Rechaza EE.UU. enmienda migratoria
EFE | Viernes 21 junio, 2013
La enmienda de Cornyn es una de esas “píldoras venenosas” que amenazan con descarrilar lo que sería la mayor reforma del sistema migratorio de EE.UU. desde 1986
Rechaza EE.UU. enmienda migratoria
El Senado de EE.UU., bajo control demócrata, derrotó ayer una enmienda republicana que hubiese supeditado la legalización de la población indocumentada a la certificación de la seguridad en la frontera del suroeste del país.
Con 54 votos a favor y 43 en contra, el Senado aprobó una moción de rechazo a la enmienda propuesta por el senador republicano de Texas, John Cornyn, en una jornada marcada por continuas fisuras en torno al alcance y contenido de una reforma migratoria integral.
La enmienda es similar a una derrotada por el Comité Judicial del Senado el mes pasado.
Mientras tanto, el Senado prevé anunciar oficialmente un acuerdo para fortalecer la seguridad fronteriza, que incluiría la contratación de 20 mil agentes de la Patrulla Fronteriza y la construcción de un muro a lo largo de 1.126 kilómetros en la frontera sur, entre otros elementos.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que el acuerdo sobre la seguridad fronteriza está siendo elaborado e incorporado mediante la figura de una enmienda al proyecto de ley para la reforma migratoria.
“Espero que tengamos pronto esa enmienda... y espero que podamos hacer algo con ella. Esto no es fácil de hacer, pero creo que tenemos un camino para avanzar”, afirmó Reid.
Según los partidarios de la reforma dentro y fuera del Congreso, la enmienda de Cornyn es una de esas “píldoras venenosas” que amenazan con descarrilar lo que sería la mayor reforma del sistema migratorio de EE.UU. desde 1986.
En concreto, la enmienda de Cornyn exigía que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) y el contralor general de la Oficina de Supervisión Gubernamental (GAO, por su sigla en inglés) certificaran que el Gobierno ha cumplido con una serie de hitos sobre la vigilancia fronteriza antes de poner en marcha un programa de legalización de los once millones de inmigrantes indocumentados que se estima viven en EE.UU.
Washington/EFE