están apenas dando sus primeros pasos.
Sin embargo, la gobernabilidad del sistema burocrático centralista no ha sido tocada por las reformas y las bases pedagógicas de formación docente, que centran el esfuerzo en el objeto de conocimiento con visiones de formación de maestros y profesores fundadas en las reformas del siglo XIX, que lamentablemente aún forman la columna vertebral del sistema. Quizás sería ingrato decir que todo sigue igual o podría malinterpretarse una u otra apreciación de mi artículo anterior, sobre la educación en el siglo XXI, pero los cambios acometidos en el MEP y en el entorno del sistema educativo costarricense no son, desde mi perspectiva, suficientes para afrontar los desafíos de la sociedad y la economía en el siglo XXI.

Leiner Vargas Alfaro

 

www.leinervargas.com
 

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