"Recesionista" vrs "fashionista"
| Viernes 03 julio, 2009
"Recesionista" vrs "fashionista"
El término designa a la víctima de la moda que, obligada por la crisis, se inclina por la ropa de segunda mano
Durante la semana de la moda en Berlín, los creadores tratarán de conquistar a la cliente “recesionista”, interesada en el reciclaje, que ha sustituido a la “fashionista”, una mujer superficial, obsesionada por las marcas.
“Cuando comencé, hace seis años, nadie quería hablar de residuos textiles’”, declara Liza Arico, diseñadora. Entre sus creaciones se pueden observar carteras rescatadas de la basura que revivió agregándoles botones y otros materiales de recuperación. En lugar de etiquetas, utiliza boletos usados de tren subterráneo.
La francesa Isabelle Teste presenta carteras rejuvenecidas, así como vestidos coloridos cortados en bolsas de plástico, faldas fabricadas a partir de manteles viejos de ganchillo y ropa para niños elaborada a partir de camisas para hombre.
En el antiguo edificio del Correo Imperial de Neukölln, un gran inmueble que se encuentra en pleno centro del nuevo barrio a la moda de Berlín, se realiza hasta el sábado la primera edición del salón de la moda ecológica y equitativa Thekey.to.
Varios creadores recrean en puestos rudimentarios la célebre escena del filme “Lo que el viento se llevó”, en la cual Scarlett O’Hara se hace un vestido con las cortinas de Tara.
Es una actitud típica de “recesionista”. Este término, inventado en Estados Unidos, designa a la víctima de la moda que, obligada por la crisis, se inclina por la ropa de segunda mano. En algunos casos, también descubre que tiene una conciencia ecológica y social.
Esta nueva clientela es objeto de todas las codicias, como demuestran la creación de Thekey.to y los desfiles paralelos del Green Showroom, que presenta en el Hotel Adlon, el más lujoso de Berlín, ropa, accesorios y cosméticos “verdes” de lujo.
Los puestos del salón Thekey.to, que se inscribe en la línea del “Ethical Fashion Show” que se lleva a cabo en París desde 2004, destacan la utilización del algodón bio, el cáñamo y otros textiles garantizados sin pesticidas ni tinturas químicas, pero también surgidos del comercio equitativo o cosidos en talleres alemanes.
“La moda seguirá el mismo camino que la alimentación, con las mismas preocupaciones de salud y éticas”, sostiene Melchior Moss, quien junto con su hermana fundó la joven marca berlinesa Slowmo, cuya consigna es: “El bio no es una moda, es una convicción”.
Berlín
AFP
El término designa a la víctima de la moda que, obligada por la crisis, se inclina por la ropa de segunda mano
Durante la semana de la moda en Berlín, los creadores tratarán de conquistar a la cliente “recesionista”, interesada en el reciclaje, que ha sustituido a la “fashionista”, una mujer superficial, obsesionada por las marcas.
“Cuando comencé, hace seis años, nadie quería hablar de residuos textiles’”, declara Liza Arico, diseñadora. Entre sus creaciones se pueden observar carteras rescatadas de la basura que revivió agregándoles botones y otros materiales de recuperación. En lugar de etiquetas, utiliza boletos usados de tren subterráneo.
La francesa Isabelle Teste presenta carteras rejuvenecidas, así como vestidos coloridos cortados en bolsas de plástico, faldas fabricadas a partir de manteles viejos de ganchillo y ropa para niños elaborada a partir de camisas para hombre.
En el antiguo edificio del Correo Imperial de Neukölln, un gran inmueble que se encuentra en pleno centro del nuevo barrio a la moda de Berlín, se realiza hasta el sábado la primera edición del salón de la moda ecológica y equitativa Thekey.to.
Varios creadores recrean en puestos rudimentarios la célebre escena del filme “Lo que el viento se llevó”, en la cual Scarlett O’Hara se hace un vestido con las cortinas de Tara.
Es una actitud típica de “recesionista”. Este término, inventado en Estados Unidos, designa a la víctima de la moda que, obligada por la crisis, se inclina por la ropa de segunda mano. En algunos casos, también descubre que tiene una conciencia ecológica y social.
Esta nueva clientela es objeto de todas las codicias, como demuestran la creación de Thekey.to y los desfiles paralelos del Green Showroom, que presenta en el Hotel Adlon, el más lujoso de Berlín, ropa, accesorios y cosméticos “verdes” de lujo.
Los puestos del salón Thekey.to, que se inscribe en la línea del “Ethical Fashion Show” que se lleva a cabo en París desde 2004, destacan la utilización del algodón bio, el cáñamo y otros textiles garantizados sin pesticidas ni tinturas químicas, pero también surgidos del comercio equitativo o cosidos en talleres alemanes.
“La moda seguirá el mismo camino que la alimentación, con las mismas preocupaciones de salud y éticas”, sostiene Melchior Moss, quien junto con su hermana fundó la joven marca berlinesa Slowmo, cuya consigna es: “El bio no es una moda, es una convicción”.
Berlín
AFP